Es la obra más grande que se realizó durante esta gestión y representa una mejora funcional reclamada, sobre todo, por los músicos que actúan en la sala. La modificación del sistema de movilidad del proscenio (boca de escenario) del teatro Independencia se termina por estos días. Esperan que sea antes de que este espacio cultural celebre sus 88 años, lo que ocurrirá el 14 de noviembre.

Se remplazaron las antiguas cadenas que elevaban ese sector del entablonado por un sistema hidráulico (con un pistón central con amortiguadores, un control de maniobra electrónico y protectores térmicos) que permitirá, por ejemplo, el traslado de instrumentos como el piano Steinway, sin riesgos de estropearlo.

“Cuando se realiza ópera o ballet, por ejemplo, esos tres módulos del proscenio bajan y allí se ubican los músicos, mientras arriba transcurre la escena. Antes, en ese trayecto de subir y bajar los bloques, también para transportar instrumentos, muchas veces se frenaban o descolgaban y se corría cierto peligro. En ocasiones, el piano se llevaba por el montacargas y esto tampoco era seguro”, reconoció la directora del icónico lugar, Julieta Martínez. Comentó que a partir de estos cambios, cada módulo podrá transportar hasta 1.200 kilogramos, en lugar de los 300 que tenían como límite.

Gabriel Videla trabaja en el área de mantenimiento del teatro hace 10 años y dijo: “En 2003 se realizó una remodelación integral y un refuerzo estructural, pero quedaron arreglos pendientes y el proscenio fue uno de los más importantes”.

Las obras que hasta el momento concretó la gestión fueron menores y tuvieron que ver con el mantenimiento de la sala. Entre fines de 2012 y este año, según Martínez, se hizo el pulido del escenario, pintaron todos los camarines y la sala, se pulió el mármol de camarines y el hall central, y se le cambió el motor a la cámara acústica de paneles. “Se renovaron las consolas de iluminación y sonido, que ya están en funcionamiento con equipos de última tecnología”, sumó la responsable del Independencia y acotó que la Dirección de Patrimonio enviará personal por estos días para evaluar la tapadura de algunas goteras de los camarines, ya que por tratarse de un bien protegido sus refacciones deben ser autorizadas.

“Lo que queda pendiente son las butacas, que significan un gasto muy grande. En 2003 se retapizaron, pero desde entonces no se hizo nada. No sabemos aún si las vamos a cambiar a todas, pero necesitamos, por ejemplo, incluir butacas para discapacitados. Cuando concretemos esto, también tenemos que hacer el recambio de alfombras por otras nuevas e ignífugas”, dijo Martínez.

La acústica

Respecto del funcionamiento de la sala mayor, muchas veces los músicos que actúan allí hacen referencia a algunos inconvenientes con la acústica que es, paradójicamente, una de las características que distingue a este espacio.

“La sala mantuvo el material y la disposición para no alterarla. Hay paneles fijos con movilidad en el techo y otros que se arman de acuerdo con la necesidad de la puesta, que emiten el sonido hacia adelante”, respondió el especialista en mantenimiento, mientras que la directora opinó: “Es uno de los que mejor acústica tienen en el país”.

Aniversario

►El 14 de noviembre el teatro Independencia cumplirá 88 años. El arreglo del proscenio es la obra más importante durante la gestión de Julieta Martínez.

►La última remodelación en la sala mayor de Mendoza fue en 2003. Se hizo un refuerzo estructural y el retapizado de las butacas.

►Uno de los objetivos próximos de la conducción del teatro es incluir butacas para discapacitados y realizar un recambio de las alfombras.