Facundo Agüero (5) golpeó una y otra vez la pelota contra un pilar de su escuela y esperó hasta que se encendiera con mil colores. “¡Era justo lo que había pedido para el Día del Niño!” -comentó con una gran sonrisa- “yo quería tener un regalo”, alcanzó a decir el pequeño, antes de que lo atropellara la avalancha de gritos y euforia en que se convirtió la salita de cinco de la escuela Guillermo Marconi de Tupungato.

Así arrancó la entrega de los más de 500 juguetes -y otras tantas cajas de golosinas- que se reunieron gracias a la campaña “Tu papel suma”, que idearon dos jóvenes del área de Vinculación de la Secretaría de Desarrollo Institucional de la UNCuyo y a la que respondieron miles de mendocinos, donando los papeles y cartones que les sobraban.

“Es impagable ver la sonrisa de los chicos; ésa es la mejor devolución a tanto esfuerzo”, acotó Gisela Valdivieso. Una familia con varios niños la esperaba ansiosa en la puerta de su precaria vivienda de Costa Canal, un poblado que creció recientemente en un sector rural de este departamento. Mientras la joven repartía camiones y muñecas, explicó que toda esa fiesta era “el resultado de la solidaridad de mucha gente”.

Cuando se les ocurrió darle una salida útil a los papeles que se apilaban en su oficina, Gisela y Roxana Martínez jamás imaginaron que llegarían a multiplicarlos al punto de reunir más de seis mil pesos con su venta. Así pudieron adquirir la pila de juguetes y material didáctico con la que ayer cargaron sus vehículos para llevar alegría a los chicos tupungatinos.

Mía (5) revisó en detalle su nueva Barbie esbelta y con coloridos vestidos. “Nunca tuve una muñeca así”, dijo fascinada. Enseguida se ilusionó con el momento en que compartiría la nueva adquisición con sus amigas al llegar a casa. “Ya hemos hablado de los festejos por el Día del Niño, pero nada de los regalos. Es que sabemos que no todos los papás les podrán comprar un obsequio a sus hijos este año”, señaló Ana Scilipotti, la seño de la Sala de Cinco.

La UNCuyo eligió esta comunidad de Tupungato como destino de su campaña porque hace tiempo que intervienen en la zona con su proyecto Mauricio López (“Costa Canal: un barrio, cientos de historias, un diálogo y aprendizaje colectivo”) y conocen a fondo cuáles son las necesidades.

“Es muy positivo el trabajo de estos jóvenes, no sólo por la entrega material, sino por las charlas y aportes sociales que vienen realizando en esta comunidad de grandes carencias”, resaltó la vicedirectora de la primaria Marconi, Norma Corsino.

Con aplausos y hasta abrazos espontáneos, los niños agradecieron los obsequios. La distribución se realizó curso por curso, pues el material respondía a las distintas edades. “La voy a tunear y dejar buenísima para las carreras”, soltó Augusto Galván (8) cuando le entregaron su mini patineta.

Tal movida fue el broche de oro de una jornada de música y juegos que organizaron las docentes del cole. Pese a estar a pocos kilómetros del centro, este establecimiento trabaja con poblaciones rurales y asentamientos precarios; como Costa Canal, Loteo Pelegrina y calle Valderrama. Además, recibe a chicos que no pueden acceder a escuelas del Cordón del Plata.

“Es una misión difícil, pero contamos con maestras muy comprometidas”, agregó la vice.

Más de 10 toneladas

Cuando abrieron la convocatoria solidaria, esperaban reunir unos 2.000 kilos de papel. Pero la campaña “se nos fue de las manos”, cuenta entusiasmada Roxana. Cayeron en la cuenta de esta realidad, cuando comprobaron que no podían cerrar las puertas de las dos oficinas del Espacio de la Ciencia y la Tecnología (Ex Eureka) que habían destinado como depósito; cuando debieron acumular más de 3.500 kilos de papel a la intemperie y cuando los distintos medios de prensa se hicieron eco de su idea.

En total, recaudaron en poco más de un mes 10.040 kilos de papel y cartón. Fue gracias al aporte de unos dos mil particulares, de ciertas oficinas públicas y la firma Nevada, que donó 2.500 kilogramos.
 
“Todos sumaron. Vialidad nos prestó camiones para recolectar el papel y hasta la empresa de Maipú que nos compró el material (DUO SA), nos hizo un precio buenísimo por kilo”, acotó Gisela.