Página 12 - Miércoles 14 de noviembre de 2012
El estudio señala la positiva evolución socioeconómica de Latinoamérica, pero con rasgos más marcados en Argentina. La clase media abarcaba el 24 por ciento de la población en 2003 y pasó a 46 en 2009: de 9,3 millones de habitantes a 18,6 millones.
La clase media argentina se incrementó de 9,3 a 18,6 millones de personas entre 2003 y 2009, una suba que en términos relativos a la población total es la más importante de la región, seguida por Brasil, Uruguay y Colombia, informó ayer el Banco Mundial. Según detalló a Página/12 el economista jefe para América latina de esa entidad, Augusto de la Torre, en 1995 la clase media representaba el 38 por ciento de la población argentina, en 2003 bajó al 24 por ciento y en la actualidad es el 46 por ciento (ver aparte). La tendencia al crecimiento de los sectores medios se repite en la región, donde se registró desde 2000 una suba de 103 a 152 millones de personas en esa condición. Explican la evolución destacada del caso nacional las políticas de redistribución del ingreso, el crecimiento económico y la inusitada destrucción de las capas medias que produjo la crisis de 1998-2001, lo que determinó que el “punto inicial” fuera muy bajo.
Para el Banco Mundial, el 30 por ciento de la población de América latina pertenece a sectores pobres, un 38 por ciento a “vulnerables”, un 30 por ciento a la clase media y el 2 por ciento restante son ricos. De 1995 a 2010 la pobreza bajó del 44 al 30 por ciento. En tanto, el 40 por ciento de los hogares ascendieron de “clase socioeconómica”. La mayoría de los pobres que ascendieron no se integraron directamente a la clase media, sino que pasaron a formar parte de los “vulnerables”, que actualmente es el sector social más numeroso de la región. El porcentaje de pobres igualó al de la clase media, cuando hace diez años era 2,5 veces superior. Los datos surgen del informe “La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América latina”, que fue presentado ayer.
Para el Banco Mundial, una familia de cuatro miembros pertenece a la clase media si su ingreso anual está entre el equivalente de 14.600 dólares y hasta 73 mil dólares a precios de 2005 (entre 10 y 50 dólares por día per cápita). Este nivel de ingreso proporciona “una mayor capacidad de recuperación ante eventos inesperados y refleja una menor probabilidad de volver a caer en la pobreza”, indica el organismo multilateral. Los sectores “vulnerables” reciben por día entre 4 y 10 dólares per cápita y los segmentos pobres, menos de cuatro dólares diarios.
La clase media creció de 103 a 152 millones de personas en la región y de 9,3 a 18,6 millones en la Argentina. La mejora, de 9,3 millones de personas, representa el 25 por ciento de la población total. El avance que se produjo en Brasil fue del 22 por ciento, seguido por Uruguay (20 por ciento) y Colombia, con el 16 por ciento. El desempeño destacado del caso local se explica porque el crecimiento económico y la redistribución del ingreso a través de impuestos y subsidios aportaron casi en partes iguales para generar ese resultado. En otros países, el peso del crecimiento resultó mucho mayor, sin tener tanta importancia la acción redistributiva. La mejoría argentina también tiene que ver con el piso muy bajo del cual se parte, luego del fuerte deterioro que los sectores medios sufrieron en la crisis de 1998-2001 que signó el fin de la convertibilidad.
“La experiencia reciente en América latina y el Caribe le muestra al mundo que se puede brindar prosperidad a millones de personas a través de políticas que encuentran un equilibrio entre el crecimiento económico y la ampliación de oportunidades para los más vulnerables. Representa un cambio estructural histórico”, señaló Yong Kim, y agregó que “se debe a las políticas implementadas por los gobiernos”.
Otro resultado que destaca el Banco Mundial se verifica en Brasil, que da cuenta del 40 por ciento del crecimiento de la clase media en la región. En Colombia, el 54 por ciento de la población mejoró su nivel económico entre 1992 y 2008 y en México el 17 por ciento de la población se unió a la clase media entre 2000 y 2010. En cambio, la institución advirtió que el avance fue mucho menor en Guatemala y Paraguay.
“Lamentablemente, a pesar del movimiento ascendente de los ingresos a lo largo de la vida de una generación, la movilidad intergeneracional sigue siendo limitada en América latina”, advierte el informe, lo que implica que el origen económico y social de los padres sigue jugando un papel sustancial para definir el futuro económico de los hijos.
A nivel cualitativo, el Banco Mundial explica que en América latina los jefes y jefas de hogar de clase media tienen más años de escolaridad que los sectores pobres, tienden a vivir en zonas urbanas y es más probable que sean empleados formales que autoempleados, desempleados o empleadores. En términos sectoriales, se encuentra con mayor frecuencia la clase media dedicada a los servicios como salud, educación y servicios públicos y la manufactura. El tamaño promedio del hogar es de 2,9 individuos.
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