Desarrollo humano y cultura
En una nueva etapa de la investigación sobre paisaje lingüístico hemos centrado la atención en el espacio que rodea a las escuelas. Muros de edificios, postes, paradas de colectivos se convierten en soportes para las interacciones de sus estudiantes. En general, se advierte que constituye un espacio en blanco en que el Estado no ejerce un rol formador de ciudadanía y que es ocupado, en consecuencia, por subjetividades particulares.
La situación de aislamiento y suspensión de actividades sociales, entre las cuales la educativa resultó profundamente influida, incidió en la constitución de paisaje lingüístico, retrasándolo o anulándolo casi por completo.
Publicada el 01 DE SEPTIEMBRE 2022
Introducción
El término “paisaje” nos ha llegado al español a mediados del siglo XIX procedente desde el francés. Integra el paradigma derivativo de “país” y designa claramente ‘espacio físico’. A mediados del siglo XX, la UNESCO lo integró en diversas frases, presentando ante la sociedad el paisaje cultural, interior y exterior, original, amplio y transformado. A su vez, la Lingüística construyó el sintagma “paisaje lingüístico” en 1997 (Landry y Bourhis) para nombrar todos los signos escritos en soportes de la vía pública, de carácter público y privado que se constituyeron en un interesante objeto de estudio.
Los primeros estudios tuvieron un claro sesgo sociolingüístico en el análisis del multiculturalismo en diversas comunidades de hablantes, en la actualidad los estudios de paisaje lingüístico han diversificado el enfoque original. Así, algunos lo analizan en edificios (Rámila Díaz, 2015); otros, en marquesinas de teatros (Bengochea, 2019); otros centran su interés en el interlingüismo derivado de la inmigración (Pons Rodríguez, 2012) mientras otros estudian el paisaje lingüístico desde la perspectiva de la diacronía (Marcos Marín, 2015).
En el caso de Mendoza, la consideración del paisaje lingüístico es incipiente y está vinculada fuertemente con el Observatorio de Neología y regionalismos del Instituto “Joan Corominas” de la Facultad de Filosofía y Letras. En el marco de los proyectos SIIP desde 2019 el equipo de investigadoras dirigido por la magister Carmen Castro y codirigido por la doctora Claudia Ferro e integrado por las investigadoras Andrea Gazali, Alicia Alessandra, Nora Díaz y Patricia Vallina ha considerado aspectos particulares del paisaje lingüístico en relación con el turismo primero y con la educación después. Algunas conclusiones pueden consultarse en http://www.politicaspublicas.uncu.edu.ar/articulos/index/paisaje-lingistico-mendocino-escenario-de-la-dinamica-multilingistica
Desarrollo
En la presente investigación la unidad de análisis considerada ha sido el microdiscurso(1), por considerarlo una unidad de la lengua en uso puesta en función en situaciones efectivas de comunicación y se ha mantenido la distinción entre top down (microdiscursos generados por las instituciones de la sociedad que se disponen en el espacio público y tienen como destinatarios a las comunidades) y bottom up (generados por particulares y, si bien se registran en espacios públicos, estos son adoptados por los particulares; con frecuencia, no se dirigen a la comunidad de manera completa sino a receptores específicos, a grupos reducidos). Asimismo, se ha distinguido entre microdiscursos aislados o agrupados, únicos o en diálogo compartido.
Paisaje lingüístico exterior de escuelas mendocinas
Durante la investigación, empleamos la misma metodología evidente en las publicaciones sobre paisaje lingüístico (PL): un recorrido por el lugar, rescatando las evidencias escritas del objeto que elegimos. Creemos que el espacio vivido constituye una fuente valiosa de información referida a la lengua en uso, a mensajes reales de comunicantes reales, insertos en contextos comunicativos reales. Por ello, las investigadoras del equipo construimos un registro de corpus a través de fotografías del PL del espacio exterior de escuelas elegidas al azar que lo reflejaran lo más exhaustivamente posible. Si bien en principio contábamos con la dinámica generadora de paisaje lingüístico en los alrededores de las instituciones educativas, la obtención de evidencias se dificultó por la suspensión de actividades, que solo se reiniciaron hacia el final del período de la investigación.
En este artículo he de referirme a una categoría integrada por el subconjunto de instituciones educativas que presentan características similares: ubicadas en ámbitos rururbanos del departamento de Maipú, Mendoza, todas son de gestión pública, de nivel secundario y se encuentran emplazadas en la periferia -carente de muros disponibles a modo de “lienzo”- de las poblaciones de Rodeo del Medio, Barrancas, San Roque y Fray Luis Beltrán. El análisis toma una de estas instituciones a modo de ejemplo dado que se ajusta a la caracterización del subconjunto. El corpus fotográfico releva su paisaje lingüístico exterior.
