Economía, trabajo y producción
En la década del 90 la vitivinicultura mendocina inició un proceso de reconversión que transformó su centenario perfil. Algunos actores, con capacidad de tomar decisiones, pudieron ubicarse con éxito dentro de los nuevos parámetros. Sin embargo, este no fue el caso de otros sectores, por ejemplo, los pequeños viñateros, que tuvieron y aún mantienen dificultades para insertarse en la reconversión productiva, que, además, está nuevamente en transformación. El aporte de este trabajo reside en un estudio microanalítico de los pequeños viñateros de Mendoza y en un relevamiento de los planes para su asistencia e integración desarrollados hasta el momento que son, en su mayoría, desconocidos por este sector de productores.
Publicada el 23 DE FEBRERO 2015
En Mendoza, entre 1990 y 2010 las has cultivadas con viñas disminuyeron en un 9,54% y las propiedades de menos de 10 has descendieron de 15.120 en el año 1990 a 13.120 en el año 2009. En 2010, casi el 58% de los viñedos estaba en el rango inferior a 7,5 has y habían aumentado las de más de 15 has. Si se aplica la relación sugerida por algunos especialistas de 1,2 propiedades por productor, resulta una población actual de 10.993 productores de un tamaño inferior a 10 has. Cabe resaltar que estos datos[1] no consignan departamentos ni distritos y que las fuentes estiman, con algunas diferencias, que han salido del sector aproximadamente 10.000 viñedos[2].
En este marco, se estima que si dejamos para otro estudio a los 5000 productores integrados al sistema cooperativo, una cantidad no menor de 5.000 a 6.000 pequeños y medianos productores vitícolas no integrados subsisten en la actividad a partir de una serie de factores tales como la auto explotación del productor y su grupo familiar, la existencia de ingresos de otras fuentes, permanencia de los mayores a costa del abandono de la casa familiar por parte de los hijos y sistemas de integración a la cadena de maneras no formales o de hecho.
Dentro de este contexto, hay dos aspectos a considerar que justifican esta investigación. Por un lado, la escasez de conocimiento sobre los pequeños viñateros de Mendoza, sobre quienes no hay criterio claro sobre cuál debe ser el tamaño promedio de su explotación y que en la información disponible no son caracterizados por zona. Las diferencias geográficas, la variedad de las explotaciones, la edad de los propietarios y su nivel educativo, el tamaño de la familia, las redes sociales y laborales son variables que creemos deben conocerse y considerarse para poder describir dicha fracción de la producción primaria.
Por otra parte, distintas instituciones están desarrollando algunas medidas para conseguir una mejor articulación e integración del sector. Sin embargo, ni el sector conoce a las instituciones ni éstas a las particularidades de los pequeños viñateros por zonas. Entre ellas podemos mencionar a ACOVI, el Fondo de Transformación y Crecimiento de Mendoza, el Fondo Vitivinícola, la COVIAR, el INTA, la UVA, el IDR, el gobierno provincial, las municipalidades y el CFI.
Metodología.
Los productores de Junín y Lavalle. Algunos avances sobre el tema
Para un mejor conocimiento del sector, procedimos a realizar un estudio microanalítico tomando como referencia a dos departamentos de la provincia de Mendoza: Junín y Lavalle y en particular a dos distritos: Rodríguez Peña y Costa de Araujo, respectivamente. Hemos elegido estas zonas por varias razones: son tradicionalmente vitivinícolas, no han sido elegidas por los nuevos inversores que han priorizado las zonas más altas y al sur del río Mendoza y presentan realidades socio económicas similares que permiten analizar estrategias particulares de los actores en cuestión.
Ante la falta de precisión estadística e información concreta de los organismos públicos y privados sobre cuál era el universo de los productores a estudiar, recurrimos al RUT, que es el Registro Permanente del Uso de la Tierra[3]. Otro aporte de mucho valor han sido los minuciosos estudios y diagnósticos realizados por los Centros de Desarrollo Vitivinícola del INTA que han hecho un “barrido” de algunas zonas, productor por productor, y que fue pensando en un principio para todas las franjas, pero que finalmente se limitó a los de menos de 10 has.
