Desarrollo humano y cultura
A partir de un relevamiento realizado en 2013, se buscó indagar en la problemática que la vivienda rural presentaba en el Valle de Uco. A través de entrevistas a funcionarios públicos e interpretación de datos estadísticos, se llegó a la conclusión que la dificultad para acceder a la tierra era la causa principal del déficit de vivienda propia y adecuada para muchos hogares de las zonas rurales de los departamentos de Tupungato, Tunuyán y San Carlos.
Publicada el 30 DE JUNIO 2022
Introducción
El Siglo XXI presenta a la humanidad importantes desafíos. Uno de los aspectos que más influye sobre la vida y el planeta es el hábitat humano. Y el componente principal de nuestro hábitat es la vivienda. El déficit habitacional es una problemática que se da, con diferentes características, en la mayor parte del mundo y esa realidad no escapa a la Argentina. Es por ello que se consideró apropiado puntualizar los estudios de este fenómeno, con un aporte sobre la vivienda rural en el Valle de Uco al año 2013.
Si bien se reconoce que hay nueve años transcurridos entre el momento de realización del estudio y la fecha de publicación, se considera que el escrito puede ser de utilidad teniendo en cuenta que recién ahora se está procesando el Censo 2022 y que disponer de esos datos llevará un tiempo considerable. Además, el mismo puede cotejarse luego con resultados obtenidos de investigaciones más cercanas en el tiempo, y comparar así las variaciones que tiene el problema abordado.
Esta investigación[1] implicó un relevamiento y análisis de la situación habitacional de la zona rural de los tres departamentos que conforman el Valle de Uco (región del centro-oeste de la provincia de Mendoza) y de las perspectivas en torno a nuevos modos de construcción alternativos a los convencionales. Los resultados se presentaron oportunamente en la Mesa Local de Desarrollo Rural del Valle de Uco, espacio coordinado desde la Dirección de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar (DDRyAF) para el abordaje multisectorial de la realidad local en pos del progreso de la ruralidad. La metodología consistió en entrevistas a los directores de vivienda que tenían por aquel entonces las municipalidades de Tupungato, de Tunuyán y de San Carlos (los tres deptos. que forman el Valle de Uco), y en el análisis documental de datos publicados por la DEIE Mendoza y otras estadísticas provistas por estos tres municipios. Se propuso una escala abarcativa, ya que no se seleccionó un solo barrio o grupo de familias, sino toda la zona rural de cada uno de los tres departamentos.
La presentación de resultados se estructura en cuatro partes: la primera es sobre aspectos distintivos del Valle de Uco; la segunda refiere a la situación habitacional en zonas rurales con un detalle del tema vivienda rural según cada departamento; en la parte tres se ponen en discusión los datos obtenidos en relación a los enfoques sobre el problema de la vivienda y los modos de intervención; y en la cuarta se proponen algunas posibles soluciones a los problemas de vivienda descritos.
Aspectos Generales del Territorio[2]
Los departamentos de San Carlos, Tunuyán y Tupungato son mayormente rurales, aunque tienen importantes núcleos urbanos, como las localidades de Ciudad de Tupungato, Ciudad de Tunuyán, Vista Flores y Colonia Las Rosas (Tunuyán), Ciudad de San Carlos, La Consulta, Eugenio Bustos, Chilecito y Pareditas (San Carlos). Éstos no son los únicos caseríos o aglomeraciones, pero sí los más importantes.
En estos departamentos, la actividad principal está relacionada a la agricultura y la ganadería en menor medida, con importantes industrias y el crecimiento del sector de servicios. Las hortalizas –principalmente el ajo-, la fruta de mercado, la vid y sus bodegas, la nuez, el orégano y el turismo, entre otras actividades, son las primordiales en las zonas rurales del Valle de Uco.
El territorio de esta región oscila –en líneas generales- entre los 800 y 1600 metros sobre el nivel del mar, exceptuando la Cordillera de Los Andes ubicada al oeste de la región con picos que superan los seis mil metros de altura.
