Uno- Lunes, 30 de mayo 2011
Ricardo Villalba, investigador y director del Ianigla, dialogó con UNO y analizó este fenómeno, sus consecuencias, los intereses económicos y las salidas.
Hablar con el científico Ricardo Villalba, quien cobró notoriedad como integrante del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) –organismo que recibió el premio Nobel de la Paz en el 2007–, nos transmite tranquilidad porque sentimos que estamos en buenas manos en un tema tan sensible como es el clima. Claro que con un baño de realidad la preocupación sobrevuela al recordar que nos encontramos a merced de la inexorable naturaleza y de la propia mano del hombre, que no tiene suficientes contemplaciones a la hora de anteponer sus intereses económicos.
El propio Villalba nos aclara que para diseñar los escenarios en los que se basa la comunidad científica se toma en cuenta que “el ser humano no es tan malo ni tan bueno”. Es decir, los modelos se basan en un promedio probable respecto del cumplimiento de los países poderosos de los protocolos internaciones en materia ecológica.
En el fondo, explica, se trata de un problema profundamente ético: “Los países más ricos son los que liberan la mayor cantidad de gases de tipo invernadero. Las consecuencias serán relativamente más fácil de atenuar en los países con mayores recursos y las sufrirán los más pobres que generan menor contaminación”.
–¿La crisis hídrica que estamos afrontando en esta temporada obedece al cambio climático global?
–No necesariamente. Las tendencias son manifiestas en el largo plazo. Es decir, la curva de la temperatura va ascendiendo gradualmente. En el transcurso del siglo subirá dos grados más en el llano y cuatro en la alta montaña, lo que acentuará el retroceso de los glaciares, el gran reservorio de agua dulce.
–¿Se trata de una crisis cíclica?
–En realidad ha habido años de mayor sequía, como 1924 y 1968, cuando se decidió dinamitar la laguna del Atuel para que el agua subiera en Los Nihuiles y así paliar la crisis hidroeléctrica. En ese año, a pesar de la sequía, por ejemplo, el río Mendoza tuvo el 40% del caudal hídrico normal gracias al aporte de los glaciares que hicieron una tarea compensatoria. Hay una gran variabilidad interanual.
–Hoy eso no se podría hacer...
–Es que nunca más se recuperó el volumen de agua de esa laguna y además, ahora hay más conciencia en la sociedad y una solución así nadie se atrevería a proponer.
–Cada vez nieva menos en la cordillera, pero llueve más en el llano...
–Sí, la humedad en alta montaña es del sistema del Pacífico. Las precipitaciones son parejas en toda la región. Ahora le estamos prestando mayor atención al sistema del Atlántico que está aportando cada vez más humedad, como ha ocurrido en este verano. Por eso se podía apreciar que el Cordón del Plata estaba blanco, a pesar de las escasas nevadas en el resto de la montaña.
–¿Tienen buen instrumental para estudiar el tema?
–La verdad es que hacen falta más estaciones. El Ianigla tiene estaciones propias que se suman a las de organismos como Irrigación, además tiene otra en Vallecito para estudiar el Cordón del Plata, que es estratégica para analizar la humedad que viene del Atlántico. Este año colocamos otra en Plaza de Mulas, pero faltan muchas más. Es necesario también avanzar en coordinación entre instituciones nacionales y provinciales.
–Ahora deben realizar el inventario de los glaciares
–Me acaban de confirmar que tenemos los fondos disponibles para empezar con el inventario para lo cual tenemos tres años de plazo. Es muy importante contar con esa información, sería un gran avance.
–¿Cuáles son las tareas que se deben realizar para cuidar el recurso hídrico?
–La demanda es cada vez mayor por el aumento de la población. Mendoza tiene grandes ventajas ambientales que debe aprovechar. Somos exitosos con el Malbec porque combinamos buena tecnología en la elaboración con la calidad del clima. Tenemos que ser más eficientes en el uso del agua. La comunidad científica tiene que aportar conocimiento a la producción en función de las oportunidades que nos da el cambio climático, porque somos ricos en energía solar. Podemos ser líderes en la generación de energía eólica. Los tomadores de decisiones deben comprender que tenemos recursos humanos que se deben aprovechar.
–¿Va a continuar integrando el Panel del Cambio Climático?
–Afortunadamente se renueva periódicamente, porque si nos mantuviéramos en el lugar no querríamos modificar los estudios anteriores. Es muy positiva la renovación de los científicos para producir nuevos documentos cada seis años.
http://www.diariouno.com.ar/edimpresa/2011/05/30/nota273365.html
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