A partir del próximo ciclo lectivo todos aquellos que aprueben el examen de ingreso a la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de Cuyo se transformarán en alumnos.

Esto es así a partir de la eliminación del cupo de 120 vacantes que existió hasta este año y que generó tantas controversias, entre ellas por parte de los jóvenes que pese a haber aprobado y obtenido buenas calificaciones no podían comenzar sus estudios por quedar por debajo de la línea de corte.

Así, el Consejo Superior de la casa de estudios aprobó por amplia mayoría la propuesta de la facultad, que vino a concretar una demanda de larga de data de diferentes sectores como aspirantes, egresados, docentes y alumnos de diversos claustros.
 
La medida no implicará cambios en cuanto al porcentaje requerido para la aprobación de los tres exámenes, que seguirá siendo de 60 por ciento, así como tampoco en la exigencia que estos conllevan, que es elevada.

“Hacer esto implicaría un cupo encubierto”, señaló el vicerrector de la UNCuyo, José Rodríguez, quien en ausencia del decano presidió la reunión y manifestó que al aprobarse hubo un aplauso generalizado de los presentes. “Es un hecho histórico, por lo cual todos los que aprueben entrarán”, calificó.

Cada ciclo lectivo rinden alrededor de 1.400 aspirantes, la mayor demanda de toda la universidad, de los cuales aprueba en promedio sólo 10 por ciento. La limitación en los bancos disponibles existía desde 1996, ya que se consideraba que el ingreso debía ser selectivo.

Según Rodríguez, eran muy pocos los que quedaban fuera, alrededor de 20, y como se daban las condiciones se transformaba en un acto de injusticia ya que en muchos casos quienes obtenían una misma calificación debían dejar su destino supeditado a un sorteo por el problema del cupo.
 
Esto generó año tras año varios conflictos, por lo cual, por ejemplo, el año pasado se hizo una excepción para dejar ingresar a 15 chicos que tenían el mismo puntaje. Los reclamos han llegado incluso a la Justicia, como ocurrió en 2006 cuando Vicente Scaglione, en representación de su hija Ludmila Paola, presentó una medida cautelar para pedir la ampliación del cupo, lo cual fue rechazado por la jueza federal Olga Pura de Arrabal.

El año pasado, un grupo de padres de alumnos aspirantes solicitó la suspensión de las clases en esa unidad académica argumentando que se había alterado el número de ingresantes para “beneficiar” a 7 u 8 estudiantes, lo cual consideraron que había perjudicado a sus hijos, quienes, pese a haber aprobado, no fueron favorecidos de la misma manera. En esa oportunidad, el Consejo Superior avaló el accionar de la facultad.

Adaptarse a la demanda

Si bien se reconoce que la alta conflictividad que se generaba con quienes no podían ingresar pese a haber aprobado tuvo mucho peso en esta decisión, también se mencionan otros motivos. La vicedecana de esta facultad, Alba Ortiz, señaló que se tuvieron en cuenta varios aspectos: “La población ha ido aumentando y hay necesidad de más médicos, una necesidad que no está cubierta pese a que también hay una mala distribución”.

Además mencionó que se trata de dar oportunidad de estudiar a aquellos jóvenes que no pueden pagar la educación privada. Señaló que seguramente habrá que aumentar la infraestructura y los docentes, pero que no se puede pensar en un ingreso masivo ya que el aprendizaje y la práctica vinculada a éste requieren el trato con pacientes, lo cual no sería fácil de lograr para muchos alumnos, al tiempo que destacó que en ningún caso se trata de declinar la calidad, ya que es una carrera considerada de riesgo, al igual que ingeniería.

No se quiere hacer “futurología”, por lo cual no se puede arriesgar un número respecto de cuántos podrían ser los ingresantes el próximo año. Sin embargo, Rodríguez estimo que de acuerdo a los números que se registran los últimos años podrían ser unos 150.

El curso de ingreso será igual, con una duración de seis meses, ya que se considera que está bien estructurado y, pese a que es optativo, brinda las herramientas adecuadas, como clases de consulta o tutorías especiales.

A partir de esta medida, la institución local se equipara con el resto de las facultades de esta casa de estudios, con excepción de Arquitectura, que por ser nueva requiere organización para adaptar los recursos, pero la intención es que con el tiempo se elimine esta limitación. También con la mayoría de las facultades de Medicina del resto del país, en las cuales ya prácticamente no existen los cupos.

Política inclusiva

La decisión se toma dos días después de que se aprobaran cambios en el ingreso a la carrera de Derecho, aprobados por el Consejo Directivo de la Facultad de Derecho (FD) y el Consejo Superior.

Allí, permitirán a los aspirantes acceder al recuperatorio de los dos exámenes exigidos (Historia y Derecho) sin necesidad de llegar al 50% de los puntos, como se pedía anteriormente.

“Estamos aplicando políticas inclusivas para favorecer el ingreso en todas las carreras de todas las facultades. Se trata de fortalecer toda la trayectoria: ingreso, permanencia y egreso”, subrayó Rodríguez.

La eliminación del cupo fue aprobada el día que se inauguró la Expo Educativa; sin embargo, fue calificado como una mera casualidad. Ortiz dijo al respecto: “No creo que vaya a generar mayor interés porque los estudiantes ya vienen con la intención de estudiarla; es una vocación, una carrera especial”.