Posee un clima fresco y semiárido, con temperaturas extremas tanto en invierno como en verano, mientras que en primavera y otoño los días son templados y las noches son frías, es decir de mucha amplitud térmica. En la zona de Cordillera las condiciones son más rigurosas: las temperaturas son significativamente más bajas y las precipitaciones son escasas –300 mm anuales-, predominando en primavera y verano.
Muchos ríos y arroyos atraviesan esta región de Oeste a Este, siendo el Río Tunuyán el más importante y el que abastece de agua a toda la población.
Situación habitacional en zonas rurales del Valle de Uco
Características Poblacionales. Según el Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda 2010 (INDEC), la población de Tupungato y San Carlos era ese año de 33 mil habitantes en cada uno de esos departamentos y de 50 mil en Tunuyán, haciendo un total de 116.000 pobladores. De ese total, San Carlos poseía 15 mil habitantes rurales (rural y rural disperso), lo mismo para Tunuyán (más de 14 mil habitantes) y Tupungato (19.300 habitantes). Esto representaba un 41,63% de población rural en el Valle de Uco contra un 58,36% de habitantes en zonas urbanas. Se destaca el hecho que, en los sectores rurales del Valle de Uco, la población masculina era bastante mayor a la población femenina. Si bien actualmente se están procesando los datos del Censo 2022, se toman la información del Censo 2010 por ser el último disponible y más cercano al trabajo de campo realizado en 2013.
Según el Censo 2010 (INDEC), los datos de viviendas por zonas de residencia eran bastante disímiles entre los departamentos. Mientras San Carlos presentaba un 46% de viviendas en zona rural, Tupungato concentraba en esa zona el 58% y Tunuyán apenas el 31%.
La fuente que tiene mediciones de variables que hacen a la vivienda y el hábitat con especificaciones para el sector rural es la Encuesta de Condiciones de Vida 2011 de la DEIE provincial (muestreo probabilístico, estratificado y bietápico por áreas, con un nivel de confianza del 95%), sistematizada por la Unidad de Planificación Estratégica del I.P.V.
Figura 1: aspectos del déficit habitacional rural en el Valle de Uco.
Fuente: elaboración propia en base a ECV, DEIE 2011.
Vale aclarar que los datos del cuadro anterior no son censales, sino muestrales. Además, no figuran los datos numéricos de cantidad sino los referidos a porcentajes. Por esto, se puede analizar el déficit habitacional en la zona, pero es dificultoso estimar la cantidad de viviendas nuevas o ampliaciones/refacciones/mejoras que hacen falta.
Por un trabajo de la Municipalidad de Tunuyán publicado en una nota periodística del 2012 [3], se pueden apuntar algunos datos llamativos: los índices más altos de hacinamiento por vivienda se registraban en los distritos de Vista Flores (37%) y Los Sauces (22%). En aquel año, el promedio de ingresos de los tunuyaninos rurales rondaba entre los 800 y 1.500 pesos. Los mismos provenían de trabajos rurales temporarios, asignaciones universales, pensiones graciables y/o jubilaciones y tareas de servicio doméstico; muchos poseían lotes, pero la mayoría no cumplía con las condiciones legales (terrenos escriturados, problemas con los títulos de propiedad, etc.) y edilicias (planos, obras clandestinas, etc.); la mayoría de los grupos relevados por vivienda eran familias numerosas.
