Cuando la presidenta Cristina Fernández se reunión con ellos en Berlín, les pidió “que vuelvan, pero si no pueden hacerlo, trabajen en cooperación con la Argentina”. Así lo recordó Claudia Tomadoni, doctora en geografía y una de las 180 mujeres y hombres de ciencia que integran la Red de Científicos Argentinos en Alemania (RCAA), que funciona desde finales de 2009, bajo la coordinación de la embajada argentina en ese país, y con el propósito de “incentivar la cooperación entre científicos argentinos en Argentina y aquellos que viven en Alemania, con la meta de ayudar al desarrollo tecnológico de Argentina”, según afirmó a este diario la geóloga integrante del Comité Asesor Científico de la RCAA, Graciela Sosa. La experiencia es mirada con sumo interés por agregados científicos de embajadas latinoamericanas en Alemania.

“Hemos presentado la red a todas las instituciones alemanas afines a la cooperación científica. Estamos impulsando el armado de redes similares en Francia, España y Austria. Aspiramos a volvernos un ente que expida informes y recomendaciones en cuanto a la cooperación científica bilateral, que reconozca cuáles son las áreas de interés del desarrollo científicotecnológico en la Argentina e impulse convenios en esas áreas”, relató Silvia Kroyer, quien coordina la red desde la sección cooperación científica de la embajada.

Desde su fundación, en la que participó la química repatriada Cecilia Mendive, a la actualidad, la red tuvo dos reuniones anuales y un encuentro con la presidenta en octubre de 2010, cuando estaba de visita oficial en la nación de Goethe.

“Yo fui muy descreída pero cuando habló, dijo algo que me impactó: ‘Les pido que vuelvan, pero si por razones particularísimas, que no se las puedo cuestionar, no quieren volver, les pido que trabajen en cooperación.’ En ese momento yo tenía esas razones particularísimas, pero me sentí que otra vez era útil e importante para mi país”, recordó Tomadoni. Uno de los proyectos en que participó esta profesional cordobesa de 44 años recibida en la Universidad Nacional de La Plata y con un Máster en Desarrollo Urbano de la Universidad Nacional de Córdoba, fue la presentación, junto con su colega Natalia Berti, de un doctorado de doble titulación entre la Bauhaus Universitat Weimar y la UNC, que fue seleccionado por el Centro Universitario Argentino Alemán, cuyo trabajo se informó en estas páginas días atrás.

“Yo me fui de Argentina muy triste. Un señor me mandó a lavar los platos. Mi marido y yo, los dos cientistas sociales, no lográbamos cubrir la canasta básica. Para poder desarrollar mi carrera me tuve que ir. Siempre me sentí triste, perdí el orgullo de ser argentina, me sentía huérfana, abandonada. Poco a poco empecé a ver algunos síntomas de cambio, reapertura de escuelas técnicas, se le daba importancia a la ciencia, había más becas del CONICET. Ahora me siento orgullosa de ser argentina, por primera vez siento que hay una política de estado orientada a la ciencia”, afirmó.

La RCAA realizó su segundo encuentro noviembre pasado, en Berlín. Tiempo Argentino participó de la reunión y pudo dialogar con varios científicos. Entre ellos, el ingeniero mecánico Emanuel Andrade, de 36 años, que desde la cálida Catamarca llegó a las tierras alemanas en 2002 para gozar de una beca de finalización de estudios. Allí se interesó por una rama de la ingeniería llamada biomecatrónica, que estudia los movimientos de los animales para aplicarlos a la robótica. Emanuel volvió a Alemania en 2004 para instalarse. Consiguió una beca para doctorarse en biomecánica y actualmente trabaja en robótica “con inspiración biológica” en la universidad de Jena. Se sumó a la red hace pocos meses, y encontró en ese grupo una pequeña forma de “volver a Argentina y un poquito ver cómo se puede ayudar desde acá, tratar de llevar lo que yo aprendí”, agregó.

El historiador Fernando Vidal egresó del Colegio Nacional de Buenos Aires en 1974, y el clima político del año siguiente le hizo considerar la búsqueda de horizontes académicos en el exterior. “Todo mi recorrido profesional lo hice afuera. Llegué a Alemania presentándome a un concurso, después de haber estado varios años en Estados Unidos y en Suiza, donde hice un doctorado”. Vidal es investigador permanente de uno de los institutos de la Sociedad Max Planck. A pesar de la lejanía, nunca terminó de cortar su vínculo con la Argentina.

“Siempre mantuve mi identidad porteña muy fuerte. Mi actividad de colaboración hasta ahora ha sido ir a Argentina a dar seminarios. Me interesa, en parte para tener la sensación que uno está devolviendo algo al país”, dijo.

Bien diferente es el caso de Graciela Sosa, doctora en Ciencias Geológicas. “Siendo investigadora asistente del CONICET y profesora adjunta de la Universidad de San Luis, vine a Alemania en 1997 y lo hice por amor. Había conocido en 1995 en Argentina a mi futuro marido, el doctor Alfons van den Kerkhof”, contó. Trabajó como profesora de idiomas, continuó sus estudios y realizó investigaciones ad honorem en la Universidad de Göttingen, hasta que fue contratada como Investigadora Científica en esa universidad en 2005. Desde el lanzamiento de la RCAA, es uno de los diez miembros del Comité Asesor, y mantiene dos reuniones anuales con la coordinación de la embajada.

Fuente: http://tiempo.infonews.com/notas/cientificos-argentinos-que-viven-alemania-pero-trabajan-para-pais