La obesidad es una enfermedad que se está convirtiendo en epidémica en todo el mundo. En nuestro país está dando señales de alerta desde 2005 y también lo está haciendo en Mendoza. Aunque en nuestra provincia predomina más el sobrepeso y sólo en Osep atienden 600 consultas mensuales por esta enfermedad.

Los médicos y especialista en la materia consideran que el aumento de peso en la población mendocina se debe a varios factores como la mala alimentación, la falta de actividad física y la cantidad de horas que las personas pasan sentadas en el trabajo o frente a la computadora.

“Nosotros tenemos en tratamiento a 2.850 pacientes, pero sabemos que en Mendoza hay muchas más personas con obesidad. Esa es la cifra de gente que tenemos informatizada. Y lo que sí hemos notados es que predomina el sobrepeso”, comentó Alejandra Mellado, titular del Programa Provincial de Obesidad, quien detalló que comenzaron a prevenir la gordura primero a nivel hospitalario y, desde el año pasado, están trabajando en los centros de salud.

La última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2005-2009 realizada por el Ministerio Nacional de Salud da cuenta de que la mitad de la población argentina (el 53,4%) tiene exceso de peso (sobrepeso y obesidad). El porcentaje promedio de obesidad en el país trepó del 14,6% en 2005 al 18% en 2009. Las provincias que tienen los porcentajes más altos son Santa Cruz (23,5%), Catamarca (23,2%), Chubut (21,9) Tierra del Fuego (20,9%) y Mendoza (20,7%).

Desde el programa de obesidad de Osep también confirmaron que en el último tiempo las consultas aumentaron: “Nosotros trabajamos con personas mayores de 18 años y hemos notado un incremento en los asesoramientos. En pacientes crónicos estamos recibiendo 600 consultas mensuales, mientras que habrá unos 1.500 que preguntan por la cirugía bariátrica”, dijo la doctora Andrea Próspero, coordinadora de Gestión Clínica de Pacientes Crónicos de Osep.

Para la psicóloga social María José Cardoni, “los cambios sociales asociados a una elevada ingesta de alimentos con alta carga energética y una baja actividad física han creado un entorno propenso a la obesidad en todo el mundo no sólo en Mendoza”, explicó la profesional para quien entre las nuevas tecnologías y el stress la gente ha dejado de hacer actividad física: “Vemos que tanto chicos como adultos pasan horas con el celular o la computadora y ya no salen a andar en bicicleta como se hacía antes. Y si a esto le sumás el stress cotidiano que lleva a muchos a saciar su apetito con lo primero que encuentras, es lógico que tengamos una población pasada de peso”.

Los números no mienten

Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, en prevalencia de obesidad Mendoza pasó de tener un 16,2% en 2005 a un 20,7 por ciento en 2009. La población de varones con sobrepeso alcanza al 41,8% y con obesidad al 21,5%. Mientras que las mujeres con sobrepeso llegan al 29,3% y hay un 20% con obesidad.

Además, se detalla que de entre 18 y 24 años el 21,8% tiene sobrepeso y el 4,1% sufre obesidad. Las personas que están en la franja etaria de los 25 a 34 están con sobrepeso el 28, 6% y con obesidad el 20,1. De entre 35 a 49 años hay un 37,5% que se ubican en el primer grupo y un 26,9% en el segundo. De 50 a 64 años están pasados en su peso el 41,2% y tienen obesidad el 29,2%.

“Por lo general las mujeres son las que más se cuidan. Los estereotipos de bellezas tienen mucha influencia en esto aunque seguir cánones de bellezas nunca es lo indicado porque muchas veces terminan obsesionando a las personas. Pero sí es cierto que las mujeres cuidan más su cuerpo, hacen deportes y llegada la primavera comienzan una dieta”, expresó Cardoni

Próspero también coincide en que el estilo de vida que lleva una persona repercute directamente en su físico: “La mala alimentación es el principal factor. Muchos que trabajan horario corrido terminan alimentándose en las casas de comida rápida. Inclusive vemos muchos adolescentes cuyas reuniones son en este tipo de locales. Evitar las comidas con muchas calorías y grasas es fundamental para tener un cuerpo sano”.