La vivienda rural en San Carlos
La información mencionada a continuación, fue brindada por Miguel Funes (Sub-Director de Vivienda a cargo de la Dirección, Municipalidad de San Carlos) en entrevista realizada en octubre de 2013. De lo relevado, se podía destacar:
La vivienda rural en Tunuyán
La información mencionada a continuación, fue brindada por Pablo González (Director de Vivienda, Municipalidad de Tunuyán) en entrevista realizada en octubre de 2013. De lo relevado, se destacaba:
La vivienda rural en Tupungato
La información mencionada a continuación, fue brindada por Pascual Giaquinta (Encargado de Programas del IPV a cargo de la Dirección de Vivienda, Municipalidad de Tupungato) en entrevista realizada en octubre de 2013. De lo relevado, se podía destacar:
Dificultad para acceder a la tierra, la base del déficit habitacional
Por lo dicho desde las tres direcciones de vivienda del Valle de Uco y por lo que se observa en la Figura 1, la problemática principal del hábitat humano en la zona rural de estos departamentos era el no acceso a la tierra propia.
La riqueza paisajística de la zona y la bondad de la tierra para el cultivo de vid y fruta (de las mejores del país), habían provocado desde los años ´90 hasta el momento de este trabajo, un fenómeno de inversiones extranjeras que revalorizaban el precio de las hectáreas en el sector rural.
Esto no solo dificultaba la compra de terrenos por parte de las familias de bajos recursos sino que modificaba la producción local, creciendo los latifundios por la venta de fincas pequeñas, medianas e incluso grandes. De esta manera, los trabajadores rurales o aquellos que vivían en ese ámbito, terminaban recurriendo a la periferia de los centros urbanos formando nuevos asentamientos precarios o aumentando los índices de hacinamiento.
Otro factor que influía en esto es que, generalmente, la población rural al estar dispersa no estaba organizada en cooperativas o asociaciones vecinales, lo que podría haber facilitado el acceso a terrenos con provisión de servicios.
La dinámica del campo ya estaba cambiando, y el dueño de finca no priorizaba que hubiera un encargado de la misma residiendo allí permanentemente. Recordemos que históricamente (Lentini et al, 2010) las familias que vivían y trabajaban de forma permanente en las fincas, lograban con el tiempo que les cedieran la misma vivienda que venían utilizando o que se fraccionara una parcela de tierra para construir sus casas. En el año 2013, eso ya no ocurría, y los trabajadores se trasladaban todos los días desde los centros urbanos hasta sus lugares de trabajo.
No hay que dejar de mencionar que en muchos casos las familias necesitaban terrenos más amplios para poder tener su chacra o huerta o criar animales, por lo que los barrios en zona rural no siempre eran la mejor solución. Este tipo de proyectos abarataba costos y facilitaba el acceso a servicios e infraestructura, por lo que al ser muchas veces la única opción, terminaban transformando el modo de vida de la familia rural dispersa.
Si repasamos las estadísticas de la Figura 1, el porcentaje de hogares por tipo de tenencia de la vivienda en situación regular (propietario de vivienda y terreno) es del 58,07%, lo que significa que hay un 41,93% de hogares que tienen problemas de tenencia o no poseen lote/vivienda. Esta realidad se puede leer en detalle en la Figura 2.
Figura 2: hogares del Valle de Uco con tenencia irregular de la vivienda
Fuente: elaboración propia en base a ECV, DEIE 2011.
Según el Foro Social de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) el 82,4% de los hogares en áreas rurales dispersas que son ocupantes por relaciones de trabajo, habitaban viviendas de calidad insuficiente (Lentini et al, 2010).
Observando las declaraciones de los entrevistados en relación a las acciones que realizaban los municipios sobre este tema, se destaca que San Carlos trabajaba los planes de vivienda de manera articulada con aquellas entidades representativas que poseían terrenos, y Tunuyán abordaba este tema en la construcción de un barrio rural y llevaba a cabo el programa del IPV de Loteos con Servicios y Escrituras. Tupungato también hacía lo mismo en la relocalización de un asentamiento rural, y estaba haciendo estudios de factibilidad para el asentamiento humano en tierras fiscales.
Enfoques sobre el problema social de la vivienda y las modalidades de intervención.
