Salud
Este artículo muestra la importancia de la epidemiología social en la formación de odontólogos. Plantea, además, los desafíos de las Universidades públicas en la formación de los profesionales de la salud.
Publicada el 24 DE ABRIL 2014
El estudio de las condiciones sociales y de cómo éstas influyen y determinan la situación sanitaria de las poblaciones ha sido siempre un tema de interés y relevancia para la salud pública en general. (1)
El comportamiento de la salud-enfermedad se ha modificado a través de la historia, han desaparecido algunas formas típicas de enfermar y aparecido otras nuevas, debido a las transformaciones en la organización social y en el comportamiento productivo y demográfico de las comunidades.
La respuesta que se ha tenido para modificar o solucionar los problemas de la salud- enfermedad no ha sido siempre la misma ya que existen elementos culturales que influyen en la percepción de los mismos y en el comportamiento frente a ellos. El contexto sociocultural interactúa entonces con lo genético, lo biológico y lo psíquico en el proceso de organización de las formas mismas de presentación, representación y modificación de los procesos vitales del individuo. (2)
En años recientes ha nacido un vínculo más fuerte entre la epidemiología y las ciencias sociales, estimulado por la necesidad de reconocer y documentar el amplio espectro de los determinantes de la salud, dando nacimiento a la llamada “epidemiología social”. Ésta, permite incorporar en el enfoque etiológico tradicional de la salud pública la experiencia socio-cultural de las poblaciones y por lo tanto, permite un mejor entendimiento de cómo, dónde y por qué las desigualdades sociales y económicas, afectan la salud.
El objetivo de este trabajo es plantear la importancia de la epidemiología social o ciencias sociales en general, en la formación del trabajador de la salud, específicamente del odontólogo. De modo tal que nos permita una mayor comprensión de la des-articulación que existe entre la formación profesional, las exigencias actuales del mercado ocupacional y el sentido social de la práctica odontológica y lograr a partir de este entendimiento, aproximarnos a la búsqueda de posibles soluciones de este conflicto entre los profesionales y el logro de equilibrio entre la salud - enfermedad de la población.
La práctica odontológica ha transitado por enfoques y modelos deterministas, y su comunidad profesional “se encuentra prácticamente, obligada a seguir trabajando en las consecuencias de la enfermedad y no en sus causas, ni en fomentar la Salud" (3) lo cual no ha permitido consolidar un movimiento conceptual transformador.
Existen en nuestro país más de 200 instituciones universitarias en las que se forma personal de salud, sean estos públicos o privados y aun no se ha dado el debate profundo, en torno del modelo de formación. Con algunas excepciones, los programas resultan reproductores de las formas tradicionales. Los planes de estudios son organizados en torno a asignaturas fragmentadas, teóricas, con escasas experiencias extramuros y desvinculadas de criterios epidemiológicos, ni articulación con disciplinas que se ocupen o ayuden a la reflexión, sobre las condiciones de salud de la población y sus determinantes.
E. Menéndez (1992) en su artículo publicado en OPS_OMS “Salud Pública: sector estatal, ciencia aplicada o ideología de lo posible”, dice que “los profesionales de la salud, más allá de la sensibilidad ideológica de cada cual, asumen un rol genérico, caracterizado por la carencia de una formación específica en la atención médica, respecto del proceso salud-enfermedad, que ubique su práctica dentro del contexto económico-político e ideológico que lo produce y reproduce y sobre todo lo que le permita intervenir técnicamente sobre los procesos socioculturales que afectan la salud colectiva" (4)
Es decir que nuestra realidad sanitaria, nuestra situación de salud, con sus componentes políticos, económicos, coyunturales, estructurales, culturales, ideológicos y bio-psico sociales conforman el entramado que desconocemos y no queremos ver en la formación del profesional odontólogo.
Con respecto al planteo de la descontextualización del objeto de la práctica odontológica, la formación biomecanicista ha dejado a la supuesta salud oral al margen de la integridad de los sujetos. La dimensión social de los problemas constitutivos de la salud y enfermedad sigue siendo conflictiva y marginal en la formación de recursos humanos para la odontología. Las lesiones y pérdidas dentarias, no son otra cosa que consecuencia de un proceso salud-enfermedad-atención donde el modelo de asistencia hegemónico, no educativo, demuestra y queda expuesto en su total ineficacia, quedando el proceso de educar para la salud, en el olvido de las diferentes políticas públicas. (5)
Por lo tanto los padecimientos bucales, que en gran medida son sociales, que en gran medida son evitables, en gran medida son discapacitantes tanto funcionales como sociales, existen y los vemos en las caras desdentadas de nuestra comunidad, afectando a diferentes grupos etarios y sociales.