¿Cómo se cura?

La doctora Próspero recomendó que lo mejor en estos casos es consultar primero al clínico de cabecera y manifestó que recuperarse de la obesidad no es fácil y puede implicar un tratamiento que demande hasta tres años.

“Desde la adolescencia que empecé a engordar y llegué a pesar 100 kilos midiendo 1,60 metros. Sinceramente pasé por momentos de mucha depresión que me llevaban a comer y comer hasta que un día noté que no podía caminar una cuadra que me agitaba. Así decidí recurrir a un médico y para llegar al peso que actualmente tengo estuve como dos años”, explicó Cintia Ramos, una joven de 32 años que actualmente pesa 58 kilos.

“No es fácil salir de la obesidad porque como decíamos anteriormente implica un cambio total en el estilo de vida. En Osep lo primero que hacemos es que el paciente lo vea un clínico, luego se lo deriva a un nutricionista y psicólogo de ser necesario y se le pide que realice educación física asesorado por un especialista”, comentó Próspero.

Por su lado, Mellado aseguró que durante todo el año se hace mucha prevención y difusión en diferentes ámbitos de la sociedad tratando de promover hábitos saludables. Inclusive aseguró que tienen un programa online para docentes que tienen alumnos obesos.

Ambas especialistas recomendaron la importancia de comer sano y de que los chicos lleven de merienda a las escuelas frutas en lugar de tortitas, galletas o papas fritas.

¿La solución en la flora intestinal?

Científicos chinos creen haber encontrado un método efectivo para perder peso: cambiar el tipo de bacterias intestinales. Según los estudios, las personas que tienen un nivel alto de bacterias en su flora intestinal específicas, como las enterobacterias, pueden tardar más tiempo en reconocer que su estómago está lleno.

Pruebas con ratones de laboratorio demostraron que existe una asociación entre las bacterias y la obesidad. Los ensayos con personas están empezando. En un ensayo clínico publicado en la revista Microbiology Ecology, científicos en Shanghái estudiaron a 93 personas obesas que inicialmente tenían un promedio del Índice de Masa Corporal (IMC) de 32. Quienes participaron en el estudio perdieron en promedio unos cinco kilogramos en nueve semanas y el 45% que continuó durante 23 semanas perdió unos 6 kilos. Su IMC promedio cayó a 29,3.

En este sentido, la doctora Próspero manifestó que “hay que tomar este estudio con mucha cautela y ver qué resultados tiene en humanos. Hasta ahora se ha probado en animales. La base del estudio es correcta pero hay que ver resultados específicos ya que nada es mágico en materia de obesidad”.

Por su lado, Mellado contó que no estaba al tanto de este trabajo que están realizando los chinos, pero que si se sabe de la importancia del funcionamiento de la microbiótica intestinal. Según los médicos, “la microbiota intestinal se considera un nuevo factor implicado en la regulación del peso corporal y las enfermedades asociadas a la obesidad, dada su influencia en las funciones metabólicas e inmunológicas del hospedador”.

Para los expertos, “la microbiota intestinal y algunos probióticos también regulan las funciones inmunológicas del individuo, protegiéndolo frente a infecciones y procesos de inflamación crónica. En cambio, los desequilibrios en el ecosistema intestinal (disbiosis) y la endotoxemia pueden ser factores inflamatorios responsables del desarrollo de resistencia a la insulina y del aumento del peso corporal. En función de las relaciones establecidas entre la microbiota intestinal, el metabolismo y la inmunidad, el uso de estrategias dietéticas destinadas a modular la composición de la microbiota, basadas en probióticos y prebióticos, podría contribuir al control de los trastornos metabólicos de forma más eficaz”.

Fuente: BBC Mundo