ENTREVISTAS // Justicia y seguridad

“En Argentina tenemos un procedimiento que es aletargado, repetitivo y que produce mucha re-victimización en las mujeres en situación de violencia”

¿Consideras que los caminos institucionales que recorre una mujer en situación de violencia deben ser simplificados? ¿Por qué? 

Personalmente estoy interesada en investigaciones con la Universidad Nacional de Cuyo y particularmente con el Área de Políticas Públicas sobre propuestas de simplificación de procedimientos.

En Argentina tenemos un procedimiento que es aletargado, repetitivo y que produce mucha re-victimización en las mujeres en situación de violencia. En cambio en el sistema penal chileno el juicio en caso de violencia es uno,  interviene un fiscal, un juez y se termina. En cambio, acá tenemos una multiplicidad de procedimientos y una re-victimización permanente, además el procedimiento penal tiene dos instancias: una de instrucción otra del juicio, la mujer tiene que repetir su historia a lo largo de todo el proceso judicial que toma muchos años. Cuando la mujer ya se está empoderando y saliendo de la situación otra vez tiene que contar todo. Un ejemplo de simplificación de procedimientos lo estamos llevando adelante desde la Dirección con la Segunda Cámara del Crimen con la cual estamos trabajando muy bien y de forma muy articulada, pedimos que envíen los casos con tiempo y mediante la acordada 26.777 procedemos. Todas esas iniciativas han sido promovidas por la Dirección de la Mujer y han sido recibidas y aprobadas, por eso es muy importante resaltar el apoyo con el que contamos desde la Suprema Corte de Justicia de Mendoza. Todas nuestras estrategias de recortar procedimientos han sido bien receptadas por ahora.

Por otro lado, a través del informe de evaluación y las medidas correspondientes se evitan los procesos de re-victimización como en los procesos de audiencia, por ejemplo, en donde emitimos una carta a los jueces y las acompañamos antes de la fecha para que puedan hablar y defenderse en este momento, porque si no está el testimonio queda en impunidad el hecho.

El objetivo que tiene esta Dirección no es solamente el servicio, ahora estamos abocados a esta tarea porque no contamos con todo el personal que necesitamos. Sin embargo, la Corte tiene mucha intención de promover talleres de capacitación en perspectiva de género, en violencia y también investigación, revisión de las prácticas judiciales y  procedimientos a través de  la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de la Nación.

¿Comprendiendo la complejidad que conllevan los procesos institucionales en la actualidad, ¿consideras que las Fiscalías especializadas en Violencia ayudarían a simplificar caminos?

Entendiendo la complejidad del fenómeno. Mi respuesta la voy a dar desde el lugar en el que una está, yo tuve la suerte de haber estado presente desde la Dirección de la Mujer en los debates que se hicieron desde la Legislatura ya que trabajamos con la Bicameral de Diputados y Senadores en materia de género.

Participe en estos debates con la creación de esta Unidad Fiscal y también fuimos convocadas para colaborar desde la Dirección con esta Fiscalía. En lo personal, me estoy especializando en algunos cursos de la CEPAL y en la OEA sobre la medición del fenómeno de la violencia de género, porque lo que no se mide no cuenta y no se evalúa. Cuando no se evalúa no se tiene una política pública acorde a las necesidades del fenómeno. Por lo tanto la importancia de tener en materia de violencia de género fiscalías especializadas, me parece un acierto.

También está funcionando una en Córdoba, estuve en comunicación con la fiscal y nos comentó que han bajado mucho los delitos de femicidios en Córdoba desde que está funcionando la fiscalía en violencia familiar. Pienso que esta fiscalía va tener una etapa piloto como cualquier órgano nuevo, pero con el tiempo va ayudar para reducir los femicidios y la violencia.

En las fiscalías de hoy, no solamente intervienen los fiscales cuando hay violencia por agresiones o tentativa de femicidios, sino por todo tipo de delito que no sean por género. Al recibir todo tipo de delitos penales, no hay fiscales especializados o que se especialicen en este tipo de delitos que se producen cuando hay violencia hacia las mujeres, violencia de género.

Al tener fiscales que se van abocar solamente al tratamiento de las violencias hacia las mujeres, van a especializarse en ese tipo de delitos. Entonces vamos teniendo una mirada más aguda y más profunda sobre el fenómeno, en cómo abordarlo y tratarlo porque tiene muchos matices la violencia. Creo que esto va a colaborar porque todos los casos de violencia ya no los van a recibir otros fiscales.

Considero que si, por ejemplo desde la Dirección evitamos muchos femicidios, lo que pasa es que nuestro trabajo es un trabajo silencioso. Lamentablemente cuando hay un femicidio es cuando los periodistas nos convocan, lo que  falta  son las campañas de prevención, nosotros salimos a los medios cuando hay femicidios y tenemos que ir a los medios con campañas de prevención, dirigirnos a mujeres que están en otras situaciones no tan extremas para que puedan visualizar que están atravesando violencia psicológica y deben cambiar su actitud, lo mismo con los varones.

¿A través de qué medios e instrumentos crees que la Universidad, en especial la Pública, puede realizar aportes a esta temática? ¿Cómo definirías su rol?

Sí,  tenemos que hacer trabajo en conjunto con la Universidad en mediciones, en evaluar factores de riesgo, en investigaciones focalizadas para que retroalimenten los servicios porque los servicios públicos van a tener resultados si tienen mediciones y eso lo dice la CEPAL, LA OEA, la FLACSO y todo el mundo.

En 2016 al menos tenemos 2.500 causas de mujeres que vienen a la Dirección, más todas las anteriores, hay cosas que no podemos contabilizar como consultas telefónicas, mujeres que vienen de antes, mujeres nuevas, pero vamos subiendo cada año más y no tenemos mediciones del fenómeno y para eso se necesita  trabajo coordinado.

Cuando se producen los femicidios se conocen por la presión de marchas y la de los medios de comunicación con el costo de que a la mujer se la coloca como víctima. En las publicaciones televisivas, las mujeres no aparecemos nunca empoderas con iguales derechos a los hombres sino en una posición de víctima. Hay que reflexionar sobre esto y desde las universidades hay que trabajar para que compartamos reflexiones y podamos iniciar actividades de investigación, sensibilización, formación y concientización a la sociedad en general incluso a los medios de comunicación para que al momento de informar tengan en cuenta esta situación.