Sostener hoy que se puede seguir formando profesionales para desempeñarse en servicios especializados de alta complejidad cuando se ha demostrado que un altísimo porcentaje de los problemas que deberán enfrentar los profesionales en su práctica cotidiana en los hospitales, los centros de salud u otros espacios de inserción laboral son los derivados de las condiciones de vida (desnutrición, patologías respiratorias, contaminación ambiental, estrés laboral ,mala alimentación, entre otros), es desconocer las necesidades de la comunidad y la importancia de diversificar los escenarios de aprendizaje a otros espacios de atención socialmente relevantes. (6)
Elaborado por Estela Cenci. Diseño: Martín Porcilio
De este modo, la odontología ha recurrido a un reduccionismo desintegrador, al utilizar las leyes de la biología y las leyes de la mecánica para explicar los padecimientos bucales considerando la cavidad bucal como un sistema cerrado, suficiente y de exclusividad propia del odontólogo.
En lo referente a la concepción social de la profesión, se estima, que no se ha generado un diálogo intenso con su entorno comunitario. Los profesionales han sido por mucho tiempo, mudos y sordos testigos de la enfermedad bucal de los sujetos que conforman la sociedad.
Por su lado, la descontextualización odontológica en el tratamiento de la enfermedad dental y el reemplazo de la biología (el diente) por la tecnología, (el implante) indica el fracaso en preservar lo sano, lo biológico y de no comprender, que las personas con padecimientos bucales, son parte de un contexto social cuya “solución” está muy lejos del torno y del sillón dental. (5)
Por lo tanto debemos, desarrollar una posición crítica frente a las visiones biomédicas y epidemiológicas convencionales que desarticulan al proceso salud y enfermedad de los procesos sociales, naturalizan lo social e individualizan los fenómenos (Laurell, 1994) (7)
Siguen siendo notorios los altos índices de morbilidad y la baja accesibilidad a la prestación de servicios por parte de amplios sectores de la población.
Podrían considerarse a los siguientes datos como conspiradores de la integración de la salud respecto al componente buco-social:
- La publicación de las Estadísticas Sanitarias Mundiales, que es una recopilación anual realizada por la Organización Mundial para la Salud y que incluye un resumen de los progresos realizados en sus Estados miembros, relacionados con la salud y sus metas conexas, no hace mención a indicadores de la situación de la salud bucal. (8)
- En muchos países no existen sistemas de información estadística continua de odontología, ni se realizan encuestas nacionales de salud bucal. En algunos casos, sólo se tabulan resultados de investigaciones no representativas. Ello atenta contra la supervisión de los procesos para la salud bucal y afecta la toma de decisiones pertinentes.
- En cuanto a la formación de recursos humanos no existe una declaración de responsabilidades y proyección social de las profesiones sanitarias, que busquen crear sensibilidad y conciencia sociales en los estudiantes de odontología ya que en muchas facultades se continúan manejando los componentes biológico-clínicos en los planes de estudio, “al margen” de asignaturas sociales y humanísticas como la Epidemiología y la Educación para la Salud.
Lo referido indica que el proceso de mejoramiento de la salud bucal, necesita fomentar espacios de reflexión-acción permanente, acerca de la situación real de la misma e incorporar indicadores y análisis de salud para la búsqueda en conjunto de alternativas posibles de solución. Existe consenso respecto de que los procesos de educación, articulados en el trabajo, no sólo enriquecen al profesional al posibilitarle la transformación de su práctica, sino que facilitan los cambios en esos servicios, asegurando la pertinencia de las prácticas y la calidad de las prestaciones.
