“Esta es la primera vez que tengo un trabajo en blanco con aportes y eso me da tranquilidad. Es difícil, pero se puede y lo mejor es cuando le encontrás el gustito a la independencia laboral. Antes trabajaba ocho horas al día y me pagaban dos mangos”, es la frase de Santiago Pizarro (22), estudiante de Comunicación Social de la UNCuyo, quien en noviembre del año pasado consiguió su primer empleo formal del programa Iniciar y se desempeña en el área administrativa del centro de enseñanza de lenguas extranjeras Intercultural de Ciudad.

Este es sólo uno de los 280 casos de chicos mendocinos de entre 18 y 25 años que terminaron el ciclo de educación secundaria y no han tenido ningún empleo formal, que ya gozan del programa provincial de inserción laboral que se implemento en octubre de 2012.

Cuando el Gobierno lanzó la convocatoria, se inscribieron más de 10 mil chicos, pero sólo quedaron 4.590, quienes cumplieron los requisitos que fueron corroborados a través de la DGE (Dirección General de Escuelas) y con la ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social). De esa cifra, el 52% nunca terminó el trámite y no recibió el certificado que otorga el Gobierno para salir en busca del primer empleo.

La mecánica del sistema es la siguiente: la Provincia otorga a las empresas que incorporen jóvenes en su primer empleo un subsidio de $1.000 por empleado por un período de 12 meses, que el empresario puede deducir del salario total que abona al trabajador.

Y fue así como Santiago, que vive con sus padres en Ciudad, pero anhelaba trabajar para independizarse y poder solventar sus gastos, encontró un empleo de medio día que le posibilita seguir con sus estudios y recibe un salario de $2.000 por mes.

“Gracias a mi trabajo, ahora me puedo pagar mis fotocopias, transporte y no sólo eso, sino que me ayudó a tener otra mentalidad y organizar los tiempos para estudiar y cumplir con mi obligación laboral”, contó el joven mientras cumplía con sus tareas.

“Mi sueño es recibirme y escribir notas en algún diario o revista o trabajar como conductor en la tele, pero mientras tanto, quiero trabajar porque más allá de la plata, abrís un camino y adquirís experiencia, contactos”, confesó el chico que maneja varios idiomas, entre ellos francés, inglés y alemán.

Un empleo a medida

Soledad Benegas, jefa del programa Iniciar, comentó: “Desde que arrancó la iniciativa, se crearon 280 nuevos puestos de trabajo en 200 empresas diferentes. Esto significa una posibilidad para jóvenes que no nunca han tenido un empleo y es un incentivo al desarrollo de las pymes mendocinas para que puedan acrecentar su productividad a través del aumento de la planta de personal”.

Según la funcionaria, “el balance es muy positivo, a pesar de que las empresas tenían muchos prejuicios con los jóvenes y de entablar una relación con el Estado. Los resultados son satisfactorios”.

Los empleos son variados y en distintos rubros, pero los más demandados son telemarketer, atención al público, telefonistas y tareas administrativas. También son muy buscados los diseñadores gráficos y programadores de sistemas, entre otros.

Si bien el programa tiene como objetivo promover la inserción laboral de los jóvenes y brindarles una herramienta que fortalezca las condiciones para su empleabilidad, son ellos mismos quienes deben realizar la búsqueda de empleo y postularse en las empresas según sus intereses, perfiles y gustos.

Visión empresarial

Por el lado de la experiencia de las empresas, Alejandro Scherbovsky, gerente del hotel Alcor, contó: “Recibimos el programa con mucha expectativa y luego surgió la posibilidad de reclutar personal y tomamos a una postulante que estaba dentro del Iniciar para desempeñarse en el área de recepción. El resultado es muy positivo porque incentiva a los jóvenes, ya que muchos chicos salen de la universidad y no tienen inserción laboral por diversos motivos y además, este sistema colabora con el sector empresarial”.