Fortalezas y debilidades
Sobre la base de estos antecedentes se diseñó una encuesta que fue realizada en noviembre y diciembre de 2010 y que brindó un material de gran riqueza para este estudio. A partir del mismo, en líneas generales, al interior del sector primario se visualizaron un conjunto de factores positivos que adquieren el significado de fortalezas:
Finalmente, los factores internos negativos o las debilidades de la actividad son:
Asistencia a pequeños productores
Debemos destacar que las políticas de asistencia al sector se encuadran dentro del Plan Estratégico Argentina Vitivinícola 2020, que tiene entre sus tres grandes objetivos estratégicos el desarrollo de los pequeños productores de uva para integrarlos al negocio vitivinícola y al de jugo concentrado y se propone hacer competitivo especialmente al grupo de los no integrados, cuyo futuro se encuentra amenazado. Sin embargo, a la fecha , este sector no ha encontrado una solución total a su situación, a pesar de que no dejamos de reconocer que la estrategias son superadoras a la simple erradicación de los viñedos.
A pesar de todas estas líneas de acción, los pequeños productores vitícolas mantienen sus grandes dificultades para acceder a la reconversión tecnológica y poseen escasa capacidad de respuesta frente a la pobreza y los procesos globalizantes de la cadena vitivinícola. Algunos viñateros tienen algún contacto con los ingenieros que los visitan y asesoran, pero no se han atrevido a formalizar contratos a diez años ni con cooperativas ni con bodegas, como lo proyectó la COVIAR.
Hay otros proyectos subsidiados con fondos nacionales, provinciales o con el dinero proveniente de la retención a las exportaciones, pero hay desfasajes entre la oferta y la demanda. . Se ha mejorado la infraestructura rural, el tendido eléctrico, se dan créditos para cosecha y acarreo o para la compra de tractores o malla antigranizo. Se otorgan subsidios a algunos planes de desarrollo puntuales, pero se exige documentación que no todos tienen al día, aunque los viñateros no conocen de la existencia de esta abundante oferta de asistencia.
Los fondos son abundantes y provienen de centros de asistencia financiera a nivel mundial. Para su ejecución hay funcionarios, animadores, ingenieros, etc. que, ante nuestra requisitoria, no supieron informar con exactitud en qué medida se había beneficiado al sector de pequeños productores de las dos localidades de la muestra. A nuestro juicio, todos los planes, cualquiera sea su origen, han sido “coviarizados”, es decir, hay una sensación en el sector de que cualquier ayuda pasa por COVIAR y su gran aparato institucional y se opacan otras entidades, ya que evidentemente la Corporación es central en la asistencia y en la publicidad de sus avances. Sin embargo, ninguno de los productores encuestados sabía de la existencia de COVIAR; FODAP; PROVIAR; etc. Ttal vez, su conservadurismo, su nivel cultural y su desconfianza le impiden ponerse al día de todos los planes vigentes aunque falta una política comunicacional de todas las instituciones hacia los productores.
Hacia el desarrollo de los pequeños productores
Cualquier diseño de políticas públicas debe partir del conocimiento particularizado de los pequeños productores primarios y de la inmensa cantidad de fondos destinados al sector. Una política seria de relevamiento y articulación de todos los mecanismos nacionales, provinciales y privados que han sido diseñados, de sus niveles de ejecución y de su difusión son básicos para la elaboración de nuevos planes.
En un primer momento, consideramos necesario que el estado elabore y participe de esta etapa de diagnóstico, relevamiento y de articulación de las políticas públicas existentes y de su revisión y adecuación al nuevo contexto de la agroindustria, que difiere del que sirvió de base para el diseño del Plan Estratégico 2020.
Citas
[1] INV. Base congelada de datos a la cosecha de 2010.www.inv.gov.ar
[2] Corporación Vitivinícola Argentina. Proyecto de integración de productores a la cadena vitivinícola (2086 oc/ar). Antecedentes y caracterización del problema. Este Informe considera que la extensión de 25 hectáreas, se encuentra en el segmento superior de los que podemos considerar pequeños viñateros.
[3] Fue creado por ley N° 4438/80 y es de carácter obligatorio para todos los establecimientos agropecuarios existentes en el territorio provincial. Este Registro está a cargo de la Dirección de Agricultura y Prevención de Contingencias de la Provincia cuyo objetivo es el de formar un padrón de establecimientos que sea la base de un sistema de seguro colectivo contra el granizo. Debemos destacar que solamente el 0,7 % de los productores no está inscripto en el RUT y que el trámite es sencillo, pero no fácil de concretar para algunos productores
Links
http://www.minagri.gob.ar/site/agricultura_familiar
http://www.mendozafiduciaria.com/
http://www.contingencias.mendoza.gov.ar/
Link permanente:
http://www.politicaspublicas.uncu.edu.ar/articulos/index/que-pasa-con-los-pequenos-vinateros-de-mendoza-y-con-las-politicas-de-asistencia-al-sector-2004-2010
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