Se inauguró ayer la 20a Conferencia Internacional de Sida, que este año se celebra en Australia y cuyo espíritu se resume en la Declaración de Melbourne: “La no discriminación es fundamental para una eficaz respuesta al VIH”. Entre los temas que se debatirán hay una propuesta de la OMS para utilizar medicamentos contra el VIH como prevención en personas no infectadas, pero que tienen conductas de alto riesgo. Otro tema será el caso de “la bebita de Missi-ssippi”, en la que, luego de haber sido muy tempranamente tratada con medicamentos, parecía que se había logrado erradicar el virus, aunque la semana pasada se encontraron trazas de VIH en su organismo. Otra dimensión igualmente importante de esta conferencia es el encuentro de personas con VIH de 180 países en un evento llamado Aldea Global. Más de 14.000 participantes llegaron ya a Melbourne, pero el encuentro se ve ensombrecido por la muerte de unos 100 participantes y familiares en el avión de Malaysia Airlines derribado el jueves en Ucrania.

La Declaración de Melbourne advierte que “para derrotar al VIH y lograr acceso universal a la prevención, tratamiento y cuidado, nadie debe ser criminalizado o discriminado a causa de su género, edad, raza, etnicidad, discapacidad, religión, orientación sexual, condición de trabajador o trabajadora sexual, usuario de drogas ilícitas o persona viviendo con VIH”.

El australiano Sharon Lewin, copresidente de la conferencia, destacó que “el gran desafío es encontrar un camino para destruir los reservorios del virus en el cuerpo o lograr que el sistema inmunitario sea capaz de mantenerlos en niveles suficientemente bajos como para que los pacientes puedan dejar de tomar antirretrovirales en condiciones seguras”. Lewin agregó que “los avances científicos, la financiación y la búsqueda de una vacuna serán temas fuertes este año”.

La conferencia incluirá una presentación abierta al público llamada Aldea Global, donde “personas de unos 180 países hablarán de cómo viven con VIH y cómo el VIH concierne a todos los aspectos de la sociedad”.

Un tema de debate y análisis será el caso llamado de “la bebé de Mississippi”. Es una niña que nació en 2010. Su madre tenía el VIH, pero nunca había hecho consultas durante el embarazo, de modo que no se pudo administrar el tratamiento para prevenir la trasmisión vertical. Cuando la nena nació, infectada, a las pocas horas empezó a recibir antirretrovirales y el tratamiento continuó durante 18 meses, tras los cuales la madre desapareció junto con la niña. Ambas reaparecieron cinco meses después y la nena continuaba sin virus en la sangre. Continuó así durante casi dos años, lo cual abrió expectativas de que el tratamiento tempranísimo del virus podría hacer posible su erradicación. Hasta ahora, los antirretrovirales permiten que el virus se mantenga indetectable en la sangre, pero reaparece a las pocas semanas cuando se interrumpe el tratamiento. El caso de Missi-ssippi iba a ser tema de la conferencia, y lo será, pero con la salvedad de que, hace pocos días, el virus reapareció en la bebita.

Otro tema a debatir surge de que la OMS recomendó a hombres que tienen sexo con hombres (HsH) y que no utilizan el preservativo de manera consistente “que consideren tomar medicamentos antirretrovirales como un método adicional para prevenir la infección por VIH”, además del preservativo. Es que en ese grupo social “las tasas de infección por VIH permanecen altas en casi todas partes”. El argentino Omar Sued, director de investigaciones clínicas de Fundación Huésped, que participa en la conferencia, señaló que “podría ser costo efectivo centrar esta posibilidad en personas expuestas a situaciones de mucho riesgo, como suele ser el caso de las trabajadoras sexuales transgénero”.

Si bien la cantidad de nuevas infecciones cayó más de un tercio desde 2001, todavía dos millones de personas se infectan con VIH cada año. Las muertes por sida, que también se han reducido, sumaron no obstante un millón y medio el año pasado. En el mundo hay 13 millones de personas en tratamiento con antirretrovirales.