Argentina cosechará este año, para elaborar sus vinos, 8,5 millones de quintales más de uva que lo que recolectó en 2012. De ese aumento, Mendoza aportó casi la mitad del incremento. En síntesis, se espera que el crecimiento de la cosecha nacional respecto del año pasado crezca un poderoso 18%.

Así lo confirmó ayer el Instituto Nacional de Vitivinicultura tras publicar para toda la actividad económica, su segundo pronóstico de cosecha, que en resumidas cuentas, es el pronóstico fino, el que anticipa las cifras precisas. En Mendoza, el aumento significará el 22% y en San Juan el 16%.

En total, el INV anticipa que se cosecharán 26,6 millones de quintales de uva a nivel nacional en esta temporada contra los 18,1 millones que se levantaron el año pasado.

Para tener una dimensión acabada, el promedio de producción de los últimos 10 años estuvo en 26,1 millones de quintales. Esta cifra refleja claramente que la cosecha 2012 fue muy flaca y de hecho fue la segunda más floja del último decenio.

El Instituto ha anticipado que los racimos gozan de buena salud y a remarcado los problemas que afectaron a las distintas provincias vitivinícolas, los que sin embargo no han hecho mella en la producción.

Esos inconvenientes se reflejaron en el granizo que arruinó principalmente los viñedos en Mendoza (San Martín, Junín, Lavalle, Luján y San Rafael los más graves), el déficit hídrico por calor en La Rioja y Catamarca y la deshidratación de uvas de alta calidad, “problema que se ha empezado a notar de sobremanera en San Juan demorando la cosecha”.