Salud
La emergencia sanitaria, no solo dejó entrever las falencias de los sistemas institucionales, educativos y de salud, sino que también posibilitó ampliar algunos horizontes hasta el momento, impensados. Abrió el camino para crear nuevas formas y modos de trabajo, donde la creatividad, los trabajos voluntarios y los vínculos humanos han sido (y son) los pilares que están permitiendo la reconstrucción de un nuevo orden.
La obra social de los empleados públicos (desde ahora OSEP) no ha sido ajena a estos cambios. Muchos trabajadores y trabajadoras han establecido nuevos horarios de trabajo, otras modalidades en la atención, en los servicios, recursos y objetivos de trabajo, teniendo en cuenta la realidad que se plantea. Otras personas debieron quedarse en sus casas por tener complicaciones de salud y algunos, aún sin ser población de riesgo, preventivamente decidieron aislarse igual.
Publicada el 07 DE AGOSTO 2020
Introducción
En este artículo proponemos contar cómo, desde nuestro lugar de trabajo, como empleadas del Estado, como profesionales que trabajamos en salud, como equipo interdisciplinario y como mujeres “home office”, reacomodamos saberes y revisamos modalidades de intervención en equipo teniendo en cuenta el contexto de la pandemia mundial.
OSEP es una entidad de seguridad social. Otorga servicios de salud a todas las personas que trabajen en el estado y a sus familias. El área de Abordaje Poblacional de la OSEP es una de las áreas que conforman esta institución y está formada por facilitadoras (promotoras territoriales), trabajadoras sociales, sociólogas, politólogas, comunicadoras sociales, una especialista en minoridad y familia y una médica de familia. El objetivo de abordaje poblacional, es aproximarse a la población considerando el proceso de salud/enfermedad/cuidados como socialmente determinado (López Arellano, Escudero y Dary Carmona, 2008).
Antes de la pandemia, la inserción en los diferentes territorios se realizaba de manera presencial a través de las promotoras territoriales. Ellas, con entrevistas en mano y con un previo reconocimiento zonal, recorrían los barrios relevando personas afiliadas a la obra social con el objetivo de conocer el estado de salud de las familias y visibilizar necesidades, que de otra manera sería impensable. Lo importante era (y es) el vínculo creado entre las promotoras (de OSEP) y las familias afiliadas.
El aislamiento social, afectó esta manera de relacionarnos y reorientó las prioridades de quienes integran el equipo. El conocimiento que hemos construido sobre las condiciones de vida de la población afiliada y las profundas asimetrías territoriales que impactan en su salud junto a las alertas sobre las desiguales posibilidades de afrontar el aislamiento que despertaron informes como el de la Comisión de Ciencias Sociales de la Unidad Coronavirus COVID-19 (marzo 2020) inspiraron un viraje en nuestras rutinas. (Molina Jaramillo, 2018).
Renovación de tareas
Intuimos desde los primeros días de confinamiento que para vivir, como plantean Morgan y Rose (2020), “las personas necesitan ayuda y apoyo y la cruel ironía de la situación actual es que la pandemia y las restricciones posteriores generan ansiedad y miedo y al mismo tiempo nos privan de los apoyos naturales ofrecidos por familiares y amigos”.
Es por esto que se priorizaron tareas tales como actualizar los activos comunitarios que pueden contribuir a sortear limitaciones en la emergencia (Betancurth Loaiza, Vélez Álvarez y Sánchez Palacio, 2020). Las actividades fueron implementar contactos de tipo telefónico con segmentos de población vulnerable (adultos y adultas mayores o en algunos casos niños y niñas de barrios vulnerables) residentes en departamentos del Gran Mendoza y el Este provincial, y brindar asistencia presencial a equipos del primer nivel de atención en los OSEP Cerca. Los OSEP Cerca son parte de una red de servicios de la obra social, cercanos a los domicilios o lugares de trabajo de nuestras afiliadas y afiliados, los cuales promueven la atención de todos los integrantes de la familia (desde el bebé hasta el adulto o adulta mayor) con equipos interdisciplinarios. Estos puntos de atención funcionan en delegaciones municipales o centros de salud del Gran Mendoza y atienden tanto a población afiliada como no afiliada.
