A pesar de que las estadísticas indican que el porcentaje de trabajo infantil en el país ha descendido, en el Gobierno provincial aseguraron que "desde el momento en que existe un niño en esas condiciones, estamos en problemas". En Mendoza, los tres sectores económicos en los que más casos se registran son: el trabajo en basurales, donde participa todo el grupo familiar; el rubro de la fabricación de ladrillos y los hornos donde se los cocina; y en el sector fruti hortícola.

Hace casi cuatro años se creó el programa "Buena Cosecha" y, con el objetivo de potenciar sus resultados, adelantaron que planean trabajar en conjunto con docentes para detectar los casos de trabajo infantil.

El programa en cuestión consiste en asistir a los hijos de los trabajadores rurales mientras estos se encuentran realizando sus labores. Su objetivo es darles alternativas a los padres para que no se vean obligados a llevar a sus hijos al trabajo en los cultivos.
Para ello se crearon centros socio educativos, con la finalidad de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y prevenir que los niños tengan que trabajar.

"Se trata de un programa que incluye a municipios de todos los partidos políticos, en el cual participan tanto ONG's de origen religioso, como otras de izquierda. Hay una gran multiplicidad de voces", manifestó la Directora Provincial de Empleo, Dora Balada.

En los últimos años ha crecido notablemente la concientización acerca de esta problemática. Incluso, destacó que es mucho mayor la colaboración de los docentes. "Los niños hablan en la escuela y así se pueden detectar casos de niños que trabajan", señaló la funcionaria.

"Estamos dando valor a este programa y hemos elaborado un protocolo de abordaje para los maestros y los directivos de estos centros", expresó Balada, que al mismo tiempo señaló que Buena Cosecha "ha permitido una cobertura de hasta más de 5.000 chicos en lo que va del año".

Otras formas de trabajo infantil

Además de los caso ya mencionados, también se procura erradicar el trabajo de niños en el hogar. Existen muchos casos en los que los menores quedan ha cargo de los quehaceres diarios y del cuidado de sus hermanos menores mientras sus padres se encuentran trabajando.

Esto los afecta en su rendimiento escolar, ya que son chicos que sufren una fatiga física y mental, lo que profundiza los déficit educativos y sociales.

Además, en la ciudad también hay casos de trabajo infantil en el desarrollo de tareas productivas ligadas a la generación de ingresos, como la venta ambulante, la recolección de materiales reciclables o limpiando vidrios.

Números a nivel nacional

Según datos difundidos por la Encuesta Permanente de Hogares del Indec, la tasa de trabajo infantil en el año 2004 era del 6,4%, y en 2012 fue del 2,2%, lo que implica una reducción del 66% en 9 años.

A nivel mundial, actualmente son más de 215 millones los niños que trabajan.

La Organización Internacional del Trabajo instituyó el primer Día contra el Trabajo Infantil en el año 2002 y en el año 2005, el Congreso de la Nación promulgó una ley en consonancia.

En Argentina la legislación admite el empleo a partir de los 16 años para cualquier tipo de actividad, con o sin fines de lucro, y prohíbe el trabajo a menores de 18 años en tareas peligrosas, riesgosas, nocturnas o insalubres.