Uno - Lunes 11 de Junio de 2012
Se reciclan 82 de las 1.180 toneladas de desperdicios que se producen a diario en el Gran Mendoza. Los residuos contaminan el agua 466% más que hace 20 años. La falta de arbolado, otro problema clave.
Basura, agua y árboles no son los únicos pero sí los principales temas de la agenda ambiental sobre los que la Provincia tiene que resolver. Que sólo se reciclen 82 de las 1.180 toneladas de residuos sólidos urbanos que en el Gran Mendoza se producen a diario, que la contaminación por desperdicios en el agua haya crecido 466% en 20 años y que, según datos del último censo forestal, hayan desaparecido 280.000 árboles, no son problemas menores y la actual gestión estudia cómo darles solución en el mes del medio ambiente.
Residuos al banquillo
1.180 toneladas diarias de basura se producen a diario en el Gran Mendoza. De estas, 1.000 corresponden a residuos domiciliarios y 180 a embanque, ripio y materiales de construcción. El punto es que sólo llega a reciclarse 7% de este volumen, es decir, unas 82 toneladas.
Las cifras fueron proporcionadas por Marcos Zandomeni, secretario de Ambiente, y por José Pozzolli, titular de la Unidad de Evaluaciones Ambientales. El único departamento, entre los más urbanos de la provincia con capacidad de reciclaje, es Maipú, los demás apenas tienen como expectativa que los desperdicios queden dispuestos en forma correcta.
Falta dinero
Que la basura llegue a los vertederos, se prense, se entierre en vertederos y se tape –ni en sueños hablar de clasificación, ni siquiera entre material orgánico y otros reutilizables– parece un objetivo muy pobre, pero, según manifestó Zandomeni, no lo es. El motivo es simple: esto implicaría terminar con los basurales a cielo abierto que aún permanecen, como El Pozo (Godoy Cruz) y Puente de Hierro, en Guaymallén. Para esto, sólo en el Gran Mendoza hay que invertir cerca de 130 millones de pesos, cifra con la que el Gobierno todavía no cuenta.
Zandomeni explicó que, donde existe un basural a cielo abierto, hay tres problemas a resolver: el de obras para tratar los residuos, el del impacto social de la gente que trabaja en el lugar y el de remediación del ambiente, es decir, lo que queda en el terreno luego de que se erradica el basural. La idea, según explicó el funcionario, es que las comunas urbanas trabajen juntas en el tratamiento de los residuos sólidos, pero para esto es necesario crear un consorcio de municipios.
La Secretaría se encuentra en la etapa de elaboración de este proyecto para pedir el financiamiento a la Nación. El objetivo es que la basura orgánica se disponga en un sólo lugar, probablemente en El Borbollón, en Las Heras. Lo ideal sería que todo lo que esté en condiciones de volver a utilizarse vaya a parar a Barrancas. Según Pozzolli, la planta de Maipú se utiliza sólo en 40% de su capacidad.
Cada año, el gobierno debería invertir 64,5 millones de pesos para tratar correctamente la basura, ya que el procesamiento de cada tonelada cuesta 150 pesos. Zandomeni estima que en el 2013 podría conseguirse esta cifra.
Críticas
Para Eduardo Sosa, presidente de la red Oikos, la situación de los basurales en Mendoza es “patética”. Según ecologista, el tema no se pone en agenda y falta un programa de remediación de pasivos. Pero, además, consideró que parte de la culpa es de los ciudadanos que no son conscientes del daño ambiental que producen.
Sobre el estado de los basurales, Sosa dijo que Puente de Hierro y el Pozo son los más grandes sin control del oeste argentino, donde no existe ningún tipo de planificación para arrojar y tratar los residuos. De hecho, Oikos presentó denuncias y amparos por el vertedero de Guaymallén. Mientras el de El Borbollón, si bien es un vertedero controlado, no está impermeabilizado, ni cuenta con las medidas óptimas que impliquen la menor contaminación posible. Los óptimos son los de relleno sanitario, tal es el caso de San Carlos y San Rafael. Estos tienen un sistema que permite guardar los desperdicios de la forma más segura para el medio ambiente.
Perspectivas
Además de poner el foco en el estado de los vertederos de Mendoza, Sosa criticó que el principal objetivo de la Secretaría de Ambiente con respecto a los residuos sólidos urbanos sea sólo levantarlos y disponerlos en forma correcta. Para el ecologista, el objetivo es insuficiente, ya que no se piensa en políticas superadoras, sino simplemente en una solución superficial y paliativa a un problema crónico.
Las alternativas sustentables, a grandes rasgos, parecen ser dos: una tiene que ver con la reutilización de todo el material de descarte que sea potencialmente reciclable; la otra es la revalorización térmica, es decir, convertir la basura en energía. “Hay un mito: algunos piensan que la basura da plata. No es así, la verdad es que para esto hay que invertir dinero”, sostuvo Zandomeni.
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