Convocadas poniendo el foco en disciplinas tales como las ciencias exactas y naturales, la ingeniería y otras vinculadas con el desarrollo de tecnología e innovación, en esta edición hubo 1888 inscriptos. Los becados provienen de 100 localidades de todo el país.

Tras la inauguración formal y con la coordinación del popular investigador y divulgador de la ciencia, Diego Golombek, contaron a grandes trazos sus investigaciones y los altibajos que tuvieron que afrontar en sus carreras Raquel Chan, jefa del equipo que desarrolló semillas de soja, maíz y trigo resistentes a la sequía y a la salinidad en el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral, Gabriel Rabinovich, vicedirector del Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme), cuyos trabajos resultaron hitos en la investigación del cáncer y la inmunidad, y el tecnólogo Emiliano Kargieman, fundador de empresas innovadoras desde los 19 años.

"Siempre recuerden que la ciencia es una tarea colectiva, porque nadie sabe todo ni tiene 200 manos", les aconsejó Chan, durante su presentación en la que recordó que en los noventa, a los tres meses de iniciar su perfeccionamiento en el exterior, un telegrama le comunicaba que debía volverse porque no había dinero para pagarle.

Kargieman, por su parte, advirtió: "Hoy el mundo cambia más rápido que nunca; piensen que los trabajos que van a encontrar al volver probablemente no existan hoy". Y más adelante, agregó: "Lo más importante que van a adquirir no es el conocimiento, sino la capacidad de entender y actuar en una cultura diferente. Hoy hay que crear plataformas que posibiliten innovaciones disruptivas, y ustedes son parte de eso".

Y después de describir el camino recorrido desde que en 1992 descubrió una proteína en la retina del pollo que resultó clave para explicar enigmas de la inmunidad y la inflamación, Rabinovich les recomendó que no perdieran su entusiasmo. "Hay algo que todos tenemos en común, que son los sueños", dijo, y recibió un aplauso cerrado.

De los 268 seleccionados en esta edición, el 67% trabaja en el ámbito privado, y el 33%, en las instituciones científico-tecnológicas públicas. De los primeros, el 42% trabaja en la industria; el 26%, en el área de TICS; el 13%, en biociencias, y el 10%, en la agroindustria, entre otros.