Las variables de análisis utilizadas han sido las siguientes:
La institución considerada, Escuela 4-076, está ubicada en la periferia de Fray Luis Beltrán, zona rururbana del departamento de Maipú. Ocupa la mitad de una manzana y es lindera con otra institución educativa, de educación especial, que ocupa el resto. A diferencia de esta última -cuyos muros se levantan sobre la línea de la vereda- no tiene paredes que den a la calle, separada de ella por una reja.
El entorno está constituido por viviendas familiares, alguna de las cuales también tiene algún negocio pequeño. Las calles están asfaltadas e iluminadas.
La institución comparte edificio con la sede central de un CENS que cuenta con aulas descentralizadas en distintos puntos de la zona.
Imagen 1: Muro perimetral de la escuela aledaña
Imagen 2: Reja perimetral de la escuela 4-076
La periferia, un margen en blanco; una invitación a la escritura
El entorno de la escuela muestra un PL dominado exclusivamente por particulares que se expresan en el único espacio disponible: los muros exteriores de la escuela vecina a la 4-076.
Los microdiscursos son del tipo bottom up; sus autores parecen ser jóvenes, aunque no necesariamente estudiantes de la escuela 4-076. El soporte lo constituyen paredes y el dispositivo escriturario es doble: los de tamaño mayor han sido escritos con aerosol y los menores, con lapicera correctora. Puede inferirse que los primeros, visibles a la distancia, no están escritos con idea de un receptor específico, a diferencia de los segundos, que, aun expuestos en la vía pública, podrán tener destinatarios específicos, aunque desconocidos.
Imagen 3: Detalle 1 de la pared de ladrillos vistos
Imagen 4: Imagen de la pared completa
Imagen 5: Detalle 2 del mismo muro
Estos microdiscursos que obligan al receptor a acercarse para su lectura, están escritos con lapicera correctora; el tamaño de letra es pequeño, propio de los textos escritos sobre papel. En la situación de enunciación funcionan como mensajes entre conocidos, individuales y grupales; algunos tienen firma del/los enunciador/es y otros, son anónimos. No se superponen entre sí, no dialogan entre sí. Hay algunos tachados y en unos pocos casos combinan código icónico, numérico y verbal. La estructura sintáctica es muy simple y repetida:
- vocativo + PV con ST à “(Nombre + apellido), te amo” (“Facu Orellano te amo”) (2)
- N y N à “Nombre + nombre” (“Clara y Julián”)
- N à “Nombre” (“Gaby”)
- OS à “S + P” (“1°2° manda”, “Aguante Boca”)
- N y número telefónico
Se observan pocos símbolos (corazones, “caritas felices”); bajo empleo de signos de puntuación (reduplicación de signos de exclamación, solo de cierre, puntos suspensivos). Significativamente, no hay usos descalificadores de personas, con la sola excepción de la metáfora “gato” en contextos referidos a personas de sexo femenino (“Pau gato”).
En cuanto a los de tamaño mayor, su lectura se realiza a distancia, algunos son anónimos y otros están personalizados. No puede afirmarse si dialogan entre sí o constituyen una superposición de microdiscursos debido al escaso espacio disponible. Visualmente aparecen como desprolijos, escritos con dificultad (tal vez debido al dispositivo escriturario) y, como el resto del PL, aparece envejecido.
Desde el punto de vista gramatical, se asemejan a los anteriores. Se trata de una sintaxis sencilla, con empleo de palabras claves (los nombres propios y las acciones); hay combinación con código icónico; las iniciales no son fácilmente reponibles: probablemente “C.P.” signifique “Club Palmira” (ciudad distante unos 15 km, de la cual proceden algunos estudiantes) y “A.C.S.M.” designe “Club Atlético San Martín”, de la ciudad homónima, un poco más alejada, que no registra estudiantes en la escuela 4-076; tal vez la histórica rivalidad entre ambos clubes explique su presencia en el PL de Fray Luis Beltrán, que tiene su equipo y sus propios simpatizantes. No se ha podido reponer el significado de “S.G.N.” ni “F.N.S.”. Es evidente que esta comunicación circula entre miembros de una comunidad de habla cerrada.
Se observan innovaciones agramaticales en los mensajes: la sustitución de qu por k, el cambio de lugar de h en “ermosha”, tal vez en un intento de representar la sonoridad de la expresión afectiva.
La iconicidad de los mensajes es baja y se presentan, nuevamente, elementos diacríticos y adsegmentales. Otra vez, hay escasa presencia de expresiones descalificatorias (“gato”).
Finalmente, todos los microdiscursos seleccionados son funcionales a una finalidad simbólica: manifestación de la emotividad de los comunicantes, subjetividad y expresividad, con bajos niveles de creatividad parecen ser sus rasgos más frecuentes.
