Hubo ayer una apuesta clara de los tres principales funcionarios brasileños que precedieron a la presidenta Rousseff, quien llegará hoy por la mañana a la conferencia de la UIA. En distintos discursos, el canciller Antonio Patriota, el ministro de Desarrollo e Industria Fernando Pimentel y el asesor en asuntos internacionales de la jefa de Estado, Marco Aurelio García, hicieron del “optimismo” y la “integración” casi una cuestión de fe. Pero eso no ocultó las visiones diferentes que existen sobre las políticas industriales y de inversión, con foco en la industria automotriz.

Pimentel estuvo reunido con la ministra Giorgi. Y el tema de conversación fue el nuevo acuerdo de la industria automotriz que debería entrar en vigencia en julio de 2013 en reemplazo de aquel que vencerá a fin de año. “Estamos sufriendo en el mundo una transformación del sector industrial, donde la industria no será la misma”, advirtió: “El modelo de negocios tiende a ser el de Apple . La pregunta es: ¿esa empresa es una industria? Sí, lo es. Pero no fabrica nada; diseña”.

Para los brasileños la industria de autos “tiene un enorme dinamismo”, pero llamó a no confundirse al advertir que ese sector “camina a grandes pasos en esa dirección (Apple). Las grandes industrias no van a fabricar nada. Nuestro desafío no es regional, ni está localizado en nuestro continente”. Para Marco Aurelio García, que Dilma Rousseff esté hoy en Cardales para compartir con Cristina Kirchner el cierre de la conferencia industrial “es una visita normal”; pero tiene “como es evidente un carácter político”.

Tanto el canciller Patriota como el ministro Pimentel coincidieron en que la región no puede limitarse a ser proveedora de commodities agrícolas o minerales. “El Mercosur debe ser el mayor proveedor de productos agrícolas por largo tiempo. Pero esa es la base necesaria para tener economías libres en el siglo XXI”, dijo Pimentel.