Escuchar a los chicos, a los más jóvenes sobre qué piensan acerca del agua, sobre cómo creen que deberán cuidarla y administrarla en un lugar como Mendoza, donde no sólo no abunda, sino que falta. Esta inquietud la tuvo el Departamento General de Irrigación (DGI) el año pasado, cuando convocó a los estudiantes de cuarto año pertenecientes a 52 escuelas secundarias de la provincia.

El resultado fue un proyecto de ley que terminó de ser redactado la semana pasada y que apela a crear un currículo obligatorio sobre el agua en todos los niveles del sistema educativo. Un trabajo que ya lleva casi un año y que tendrá su relevancia pública el 1 de julio, cuando unos 1.500 alumnos presenten su proyecto de ley sobre la concientización acerca del agua, en un acto que tendrá como principal escucha al gobernador Francisco Pérez.

Según explicó ayer Pablo Rodríguez, director de Planificación del DGI, el objetivo fue generar una política permanente de concientización en los colegios públicos y privados de Mendoza para que "se tome conciencia y se programen diferentes acciones".

Por eso, el proyecto está lejos de ser una expresión de deseo por parte de los chicos, apunta a modificar fuertemente el contenido que actualmente se brinda en las escuelas y aplicar nuevo material para el año que viene. También se propone modificar algunos artículos de la Ley provincial del Agua. Es que el estudio de esta normativa, en caso de aprobarse el proyecto en la Legislatura, será obligatorio en todas las escuelas de Mendoza y se verá en forma transversal, según aclaran los impulsores. Esto es que, el agua, su alcance y su importancia en el secano, el futuro de esta y las formas de aprovecharla se podrán abordar no sólo en el área de Ciencias Naturales, sino también en Lengua, Ciencias Sociales y hasta en Matemáticas.

"Desde todas las disciplinas se puede trabajar con el tema del agua. Hoy eso depende de la iniciativa de cada docente. Con este proyecto se quiere generar un currículo obligatorio", explicó ayer Fabiana Álvarez, titular del Área de Educación de Irrigación.

En este sentido, dos de los artículos que los adolescentes pretenden cambiar de la ley vigente son, por un lado, el de 'inherencia a la tierra', en el que se manifiesta la disconformidad y se llama a la regulación y control a la hora de permitir emprendimientos inmobiliarios en terrenos cultivables. "La idea es que una tierra con factibilidad de agua no sea de un dueño, sino de todos. Que el dueño de esa tierra no haga lo que quiera, sino que se analice el caso previamente para cuidar el recurso", contó Álvarez.

Por otra parte, los adolescentes también pidieron eliminar el artículo de la ley vigente que propone hasta "castigos corporales" a quien roba agua de los cauces. Algo, claro, que se practicaba en la provincia varias décadas atrás.

El trabajo de la DGE

La adecuación pedagógica de la Dirección General de Escuelas (DGE) se trata de elaborar un contenido que se adapte a los distintos niveles educativos con la idea de "transmitir conocimiento sobre este recurso hídrico y, sobre todo, tener en cuenta la importancia que tiene en un contexto árido como es Mendoza", agregó la titular del Área de Educación del Departamento de Irrigación, de donde se desprende el Programa Ciudadanos del Agua, que promueve la participación cívica.

Básicamente, los estudiantes apuntan a que se tome en serio la promoción de los deberes y derechos en relación con el recurso hídrico. Para ello, la DGE también elaboró un manual sobre el agua, denominado Aqualibro, que será uno de los principales instrumentos de enseñanza dentro de las aulas.

Cada uno de los puntos de la propuesta fue analizado, consensuado y votado por los estudiantes. De los 1.500 chicos, 150 fueron los representantes elegidos para trabajar en forma más minuciosa algunos vericuetos legales y de viabilidad, según explicaron los organizadores. De hecho, para la puesta en marcha del programa, fueron los propios supervisores escolares quienes eligieron por departamento y según sus perfiles a las escuelas de educación secundaria, de las 4 modalidades. De esta forma, fueron, 1 E.S. Privada, 1 E.S. CENS de jóvenes y adultos, 1 E.S. Orientada y 1 E.S. Técnica y Trabajo.

Presentación postergada

La propuesta iba a ser presentada el jueves en el auditorio Ángel Bustelo y frente al gobernador Francisco Pérez. Sin embargo, por cuestiones de agenda política del gobernador y por las dificultades de acordar la fecha en el Bustelo, el lanzamiento se postergó para el primer día de julio. Entonces, el mandatario escuchará las acciones que proponen los alumnos secundarios con la idea de promover el proyecto directamente desde el Ejecutivo.

Durante el proceso legislativo también participó el senador Matías Stevanatto, además de otros legisladores, incluso de la oposición.

Según Álvarez, la idea es que "cada escuela –pero, sobre todo, cada docente– tenga en cuenta la temática en su materia para que los chicos, desde muy pequeños, tomen conciencia de nuestro recurso hídrico".

Para Pablo Rodríguez, la experiencia fue "muy buena" y aseguró que el plus de este proyecto es que "está pensado por los estudiantes y hecho para los estudiantes".

En caso de que Pérez dé el visto bueno a la propuesta de los estudiantes, el oficialismo le daría "inmediato impulso" en el recinto legislativo, con el objetivo –tal como pretenden los jóvenes autores– de aplicar el nuevo currículo a partir del ciclo 2014.

De qué se trata

Carlos Giménez tiene 17 años y este año egresará del colegio Don Bosco de Ciudad. Él fue uno de los delegados para trabajar en el proyecto de ley en el departamento de La Paz, ya que allí no hay un colegio privado.
Giménez fue parte del grupo más activo del proyecto, ya que, junto con cuatro pares más, se encargó de redactar la propuesta legislativa, claro está, con el asesoramiento de técnicos y legisladores. En diálogo con este diario, el joven contó cuáles fueron los mayores desafíos.

"Todo el proceso fue difícil, pero lo más dificultoso fue llegar a un consenso entre todos los chicos, porque había delegaciones por cada una de las cuencas de Mendoza y había que hacer una ley común a todos pero sin quitar importancia a cada problemática regional", detalló.

Carlos fue uno de los impulsores de que la ley alcance a todos los niveles educativos y no sólo a la secundaria, tal como se había establecido inicialmente: "Para mí, es fundamental que los más grandes vayamos concientizando a los más chicos. Creo que la conciencia de cuidar el agua se adquiere a cualquier edad", dijo el adolescente. También contó que elaborar un proyecto de ley junto con sus compañeros impactó directamente en sus hábitos cotidianos. "Ahora me lavo los dientes y cierro la canilla, por ejemplo, o mi abuela está baldeando y le cierro el surtidor. No es una joda esto del agua. Realmente, estamos en emergencia hídrica y desde muy chicos los mendocinos debemos saber cómo hacer para cuidarla todos los días", resaltó.

A la hora de evaluar las fallas sobre la educación actual, Carlos aseguró que "la mayor falla es la falta de comunicación de la problemática hacia los más chicos". De hecho, el proyecto de los chicos, de ser ley, comenzaría a inculcarse desde las salitas de 4 y 5 años.