El convenio que firmaron el martes el Gobierno y municipios del área metropolitana para crear un consorcio que diseñe estrategias para solucionar el problema del residuo sólido urbano, ayer fue cuestionado por científicos de la UNCuyo y legisladores de la oposición, porque aseguran que no se hizo mención sobre un residuo considerado altamente peligroso: las lámparas de bajo consumo. Oscar Papú, científico del Instituto de Ciencias Ambientales (ICA), dependiente de la UNCuyo, además fue crítico con la propuesta de la figura del nuevo consorcio.

Consultado por este diario, Papú, quien viene trabajando en un proyecto para la recolección diferenciada para residuos peligrosos, disparó: "Este tipo de propuestas (por la del consorcio intermunicipal) hace bastante que se propuso y después dieron un paso atrás, espero que esta vez funcione. Pero, habría que monitorear bien el basural del distrito de Puente de Hierro en Guaymallén, por ejemplo, ya que siempre que lo quieren cerrar, la gente del lugar se opone. Pero, si existe este consorcio, los camiones no deberían ir más a ese lugar y hacer una tarea de remediación del sitio. Yo dudo mucho de que se concrete".

El técnico también cuestionó el hecho de que los funcionarios no hayan siquiera mencionado qué harán con los residuos peligrosos en el futuro, específicamente, con las lámparas de bajo consumo, por su alto grado de contaminación (en su interior contienen mercurio, un componente tóxico). "Tampoco comentaron nada sobre los residuos peligrosos, como la lámparas de bajo consumo, tubos fluorescentes, pilas, etcétera. Ayer (por el martes) vi por televisión que Alejandro Abraham (intendente de Guaymallén) dijo algo sobre una planta de reciclado en Guaymallén. Sería bueno preguntarle qué significa para él una planta de reciclado. ¿Será de separación solamente?", dijo el investigador, y continuó: "¿Qué pasó cuando se armó lío con las lámparas de bajo consumo, pues se iba a realizar una recolección diferencial como la de las pilas? ¿En qué quedó eso? Quizás no tuvieron tiempo de explicarlo. Puede ser otro factor".

El martes, el secretario de Ambiente, Marcos Zandomeni, dio todos los detalles sobre cómo será el trabajo de recolección y disposición final de la basura en el área metropolitana. "Se trabajará y estudiará primero con los equipos técnicos de cada municipio. Hasta ahora, esos detalles no los tenemos", esgrimió el funcionario. Aldo Vinci, diputado provincial por el PD, aseguró: "Si ni el Gobierno ni los intendentes aclararon sobre la recolección diferenciada y disposición final de los residuos peligrosos, como las lámparas de bajo consumo, es porque no lo tienen previsto".

Según el legislador, el consorcio del área metropolitana es una buena iniciativa para tratar el problema de la basura, y aseguró que puede aportar con sus ideas basadas en la visión de expertos para optimizar el trabajo. "Los residuos patológicos ya están previstos. Hay una planta en Las Heras para ello, pero no para las lámparas de bajo consumo", advirtió. Vinci trabaja en conjunto con técnicos expertos en Ambiente para presentar en el recinto legislativo un proyecto que especifique un método que contribuya a tratar correctamente el mercurio que se encuentra en los tubos fluorescentes.

MÁS CONTAMINANTES QUE UN FOCO. El año pasado, un informe realizado por el Instituto de Ciencias Ambientales sobre las lámparas de bajo consumo y su composición química arrojó que estas resultan ser más contaminantes y tóxicas que las incandescentes, para el medio ambiente, en su disposición final y hasta generarían más gasto de energía por la compleja composición química que implica su fabricación. El Gobierno provincial prometió un plan de recolección diferenciada para los residuos peligrosos.

El mismo implicaba cuatro pasos: identificar las corrientes de residuo (en este caso, lámparas), buscar el mejor mecanismo para llevar a cabo la recolección, encontrar un lugar para la disposición transitoria de esos residuos, analizar costos y financiación para conseguir la tecnología adecuada que procese este tipo de residuos. Hasta ahora, no hubo anuncios de avance concretos sobre este asunto desde el Gobierno provincial ni se esbozó un plan al respecto para trabajar con el nuevo consorcio inter jurisdiccional.

Papú explicó a El Sol las diferencias de composición que tienen una y otra lámpara. Así, el famoso foquito incandescente tiene un casquillo de vidrio, dos alambres de cobre y un filamento de metal. "No son elementos contaminantes y son fáciles de reciclar, mientras que las de bajo consumo son mucho más difíciles de volver a usar", aclaró. En el caso de las de bajo consumo, se incorpora mercurio en el circuito eléctrico en el interior de las lámparas, el cual gastaría más energía a la hora de fabricarse y aporta otro elemento tóxico. Así, la evaluación de las lámparas fluorescentes compactas, basada en criterios ecológicos, arroja "resultados definitivamente negativos", según confirmó, entonces, el estudio de la UNCuyo.