Los objetivos de estas nuevas actividades son: continuar brindando orientación y contención a segmentos de población considerada más vulnerable en esta pandemia, resolver situaciones críticas conservando los vínculos institucionales ya creados y colaborar en el acceso a servicios (de salud y otros) de nuestros afiliados y nuestras afiliadas. Se trata de promover la salud mediante acciones dirigidas a aumentar las capacidades de las personas y algunas condiciones sociales que tienen impacto en su salud (Valencia González, Hincapié Zapata, Gómez Builes, Molano Builes,. 2019)
Nuevos modos y vínculos con la población afiliada
Primero nos concentramos en la población más vulnerable frente a la pandemia, las personas adultas mayores. Luego, pensamos en la estrategia y lo que queríamos hacer: transmitirles tranquilidad, contarles cómo estaban funcionando los servicios de la obra social y acercarles la mayor información posible. Había que evitar de todas formas que se acercaran a esta entidad de salud.
Así que la simple llamada, se transformó en un medio invencible para realizar cualquier tipo de trámite (pedido de recetas, planes especiales, discapacidad, vacunas, etc.). Mientras una parte del equipo realizaba llamadas a adultos y adultas mayores, otra realizaba análisis de información poblacional que ya figuraba en un sistema interno (estadísticas, lugar de residencia, edad, sexo, etc.) y otra reactualizaba guiones para las llamadas y buscaba información precisa “en emergencia”. Más allá de nuestras profesiones, todas fuimos (y somos) promotoras para la salud y el bienestar de “los viejos”.
En una primera instancia los llamados iban dirigidos a la población adulta mayor que ya había sido visitada (o contactada) previamente en su domicilio. Posteriormente, se amplió el abordaje a población general de ese grupo de edad enfocando a segmentos de ingresos bajos y medios, residentes en barrios vulnerables o en zonas de influencia de los OSEP Cerca.
Las largas charlas al teléfono
Algunas llamadas eran cortas. Solo para hacer una pregunta de fácil respuesta. Pero muchas, la mayoría, se hicieron largas charlas en donde no solo orientamos sobre gestiones o recordamos medidas de prevención y cuidado, también escuchamos de manera activa, contuvimos a las personas angustiadas, identificamos limitaciones para respetar el aislamiento y ayudamos a superarlas para evitar que deban desplazarse. Llamando a hijos e hijas, sugiriendo contacto con vecinas y vecinos, puentes con los centros sanitarios más próximos a sus domicilios, informando sobre recursos de proximidad como farmacias barriales, explicando cómo pagar servicios por la web e incluso asistiéndolos en los pasos de estos trámites, recuperando estudios complementarios, facilitando números de teléfonos de ANSES, Banco Nación, PAMI e incluso transmitiendo información sobre modalidades de acceso a prestaciones y beneficios de otras áreas de política pública. La escucha activa, fue nuestro motor para la acción.
La asistencia presencial a los equipos del primer nivel de atención
Los OSEP Cerca han jugado un papel muy importante durante la emergencia sanitaria. Dado que en general son desconocidos por la población, se pudo informar sobre la posibilidad de resolver necesidades a través de estos centros más cercanos o accesibles al domicilio propio o del familiar que realiza los trámites. Muchos adultos y adultas mayores han podido desplazarse caminando y han resuelto necesidades e incluso se han comunicado con posterioridad manifestando su agradecimiento por referirlos a estos servicios que les resultaron amigables y de gran calidad.
Estos servicios de proximidad continuaron brindando respuestas mientras que otros prestadores suspendieron la atención o la restringieron (ya sea porque los médicos de familia entran en cuarentena, piden licencia por ser población de riesgo o son afectados a consultorios respiratorios).
La comunicación en emergencia
Debido al exceso de información y a la poca claridad sobre lo que circulaba en diferentes medios, en las fuentes oficiales de la obra social y entre las personas afiliadas, se creyó oportuno generar un producto comunicacional con información verificada, actualizada y ordenada destinada a las personas afiliadas.
De eso, salió la guía de información. Es una herramienta que contiene información que se actualiza diariamente y que nos ha servido de insumo para nuestras comunicaciones. Actualmente tiene más de 60 páginas y es trabajada de forma artesanal por las comunicadoras del equipo.
Si bien esta guía surge para un público específico (personas afiliadas contactadas por abordaje poblacional), se ha compartido con otras áreas de la obra social
para que puedan usar la información; pero, además, para demostrar que las formas creativas y artesanales de hacer comunicación en una institución son tan válidas, necesarias y estratégicamente complementarias como las herramientas tradicionales y masivas (diario, radio, tv) de comunicación.
Las inquietudes y demandas de la población
Desde el comienzo de la cuarentena y hasta fines de abril, dimos cuenta de un proceso de progresiva adaptación. Desde un “shock” inicial hasta una normalización de las nuevas condiciones en las que se desarrolla la vida cotidiana, en la que las preocupaciones en relación a los servicios de la obra social han ido cambiando.
