Que la escasez de agua se agravará en el futuro inmediato -sobre todo en el centro oeste del país- y que "hay que enfrentar cambios urgentes en las formas de producir, de regar nuestras fincas y en la vertiginosa expansión urbana", fueron las primeras conclusiones del Congreso de Cambio Climático, Vitivinicultura y Recursos Hídricos, que se realizó recientemente en el Centro de Congresos, con la participación de científicos y técnicos del país y del exterior. Ocurrió precisamente a horas de este verdadero llamado a la conciencia universal que implica el Día Mundial del Agua.

Porque la humanidad se enfrenta hoy a los cataclismos de la Tierra, con la misma conmoción con que se expande la brecha entre el agua dulce disponible y el vertiginoso crecimiento de la demanda. Los especialistas, en el seminario aquí en Mendoza, fueron enfáticos en la necesidad mundial de afrontar políticas de Estado -incluso coordinadas regionalmente- que otorguen continuidad e inversión específica a la preservación del agua y a su uso inteligente, tanto en el riego agrícola y el aprovechamiento urbano, como en su uso industrial y para el esparcimiento.
 
En el encuentro hubo productores de diversas partes del mundo que aportaron una minuciosa evaluación de la incidencia que está teniendo en la agricultura mundial el cambio de las condiciones climáticas apuradas por el calentamiento global, el aumento de las temperaturas promedio, la disminución de las amplitudes térmicas y la modificación de las disponibilidades hídricas.

 En nuestra región -se concluyó- queda un solo camino para afrontar el futuro. "Tenemos que mejorar rotundamente el uso eficiente del agua escasa, tanto en el agro como en la ciudad y la industria y estudiar rápidamente métodos para acondicionar nuestros cultivos y las estratégicas económicas a los cambios climáticos que acentuará el calentamiento global", afirmaron los científicos.

En definitiva, tenemos que perseverar con máxima perseverancia una verdadera política del agua -que ha tenido aquí entusiasmos y discontinuidades- en una transformación cultural de productores y estadistas, para replantear el uso del líquido y su protagonismo en el futuro. Si el agua para riego agrícola consume en Mendoza el 80% de nuestros ríos, tendremos que replantearnos todos los métodos de riego, embalsando, canalizando, entubando con presión y regado por goteo, por aspersión u otros métodos modernos.

Todas las políticas del futuro -incluyendo las de financiación y apoyo- debieran estar dirigidas a gastar la mitad o menos de lo que actualmente derrochamos por riego de inundación, como el que mayoritariamente se utiliza desde hace centurias. En las ciudades, deberemos racionalizar el uso, cobrándola como bien de alto costo social e instrumentando todo lo necesario para un consumo racional, moderno y solidario, en un mundo de carencias. Habrá que incentivar la lucha contra la contaminación y la depuración de las aguas servidas.

La mejor conmemoración del Día Mundial del Agua debiera ser para nosotros,  asumir el compromiso vital de actualizar la nueva cultura del agua, acondicionando las políticas públicas y la responsabilidad de nuestros dirigentes para  preservar este elemento esencial a cualquier pretensión de desarrollo social y económico para el futuro.

http://www.losandes.com.ar/notas/2011/3/22/compromiso-agua-557634.asp