El Partido Demócrata reclamó que el radicalismo ratifique su compromiso con la reforma electoral y prometió su respaldo al paquete de leyes que se discutirá el 5 de diciembre en la Cámara de Diputados. "Me consta que la reforma va a tener 5 votos del PD, pero espero que seamos 25 en total", señaló el jefe del bloque de diputados demócratas, Aníbal Ríos, con referencia a una posible fuga de voluntades en la bancada radical. Sin 25 diputados que levanten la mano, la reforma no tendría aprobación en la Cámara Baja. De lo contrario, los legisladores opositores dependerían del apoyo del PJ o los bloques minoritarios.

Precisamente en esa cifra descansa la fortaleza de los proyectos que hasta el miércoles impulsaban sin fisuras radicales y demócratas en la Cámara Baja. Pero la sorpresiva embestida del PD contra la UCR del miércoles, que estuvo encabezada por el diputado nacional Omar De Marchi, sembró dudas sobre la unidad de ambos partidos. Los demarchistas salieron al cruce con un documento donde acusaron a kirchneristas y radicales de no querer la reforma electoral pregonada. Se quejaron de algunas dilaciones y señalaron que la UCR ha dado peligrosas señales de ruptura, pero el radicalismo desmintió esa versión.

DESMENTIDA. El diputado Tadeo García Zalazar, vocero de la reforma electoral en la UCR, aseguró que el bloque sigue apoyando todos los proyectos que había acordado impulsar con el PD. La clave del acuerdo consiste en aprobar un despacho único donde Mendoza incorpore como leyes el desdoblamiento de las elecciones, la boleta única y el voto electrónico, las PASO y el financiamiento estatal de campañas. Pero, por las internas ajenas, los demócratas desconfían de que este compromiso radical se cumpla.

Néstor Parés, jefe del bloque radical, desmintió que se vaya a producir una ruptura. "No tenemos fisuras, eso es un invento", dijo el legislador. El ámbito informal de un asado sirvió el miércoles para descartar esa versión. Varias fuentes de la UCR señalaron que hubo una reunión donde un puñado de diputados, presuntamente díscolos, confirmaron que no romperán el bloque. "Seguirán apoyando, con matices", expresó un legislador, con referencia a la postura de cuatro correligionarios: Omar de Miguel, José Barrigón, Liliana Vietti y Teresa Maza.

TODOS CONTRA TODOS. Lo cierto es que la reforma electoral se estancó esta semana (ayer debían empezar las consultas con especialistas, pero la reunión pasó para la semana siguiente) y seguirá navegando en aguas donde todos sospechan de todos y le endilgan la parálisis al adversario político. El jefe del justicialismo en Diputados, Gustavo Arenas, confirmó que el oficialismo quiere debatir las leyes para cambiar el sistema electoral y que ahora el problema lo tienen la UCR y el PD. "Vamos a tener una reunión para acordar una metodología, porque tienen diferencias entre ellos", lanzó.

El PD, por su lado, desconfía del apoyo de su "socio" radical y sugiere que las diferencias que aparecieron en el Senado ya se están irradiando en la Cámara Baja. Los radicales, por último, disparan contra justicialistas y demócratas en general: dicen que en el oficialismo hay muchas diferencias con la reforma electoral y la intención de frenarla en la Cámara Alta, y que el PD ahora está "abriendo una puerta" para, más adelante, acompañar al PJ en la reforma constitucional e, incluso, el presupuesto 2013.