No es extraño que la Legislatura se convierta, de vez en cuando, en el “reino del revés” que tan coloridamente describió la compositora y escritora María Elena Walsh en una de sus más conocidas canciones infantiles. El tratamiento de la reforma de la Constitución de la provincia, que promueve el gobernador Francisco Pérez y que fue uno de los tópicos principales del discurso del 1 de mayo, parece ser un claro ejemplo en el que “nada el pájaro y vuela el pez”. Es que mientras el primer mandatario provincial fogonea el tema, a sus alfiles legislativos no se les ha bajado una orden, ni se les ha dado una indicación clara sobre qué hacer y cómo actuar al respecto. En cambio, radicales y demócratas, acérrimos opositores a propiciar una reforma en el actual contexto político, sí quieren llevar el tema al recinto. Así lo aseguraron Carlos Aguinaga y Juan Carlos Jaliff. “Lo debatimos cuando el PJ quiera”, sentenció el demócrata, mientras el radical afirmó: “En mi opinión tendríamos que discutirlo en breve, llevarlo al recinto y terminar con esto de una vez”. En tanto, fuentes oficialistas aseguraron que dentro del bloque la palabra que reina es “desconcierto”.

Pero, además, hay un cierto aire de enojo porque con un discurso agresivo, Pérez dinamitó la estrategia de convencer a la oposición para conseguir los votos que faltan en la Cámara Alta.

Al parecer, el escenario legislativo actual es altamente desfavorable para tratar la reforma.

Patear el tablero

“Hipócritas”. La palabra que dejó a la oposición con la sangre en el ojo, aún resuena en el recinto de la Casa de las Leyes. Así calificó el gobernador Francisco Pérez a los legisladores –en especial a los senadores– que se niegan a brindarle la oportunidad de discutir el proyecto de reforma política que envió el año pasado a Legislatura, principalmente porque contempla un solo período de reelección para todos los cargos públicos. Lo dijo porque muchos de los que estaban sentados en el recinto, como así también de los intendentes que traban el proyecto, siguen en sus puestos desde hace mucho más que dos periodos de gobierno consecutivos.

De todas maneras, y esta es una verdad en la que coinciden propios y ajenos, con este discurso agresivo perdió votos en lugar de sumarlos. Así opinó una fuente de la corriente peronista, lo confirmaron Jaliff y Aguinaga, y hasta el iglesismo, que hasta el momento se venía mostrando pro reformista, después del 1 de mayo cambió de opinión: ahora no están tan seguros de apoyar a Pérez.

Consultado acerca de la posible discusión del proyecto de reforma de Paco, Leonardo Giacomelli, presidente de la Comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales, donde la iniciativa está varada desde el año pasado, afirmó: “Nosotros estamos encolumnados detrás del gobernador. Queremos que el tema se debata, pero necesitamos los consensos legislativos para llevarlo al recinto”. Esto es, conseguir los votos de la oposición.

De todas maneras, confirmó que no hay una agenda de discusión sobre la reforma. Mientras, Jaliff dejó entrever que ellos pueden pedir un despacho por la negativa y que el PJ auspicie uno a favor del proyecto. “Los llevamos al recinto y los votamos de una vez”, dijo el radical.

Un plan b trunco

La otra estrategia del PJ era la de reflotar la reforma del 2001. Sólo faltaba que el gobernador enviara un decreto para convocar la elección de constitucionales constituyentes.

Sin embargo, esto no ha sucedido y según dicen las fuentes oficiales, el PJ está cada vez más lejos de auspiciar una reforma por estos carriles. Quizás porque no creen poder pasar con éxito la instancia de la Suprema Corte, cuando la iniciativa llegue a la Justicia de la mano de los partidos opositores. De hecho, los radicales enviaron al gobernador la semana pasada una nota pidiendo una confirmación de la decisión de avanzar con este proceso iniciado en el 2001 y según aseguraron, no recibieron ninguna respuesta de Pérez. Hasta el momento y aunque el gobernador la quiera firmemente, la reforma está en una nebulosa muy espesa en el Senado.

El paso a paso de una idea oficial conflictiva

1-Pérez quiere reformar
Las primeras noticias sobre la voluntad del gobernador de reformar la Constitución de la provincia llegaron el año pasado. No es el primer mandatario que quiere modificar una Carta Magna por su espíritu antiguo, data de 100 años atrás, pero la UCR y el PD rechazaron la idea porque incluye la posibilidad de reelección del gobernador y el vice. Entonces comenzó la polémica.

2-Llegó al Senado
Lo que primero fue una idea y provocó un coro de voces opositoras en contra en octubre del 2012 se convirtió en realidad. El viernes 5 de ese mes al presentar el proyecto todo el PJ se mostró unido para la foto. El que encabezó la presentación en la Cámara Alta fue el vicegobernador, quien también tuvo a su cargo la responsabilidad de hablar con la oposición.

3-Jugada de la oposicion
El 23 de octubre, llegó el revés opositor a la decisión de Pérez: 13 legisladores de la UCR, el PD y el PRO, decidieron estampar sus firmas en un documento por el que se comprometían a trabar el proyecto reformista del PJ. Los únicos radicales que no firmaron fueron tres iglesistas: Milagros Suárez, Daniel Vilches y Abel José. Pero el radicalismo siempre da sorpresas.

4-Sorpresa radical
Lo que parecía una batalla ganada por la oposición, se dio vuelta por el factor sorpresa radical, que tiene nombre y apellido de legislador: Guillermo Simón. El senador que firmó la nota negándose a discutir la reforma, a principios de noviembre se arrepintió, dejando abierta la posibilidad de discutir el tema. Por esto se rompió el bloque UCR y se conformó el Arturo Illia.

5-Ideal del PJ federal
Gustavo Valls, del Peronismo Federal, le trajo un aire renovado al debate de la reforma. Presentó un proyecto legislativo para reflotar el referéndum 2001, que según algunos opinan, se encuentran abiertos. Pero desde los partidos opositores, piensan juidicializar la jugada, si es que el gobernador decide avanzar. La Suprema Corte no lo ve con buenos ojos.