Imagen 6, 7, 8, 9, 10 y 11: Microdiscursos de los muros perimetrales de la escuela y su aledaña
Así como son significativamente numerosos los microdiscursos bottom up resulta llamativa la completa ausencia de ejemplos de signos institucionales top down: ni siquiera se observan carteles con los nombres de las calles que orienten a las personas ajenas al entorno. En este sentido, hay una especie de espacio vacante que podría aprovecharse para complementar la labor educativa de la escuela.
Conclusión
Las ausencias y presencias manifiestas en el PL que rodea la escuela considerada permiten concluir diferentes ideas.
Siempre hay PL. Los y las habitantes de los distintos entornos espaciales inciden en él de modo sostenido y permanente del mismo modo que lo hacen los diferentes eventos que van aconteciendo. La situación propuesta por la pandemia iniciada en diciembre de 2019 es una clara muestra. El PL es un tejido que crece en la medida en que es recorrido y recoge las preocupaciones, los intereses, emociones y pensamientos de las comunidades que lo contienen. Cada muro disponible, toda superficie accesible para un aerosol, un pasacalles, una lapicera constituye una invitación o un desafío a participar.
En el caso del PL analizado, la ausencia de elementos top down en el espacio cercano a una escuela (dos, si se incluye la escuela vecina) convalidarían esta primera: la educación es algo que sucede puertas adentro. Desde allí, se pierde la oportunidad de colaborar educativamente aligerando la carga que recae sobre las instituciones escolares en la misión de formar ciudadanía responsable comprometida con el prójimo y su entorno. Temas como prevención y cuidado -de la salud, del medio ambiente-, educación vial, ciudadanía responsable que actualmente se incluyen en el currículum podrían ser abordados desde organizaciones políticas y civiles despejando la sobrecarga observable en las escuelas.
El espacio exterior de la escuela parece ser dominio de los y las estudiantes. Con una intencionalidad exclusivamente simbólica, estos se manifiestan en torno a dos grandes temas: sus relaciones humanas y el fútbol. Temas de actualidad social, económica, política o cultural no han tenido cabida en los soportes disponibles.
La sintaxis es elemental y la selección léxica aparece circunscripta al nombre propio en sintagmas breves y muy excepcionalmente en oraciones bimembres simples. Del mismo modo, es escaso el componente metafórico en los microdiscursos analizados.
No hay creatividad léxica y solo de modo esporádico, innovación en la ortografía de alguna voz.
Por último, y sin querer sobreinterpretar la información obtenida, podría concluirse que el PL exterior que rodea la escuela es intervenido por adolescentes en su mayoría que se expresan y exteriorizan su identidad sin intentar debatir ni descalificar: la ausencia de microdiscursos contestados y de insultos darían fe de lo dicho.
Una última consideración: el Estado, en todos y cualquiera de sus niveles, debería considerar la ocupación del paisaje lingüístico en estas comunidades para integrarlas más efectivamente a la vida política y ciudadana o bien para dar respuesta a los problemas generales que aquejan en la vida cotidiana.
Notas
(1) Para Backhaus (2006) la unidad de análisis considerada son los signos públicos con contenido verbal consistentes en carteles (fijos y permanentes; de entes gubernamentales y privados; de contenido directivo, informativo y publicitario).
(2) PV = predicado verbal; N = núcleo; OS = oración simple; S/P = sujeto y predicado; ST = sujeto tácito.
Referencias bibliográficas
BACKHAUS, Peter (2006). Linguistic Landscapes: a comparative study of Multilinguism in Tokyo. Clevedon, Buffalo, Torono. Multilingual Matters.
BENGOCHEA BARRIOS, Natalia (2019). Lenguas en las marquesinas: análisis del paisaje lingüístico de barrios de Buenos Aires. En Signo y seña, 35, 47-88.
LANDRY, Rodrigue y BOURHIS, Richard (1977). Linguistic Landscape and Ethnolinguistic vitality: an empirical studio. En Journal of Language and Social Psichology. Vol.16, issue 1.
MARCOS MARÍN, Francisco (2015). El paisaje lingüístico de la Península ibérica en la Edad Media. En Cortijo Caña, A., Gómez Bravo, A. y Morrás, M. Vir bonus dicendi peritus.109 – 127.
PONS RODRÍGUEZ, Lola (2012). El paisaje lingüístico de Sevilla. Lenguas y variedades en el paisaje urbano hispalense. Sevilla: Diputación de Sevilla.
RÁMILA DÍAZ, Noemí (2015). El paisaje lingüístico o la construcción de un espacio híbrido en el Instituto Cervantes de París. En Estudios interlingüísticos 3, 2015, 89-104.
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