Tomando los enfoques mencionados por Mercedes Lentini (2008), se puede hacer el siguiente análisis respecto a las zonas rurales del Valle de Uco:
Desde una mirada propia del enfoque central-sectorial se observaba que, al año 2013, la génesis de la problemática tierra/vivienda era debido a la escasez de la misma en el mercado, lo que deterioraba no solo las condiciones de alojamiento de los trabajadores, sino que perjudicaba el desarrollo económico en general.
Otro enfoque que se hacía eco en la concepción sobre este caso del problema tierra/vivienda es el habitacional alternativo, ya que los municipios hacían hincapié en la organización de las personas y el trabajo articulado y participativo de las mismas en la configuración de su hábitat, respetando el contexto social y cultural de las familias. También se notaban aspectos del enfoque habitacional facilitador, en el hecho de que se buscaba aprovechar los recursos de todos los actores y facilitar la construcción por cooperativas locales o entidades intermedias.
Se reconocía como necesaria la intervención del Estado y de la sociedad civil en compromiso con los sectores más pobres, pero no se observaba para el mundo rural el enfoque inclusivo que enfatiza el derecho a la ciudad. Sí se notaban acciones propias del enfoque urbano-territorial en cuanto a la necesidad de abordar la problemática multisectorialmente y llegar con los servicios esenciales a los hogares rurales, haciendo una política integral de hábitat que vaya más allá de la vivienda.
Posibles soluciones
Para afrontar la problemática de la vivienda en el sector rural, con un fuerte impacto positivo, se consideraba genuino tomar medidas como las siguientes:
Estas propuestas, implican tomar aquellos aspectos más positivos o relevantes de los enfoques central-sectorial, alternativo, facilitador y urbano-territorial; teniendo como meta el enfoque inclusivo propio de las ciudades aplicado a la realidad rural, ya que los derechos de las personas no deben vulnerarse por su lugar de residencia.
Conclusiones
La acelerada urbanización de las sociedades actuales termina por relegar al sector rural en las políticas públicas. Esto no solo se notaba en la falta de programas pensados específicamente desde los actores rurales para la zona rural, sino inclusive en la falta de relevamientos particulares y específicos sobre vivienda y hábitat rural.
Desde los organismos entrevistados (las tres direcciones de vivienda), hubo buena aceptación para colaborar con las entrevistas que se realizaron. Sin embargo, se considera que no existían planes municipales para el desarrollo adecuado del hábitat y la vivienda rural, que gestionara la problemática en un sentido integral y pensara en el largo plazo. Se actuaba sobre las demandas concretas que se presentaban, pero la solución no era inmediata debido a la escasez de cupo para vivienda rural.
El Estado no estaba presente en la zona rural. La provincia participaba desde el IPV con escasos cupos de vivienda y algún proyecto aislado, y la nación casi no intervenía. Solo los municipios estaban presentes, debido a que son la institución más próxima de los habitantes rurales por lo que reciben las demandas en materia habitacional: situación que es imposible de torcer solo con la voluntad y los recursos de una comuna.
[1] El trabajo se realizó en 2013, en el marco de la carrera de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo, para las cátedras Problemática de la Vivienda y Trabajo Social V con prácticas pre-profesionales en la Dirección de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar del Gobierno de Mendoza.
[2] En base al registro de campo durante la inserción en terreno de las prácticas profesionales, y complementados con los datos generales que figuran en los sitios web oficiales de cada departamento.
[3] Diario Los Andes, “Alto déficit habitacional en zonas rurales de Tunuyán”. Nota publicada el 14 de junio de 2012. Versión digital alternativo: enlace
*La imagen principal del artículo fue provista por el autor
Agradecimiento: a Analía Manzur (Lic. Trabajo Social).
Fuentes:
Bibliografía:
Link permanente:
http://www.politicaspublicas.uncu.edu.ar/articulos/index/dificultad-de-acceso-al-suelo-deficit-habitacional-en-zonas-rurales-del-valle-de-uco
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