Ser joven parece que no pasará de moda si nos vamos a seguir rigiendo por los parámetros culturales actuales, y en las últimas semanas, la actividad política de quienes no han llegado a la adultez o la posibilidad de que chicas y chicos de 16 años puedan votar (ver página 3) se coló en la agenda pública. Y, para aportar un elemento más de debate sobre la juventud, en la Legislatura, se buscará sancionar la semana próxima una ley que promueve la constitución de centros de estudiantes en la educación media y terciaria, pública y privada.

Ayer, en la Comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales se firmó un despacho para que en la sesión del martes 11 se trate sobre tablas esta iniciativa, que ya cuenta con media sanción de la Cámara Baja y cuya autora fue la diputada oficialista Sonia Carmona. Hasta ahora, la única reglamentación que regía para este asunto es una resolución de 1985 emitida por Hugo Duch, ministro de Educación de esa época. En la actualidad, según datos de la Dirección General de Escuelas (DGE), hay formalmente constituidos 85 centros de estudiantes secundarios, más unas 35 asociaciones, cooperativas o brigadas de jóvenes.

Es decir, de las 214 escuelas secundarias que hay en la provincia, casi 50 por ciento cuenta con un órgano de representación que ejercen los estudiantes, según precisaron desde la Coordinación de Centros de Estudiantes de la DGE. En la actualidad, esa dependencia está haciendo un relevamiento provincial de los centros de estudiantes, ya que, según comentaron, actualmente se presentan muchos casos de creación y disolución. Con la ley que los regirá se buscará que esté regulado. Otras de las novedades, a diferencia de la resolución de Duch, es que esta normativa abarcará a los colegios privados.

Con respecto al voto, será universal, secreto y no obligatorio. "Entre las incorporaciones que se le hicieron en el Senado a esta iniciativa está la mirada de género, como a la vez garantizar el acceso equitativo entre varones y mujeres a los cargos electivos", precisó la senadora justicialista Claudia Torres. La resolución, que fue emitida en 1985, no deja bien en claro los límites que tienen las autoridades escolares a la hora de respetar el funcionamiento de los centros de estudiantes, y los jóvenes estaban condicionados en su accionar por las libres interpretaciones que hacían los directivos, comentó, por su parte, Carmona.

Entre los objetivos que tendrán los centros de estudiantes según esta futura ley, está "contribuir al desarrollo de una cultura política pluralista, donde el debate de las cuestiones de la esfera pública está directamente relacionado con la búsqueda del consenso a través de la discusión y deliberación", se explica en inciso b, del artículo 3.

Otro punto destacado del proyecto es el que habla de "familiarizar a los jóvenes con los principios de republicanismo cívico, la democracia constitucional y las formas de asociativismo", como también el referente a "garantizar la participación estudiantil en cuestiones que sean de interés y el de su comunidad educativa, asegurando, para ello, su derecho a opinar y que dicha opinión sea tenida en cuenta". En el artículo 6 se detallan las funciones, y en el punto b se habla de "ejercitar el derecho de expresión y petición ante las autoridades que corresponda, a fin de satisfacer las necesidades de los alumnos, y efectuar las gestiones conducentes a realizar propuestas relativas al mejor funcionamiento y convivencia armónica del establecimiento educativo del que forman parte".

Lápices aún vivos

El 17 de setiembre se llevará a cabo en la Legislatura el II Encuentro de Participación Política y Juventud denominado Los Lápices Siguen Escribiendo, que incluirá un Parlamento Juvenil. La idea es conmemorar el trágico momento en 1976, hoy conocido como La Noche de los Lápices –cuando en La Plata murieron seis estudiantes secundarios por reclamar el boleto estudiantil– y reflexionar sobre las experiencias de participación política y ciudadana de los jóvenes.