El retorno a la actividad de la Legislatura provincial estará marcado por un fuerte y urgente debate por el régimen que endurece las salidas transitorias de los presos, al cual, el oficialismo pretende hacerle numerosas modificaciones. A instancias de la oposición, antes del receso quedó aprobado en general en la Cámara de Diputados el nuevo Código de Salidas Transitorias. El justicialismo lo apoyó para no quedar mal ante la sociedad mendocina, pero lo cierto es que el Gobierno tiene profundas diferencias técnicas y jurídicas respecto del proyecto y las planteará en los próximos días. En Diputados había tanta urgencia en dar el gesto, que la iniciativa se votó, incluso, sin dictamen de comisión –dicen en el Poder Ejecutivo– a pesar de que el código tiene 290 artículos. Pero en las aceleradas rondas previas quedó a la vista el descontento de los funcionarios.

Esas disidencias fueron expresadas con todas las letras por el director general del Servicio Penitenciario, Sebastián Sarmiento, quien calificó el proyecto del radical Luis Petri con adjetivos como "espanto" y "desastre". Sarmiento también señaló que, si no se hacen cambios, la iniciativa seguramente será declarada inconstitucional por la Justicia. "Es inaplicable. Se trata de legislación por espasmo", afirmó el funcionario.

OBJECIONES MÚLTIPLES. Según Sarmiento, el proyecto tiene "más de setenta errores" y por ello indicó que el oficialismo presentará uno alternativo. Si fracasa en la Cámara Baja, insistirán con la propuesta alternativa en el Senado. El funcionario sostuvo que el código aprobado por Diputados en general afecta directamente la progresividad de la pena, ya que impide la salida transitoria de todos los presos que han cometido robos con armas, quienes representan casi ochenta por ciento de la población carcelaria.

Sarmiento relativizó también la importancia de esta legislación, ya que, de los 3.100 internos de las cárceles mendocinas, apenas tres por ciento tiene el beneficio de la salida. Además, sostuvo que el proyecto es incoherente, pues castiga al interno que ha cometido un robo con armas pero no restringe los beneficios de aquel responsable de un homicidio simple. "O sea, permite matar una persona pero no robar en un quiosco. El valor de la vida queda en segundo lugar", aseguró. Otro elemento que preocupa es que este código provincial retira la adhesión al régimen nacional, determinado por la ley 24.660, con lo cual coexistirán, de aquí en más, dos formas diferentes de castigar a los presos alojados en cárceles locales.

Así, si una persona es castigada por un delito federal, tendrá un régimen de salidas más flexible que si es condenada por la Justicia provincial, único ámbito de aplicación para el código aprobado por Diputados. "Los delincuentes van a salir a robar con un kilo de marihuana encima porque de esta manera les va a ir mejor cuando los encierren", graficó Sarmiento. Otros cuestionamientos oficiales son respecto de hechos que el nuevo código no sancionaría como faltas graves. Se trata de la fuga y tenencia de chuzas y celulares dentro de las cárceles.

ENCRUCIJADA PERONISTA. Lo paradójico del caso es que el PJ, a pesar de que no está muy de acuerdo, acompañó el proyecto en general en la Cámara de Diputados y ahora está en apuros: deberá generar los cambios en el articulado y conseguir consenso político muy rápidamente, ya que es obligatorio votar en particular en la próxima sesión. El plazo real se vencerá la semana que viene, ya que en esta no sesionará Diputados, debido a que el día de reunión coincide con el feriado por la celebración del santo Patrón Santiago.

En cambio, debería haber mucho trabajo en las comisiones esta semana. En este sentido, el presidente de la Cámara Baja, Jorge Tanús, reconoció que la ley aprobada en general por el peronismo mendocino antes de las vacaciones "es muy floja". También afirmó que el nuevo código requerirá de más plazas en las cárceles, porque restringe al máximo el beneficio de las salidas. Pero no habrá marcha atrás del oficialismo: "De todos modos, la decisión política es sacar la ley", aseguró.