Al comienzo del aislamiento la mayor preocupación era respecto de los turnos de pacientes de médicos/as de cabecera que ahora estaban en cuarentena (¿se iban a suspender?, ¿se iban a reprogramar?) y los medicamentos (¿qué pasa cuando se nos terminen?, ¿quién nos los acerca?). Surgían cuestionamientos sobre qué hacen las personas que necesitan usar los servicios de salud, pero no se animan a ir por temor a contagiarse, “no nos va a matar el coronavirus, nos van a matar todas las otras enfermedades que tenemos...”, nos decían.
Con el paso de las semanas -si bien las estrategias de afrontamiento de la vida cotidiana se fueron afianzando y la “nueva normalidad” se fue aceptando- muchos de nuestros afiliados y afiliadas manifestaban en el último mes estar cansados de no poder “moverse”, salir a hacer compras, estar con sus seres queridos, tener sus espacios de ocio habituales, con grados variables de malestar e incluso ansiedad o angustia.
Cuando comenzaron a plantearse situaciones complejas
Las situaciones complejas son esos momentos en los que no se sabe qué hacer. Mediante las llamadas, nos dimos cuenta que en algunas familias, las situaciones eran más difíciles de lo que parecían. Además de no contar con centros de salud cercanos o no tener recetas de medicamentos, no podían trabajar y, en algunos casos, no tenían para comer.
Para estas situaciones, se estableció un procedimiento secuencial. Se organizaron mesas de vinculación en las que participan e intervienen otras áreas involucradas. También se coordinó con áreas provinciales o con organizaciones, como Cáritas (por el bolsón de mercadería).
De esta manera, y hasta hoy, nos hemos acercado a más de 400 personas.
A modo de cierre
La reflexión sobre la tarea realizada en meses de pandemia nos acerca a lo planteado en la introducción de un texto de Arcidiácono y Perelmiter publicado por la Revista Anfibia en el número de junio del 2020. Dice así: "La cuarentena no borró la presencia del Estado: la reconvirtió (...) sus trabajadores recurrieron a la creatividad y la coordinación informal para continuar las tareas. En ese día a día borraron todavía más las fronteras: entre jefes y operarios, entre lo personal e institucional, entre Estado y sociedad.”
Algunos números
Bibliografía
-Arcidiácono, P. y Perelmiter L. (2020). Asistencia en modo remoto. Cien días que sacudieron al estado. Revista Anfibia. Disponible en www.revistaanfibia.com
-Betancurth Loaiza, D., Vélez Álvarez, C., y Sánchez Palacio, N. (2020). Cartografía social: construyendo territorio a partir de los activos comunitarios en salud. Entramado, 16, (1), p, 138-151.
-Comisión de Ciencias Sociales de la Unidad Coronavirus COVID-19 (marzo 2020) Gabriel Kessler (Coord.) Relevamiento del impacto social de las medidas del Aislamiento dispuestas por el PEN Con el Apoyo del Consejo de Decanos de Facultades de Ciencias Sociales y Humanas (CODESOC), la Asociación Nacional de Facultades de Humanidades y Educación (ANFHE) y la Red de unidades ejecutoras de ciencias sociales y humanas de CONICET.
-López Arellano, O., Escudero, J y Dary Carmona, L. (2008). Los determinantes sociales de la salud. Una perspectiva desde el Taller Latinoamericano de Determinantes Sociales de la Salud, ALAMES. Medicina Social 3 (4). Recuperado de: http://www.medicinasocial.info/index.php/medicinasocial/article/view/260
-Molina Jaramillo, A. (2018) Territorio, lugares y salud: redimensionar lo espacial en salud pública. Cad. Saúde Pública 34 (1):e00075117
-Morgan, C. & Rose, N. (2020) Mental health and social change in the time of COVID Centre for Society & Mental Health consultado el 26/4/2020 enhttps://www.kcl.ac.uk/mental-health-and-social-change-in-the-time-of-covid-19
-Valencia González AM, Hincapié Zapata ME, Gómez Builes GM, Molano Builes PE. (2019) Tendencias de evaluación en promoción de la salud. Actualización del debate en la década 2005-2015. Hacia Promoc. Salud; 24 (1): 123-137.
Link permanente:
http://www.politicaspublicas.uncu.edu.ar/articulos/index/trabajar-en-salud-durante-la-pandemia-nuevos-aprendizajes-y-practicas-
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