El Sol - Martes 11 de marzo de 2014
Así lo aseguró Eduardo Bustos Villar, al mando de la Secretaría de Determinantes de la Salud y Relaciones Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación, que pasó por Mendoza durante la Vendimia. Las reuniones.
Salud es educación, trabajo, vivienda, acceso al agua potable y a las cloacas; también es identidad y la restitución de derechos. Un cambio de paradigma que deja atrás la mirada “hospitalocéntrica”, que hasta hace pocos años tenía el concepto de salud, para posicionarse en la promoción integral de hábitos saludables. Desde esta posición, Eduardo Bustos Villar encabeza la Secretaría de Determinantes de la Salud y Relaciones Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación; el cardiólogo pasó por la provincia y anunció que habrá reuniones con los municipios mendocinos para que también sean responsables de la salud de su comunidad.
El médico –que nació en Las Catitas, Santa Rosa, y que fue el Director Provincial de Salud en Santa Cruz cuando Néstor Kirchner fue gobernador- aseguró que a pesar del nombre tan largo de la secretaría que comanda, la meta es sencilla: “Buscamos llevar adelante la intersectorialidad para lograr una población saludable en todo el país, que procure el bienestar y no que mire a la salud desde la enfermedad. Por eso queremos trasladar este concepto a los municipios mendocinos, para que sean conscientes de la salud de su población y se trabaje con los distintos sectores”, recalcó en su paso por la Vendimia 2014.
Las mesas de gestión participativas, que se denominan Municipios Saludables, se realizarán entre el 26 y 28 de marzo (resta definir el lugar, pero sería en el Julio Le Parc o en el Bustelo; Salud de Mendoza envió ayer las invitaciones a los 18 intendentes). “Esto significa salir al territorio e incluir a la gente que por distintos motivos no puede llegar al centro de salud o al hospital. Queremos que los municipios se sumen a la salud de su población y podamos establecer parámetros en común”, enfatizó Bustos Villar.
Uno de los objetivos de entablar líneas de acción en común –completó el médico, que también trabajó en el Hospital Central de Mendoza- es lograr llegar a la receta electrónica en todo el territorio nacional. “Queremos que cargando el número del Documento Nacional de Identidad de un ciudadano podamos ver la historia clínica del paciente en cualquier punto del país; si es de Tierra del Fuego y se enfermó en Jujuy, tan solo con su DNI analizamos su historia clínica”, detalló.
Abordaje integral
Con este posicionamiento, que marca un cambio de paradigma, la salud pública analiza todas las condiciones que le dan forma a la vida de los ciudadanos, por lo que –argumenta Bustos Villar- se incluye el desarrollo de políticas que tiendan a mejorar el medio ambiente, las condiciones de vivienda, la calidad educativa y del trabajo.
“Entender esto es importante porque el abordaje de las políticas sanitarias no debe ser exclusivo de los ministerios de salud, sino que debe integrar a todos los organismos del Estado y de la comunidad”, dijo en su paso por la provincia el funcionario nacional.
Para prevenir
Un capítulo aparte merece el trabajo de inmunización en el territorio, con un calendario de 16 vacunas obligatorias. Para el médico -que hace hincapié en la medicina preventiva, basada en el humanismo y la multicausalidad de factores como origen de las enfermedades-, la inversión en esta área ha sido clave para llegar a más personas.
“Fue una decisión política muy fuerte e importante, nunca antes la Argentina había tenido un calendario obligatorio de vacunación como el que hoy, que llega a todos. Y se controlan a las madres para que realmente inmunicen a los chicos a través de la Asignación Universal por Hijo”, graficó el funcionario de la cartera nacional.
Es importante recordar que en 2003 se agregaron al plan obligatorio las vacunas contra la hepatitis B y la triple viral, que se coloca a los 11 años; dos años después se añadieron la de la hepatitis A (se inocula a los 12 meses), y las dosis contra las fiebres hemorrágica y amarilla, estas dos para zonas de riesgo.
En 2008 se sumaron la pentavalente para menores de un año y en 2009, la triple bacteriana acelular; se sumó a la nómina la del virus del papiloma humano (VPH) -indicada en niñas para prevenir el cáncer cérvio uterino- y la del neumococo -que se prescribía a los bebés con un costo superior a los 500pesos- y la de la gripe.
Finalmente, en el primer mes de este año el Gobierno nacional confirmó que la vacuna triple bacteriana acelular, contra la tos convulsa, tétanos y difteria, que ya estaba incorporada al Calendario Nacional de Inmunizaciones para los niños y niñas de 11 años, ahora también es obligatoria y gratuita para todas las embarazadas desde la semana 20 de gestación.
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