Según un informe del Plan provincial de Adicciones, con la participación del Observatorio local de drogas, en Mendoza 43% de los adolescentes de 13, 15 y 17 años manifestó haber consumido ese tipo de bebidas durante el mes previo a haber sido consultados. Esto se traduce en 4 de cada 10 adolescentes consultados.

“Es un problema de toda la sociedad. Como cultural y familiarmente el alcohol es una sustancia aceptada, ni ellos ni la familia ven como un problema el abuso de alcohol y lo tienen muy cerca. Los chicos son sólo la punta del iceberg. No podemos decir que éste es un problema de un grupo etario específico”, destacó Carina Stehlik, directora del Plan de Adicciones.

El informe provincial forma parte también del estudio nacional sobre consumo en alumnos de enseñanza media, confeccionado por la Sedronar (Secretaría de Drogas y Narcotráfico). Entre los resultados de esa estadística nacional, llama poderosamente la atención el aumento de chicas de menos de 18 años que admiten consumir cinco o más vasos de alcohol cuando salen.
Mientras, en el mismo estudio de 2009, cerca de 55% de las jóvenes consultadas respondían por el “sí”, en el más reciente informe (2011) el índice ascendió hasta 59%. En hombres, pasó de 66,3% a 68,1% en ese mismo lapso.

En detalle

Para Javier Segura, del Observatorio mendocino de drogas, el estudio provincial se detiene en las prevalencias de consumo del último mes, sin importar la cantidad ingerida, de adolescentes de 13, 15 y 17 años. “El consumo de alcohol, no sólo en chicos, sino en la sociedad, es significativo ya que es la sustancia por la que más intoxicaciones se registran”, destacó Segura.
El especialista indicó que una cuarta parte de los ingresos a la guardia del Hospital Central, por lesiones en accidentes de tránsito, son provocados por el alcohol.

En la provincia se tomaron más de 4.000 casos, distribuidos en 35 escuelas y el registro está por debajo de la media nacional. Desde 2009 hasta 2011, en todo el país el consumo de alcohol en menores de edad pasó de 46,7% a 49,7%, mientras que en Mendoza la cifra se mantiene estable en 43%.

“Si comparamos zonas urbanas similares a Mendoza como son Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Tucumán, los niveles de chicos que beben alcohol son más bajos que en esos grandes focos nacionales”, agregó Segura.

Por su parte, Stehlik se refirió  a las acciones en las que deben trabajar, no sólo para chicos, a la hora de concientizar sobre el problema del abuso del alcohol.

“Existe un programa nacional llamado ‘Quiero Ser’ que es preventivo y está destinado a los chicos de la primaria. Consiste en un trabajo didáctico entre docentes y chicos y busca disminuir los riesgos y trabajar en los criterios de confianza. A nivel provincial queremos hacer una réplica para los colegios secundarios”, agregó la funcionaria.

El dilema moral de las chicas

La prevalencia de consumo, el creciente hábito en las adolescentes, es una tendencia que viene en alza desde hace ya tiempo. Sin embargo, y más allá de la velocidad con que cada vez más mujeres reconocen consumir con frecuencia alcohol, al momento de la comparación siguen siendo más los hombres los que más beben.

“Excepto en los psicofármacos, en todas las otras sustancias hay más prevalencia en hombres. Son más los hombres que consumen que las mujeres, aunque es una realidad que se va acercando mucho. Ahora, el problema no es que la mujer consuma alcohol, ¿por qué no debería ser así, por el solo hecho de ser mujeres? El problema en la mujer es que se oculta”, consideró Stehlik.

Al respecto, la directora de Adicciones destacó que, lamentablemente, la mujer no manifiesta ni se siente cómoda cuando se difunde precisamente el dato de que su hábito de consumo crece a mayor ritmo que el de los hombres y que cada vez están más cerca.

“Existe un dilema moral, una autocensura que lleva a que la mujer no consulte. Porque para ellas no es fácil asumir el consumo abusivo y ni hablar si es madre”, apuntó.

Para ejemplificar estas trabas morales, destacó que más allá de la prevalencia de consumo en alza en el género femenino, en lo que se refiere a consultas para tratamientos de alcoholismo u otras enfermedades vinculadas, 90% corresponden a hombres y sólo 10% a mujeres.