Es imprescindible por lo tanto, que la Universidad busque construir escenarios de democratización de la producción y de distribución social del conocimiento, discutir los ejes del proceso de formación de profesionales de la salud sustentados en el pensamiento complejo como un desafío que nos proporcione una posibilidad de promover la reflexión, sobre las tensiones existentes, entre los planes actuales de formación de profesionales, (que operan como obstáculo a las transformaciones) y establecer en qué medida el modelo de formación, reproduce el modelo de práctica, independientemente de los lineamientos de la política de salud.(3)
José Carlos Escudero en su articulo Por la falta de formación en lo social, los médicos, en general, no saben trabajar en equipo, espeja una realidad, y afirma: “Cuando un médico se tropieza con algún trabajador social o con algún psicólogo que tienen una visión de lo social y del entorno no biológico muchísimo más sofisticado que él, que maneja otra bibliografía, que se maneja mejor con la gente y que por ende le resulta mucho más fácil emprender un proyecto colectivo, entonces el médico reacciona con una especie de trato despectivo que se agudiza en relación a los enfermeros y enfermeras donde le surge el típico autoritarismo médico de clase media: arrogante, con un componente racista, con una especie de presuntuosidad de persona que cree que sabe todo y que en definitiva sabe poquísimo”.(9)
Sin lugar a dudas este es el mayor desafío que debieran encarar las instituciones formadoras de profesionales de la salud, que se encuentran en una posición privilegiada para asumir la responsabilidad de promover este debate.
En particular, las universidades públicas, por su naturaleza, tienen la posibilidad y la obligación de analizar, despojadas de prejuicios o intereses mezquinos, cuáles debieran ser los nuevos ejes en torno de los que debiera estructurarse el nuevo paradigma de formación de los profesionales en salud que permita atender mejor las necesidades sociales de una población que lo espera.
Citas bibliográficas:
(1) Boletín Epidemiológico, Vol. 23 No. 2, junio 2002. “Glosario de Epidemiología Social” Nancy Krieger, PhD Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard Boston, Massachussets, Estados Unidos.
(2) María del Pilar, Adriano Anaya, Tomás Caudillo Joya. “Retos y desafíos en la formación de recursos humanos en Salud Pública”. Propuesta FES-Z.
(3) LASERNA E. Marcelo. “Más allá de la disciplina odontológica: La Salud Bucal Colectiva”.
(4) E. MENÉNDEZ (1992) para OPS_OMS. “Salud Pública: sector estatal, ciencia aplicada o ideología de lo posible”.
(5) DÁVILA SAAVEDRA, Alejandro D. (2006) “El rostro desdentado de nuestros pueblos. La cara de la exclusión, la pobreza y la inequidad en América Latina”.
http://usuarios.advance.com.ar/asociacionsaludbucal/rostro.htm
(6) ABRAMZÓN, Mónica C. “Acerca de la formación de recursos humanos en salud“. http://www.vocesenelfenix.com/content/acerca-de-la-formaci%C3%B3n-de-recursos-humanos-en-salud
(7) LAURELL, A. C. (1993). “La salud: de derecho social a mercancía. Nuevas tendencias y alternativas en el sector salud”. México,D.F.FundaciónFriedrichEbert.Retrieved
http://enfermeriaycambiosocial.blogspot.com.ar/2010/02/la-salud-de-derecho-social-mercancia-de.html
(8) DrC. Estela de los Ángeles Gispert AbreuI, DrC. Pastor Castell-Florit ,SerrateII, MSc. Mirtha Herrera NordetIII “Salud con todos para el bienestar de todos: una necesidad apremiante”-Rev Cubana Estomatol
vol.48 no.3 Ciudad de La Habana jul.-set. 2011
(9) ESCUDERO, José Carlos. “Por falta de formación en lo social, los médicos no saben trabajar en equipo” http://www.emancipacionsye.com/edicion-grafica. -2010
Sitios web sugeridos
http://www.saludpublica.ucr.ac.cr/Libro/20%20Epidemiologia%20bucal.pdf
http://www.emancipacionsye.com/%C2%BFpor-que-es-tan-mala-nuestra-salud-colectiva
http://www.urosario.edu.co/urosario_files/14/1463b407-dfb8-4fdf-8250-30068258a4fc.pdf
http://www.emancipacionsye.com/salud-bucal-en-la-comunidad-dr-marcelo-e-laserna
Fuente fotografías: Gentileza Estela Cenci
Link permanente:
http://www.politicaspublicas.uncu.edu.ar/articulos/index/la-formacion-social-de-los-odontologos-y-demas-profesionales-de-la-salud-
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