En la provincia, los fumadores que desean abandonar el cigarrillo con ayuda de profesionales acuden principalmente a cuatro programas: los de OSEP, DAMSU (obra social de los empleados de la UNCuyo), el Hospital Español y el Lencinas, el único que es libre y gratuito.

“Las estadísticas nacionales indican que más del 30% de la población fuma a nivel nacional (29,1% es la cifra en Mendoza). De ese porcentaje, el 70% está en lo que se llama ‘etapa contemplativa’, es decir, en la que analizan dejar de fumar”, aseguró a Diario UNO María Eugenia Lértula, coordinadora del Programa de Prevención y Tratamiento del Tabaquismo de la OSEP.

Las inscripciones en los esos asistenciales oscilan entre 400 y 100 al año. Del total de fumadores que se presentan para recibir apoyo sólo se mantiene abstinente alrededor del 25%, cifra que se maneja a nivel mundial.

Muchas personas abandonan el tabaco sin ayuda de profesionales. En muchos otros casos, mantenerse libre del humo es un estado que necesita contención.

En Mendoza, DAMSU, la OSEP y el Hospital Español ofrecen programas para tratar la enfermedad de manera grupal y/o individual. La mayoría de las personas que consultan en estos casos tiene entre 30 y 60 años y posee cobertura médica. En tanto, la obra social de la UNCuyo permite también que no socios accedan al curso abonando un arancel de $100 en total. En el caso del Lencinas, al que pueden acceder socios de obras sociales o prepagas o personas sin cobertura, el programa no ofrece el tratamiento farmacológico.

“Probablemente la capacidad de una persona para dejar de fumar sola dependa del grado de motivación y la decisión consecuente. De todas maneras, se sabe estadísticamente que de las personas que realizan cesación espontánea (sin ningún tipo de ayuda) sólo se mantienen abstinentes al año (tiempo de medición válido) entre el 3 y el 5%. Nuestro programa, como intervención intensiva que es, tiene la posibilidad de otorgarles a los pacientes que concurren una chance de abstinencia al año del 25 al 30%”, explicó Mónica Altemir, médica que forma parte del equipo de profesionales del programa de DAMSU, que funciona en la provincia desde hace 20 años.

En todos los casos existe un plantel multidisciplinario integrado por médicos, nutricionistas y psicólogos. Hay un seguimiento de los pacientes en el primer año, que es el más peligroso para las recaídas, y también se ofrece el apoyo farmacológico.

El empujón de la ley

Tanto la jefa del Programa Provincial de Control de Tabaco, Laura Villavicencio, como la coordinadora del programa de DAMSU, Roxana Jaleff; Lértula, Ramón Alchapar, del Hospital Lencinas, y Mónica Grilli, del Hospital Español, coincidieron en que la ley Nº26.687, a la que adhirió Mendoza el año pasado, con su prohibición de fumar en espacios cerrados y el aumento de la publicidad acerca de los efectos de la nicotina, colaboró con la disminución de la prevalencia tabáquica en la provincia, la toma de conciencia y las consultas. “Tenemos más denuncias y más instituciones que llaman para que se las certifique como espacios libres de humo de tabaco”, afirmó Villavicencio.

En Mendoza, la ley está en pleno proceso de reglamentación. Las inspecciones son hoy uno de los temas candentes, por la falta de agentes de control y el incumplimiento de la norma en bares y boliches de distintos puntos de la provincia.