Por: Florencia Rodriguez florencia.rodriguez@elsol.com.ar   

Junio es el mes del Ambiente y nuevamente se trae al centro del debate la importancia de proteger al águila coronada. Esta especie está en peligro de extinción hace tiempo y, por este motivo, en los últimos años, se han reforzado las estrategias para preservarla. Desde el 2008 hasta la fecha, se han duplicado la cantidad de guardaparques y se realizan estudios de nidificación y monitoreo de este ave. La caza indiscriminada, el tráfico ilegal, la reducción de sus hábitats y las intoxicaciones son los peligros que amenazan a este ejemplar.

El águila coronada es un ave cuya longitud alcanza puede alcanzar hasta los 90 centímetros y con sus alas abiertas alcanzan una extensión de hasta dos metros. Vive únicamente en Sudámerica, más precisamente en algunas zonas de Paraguay, Bolivia, Brasil, Uruguay y Argentina. Puntualmente, en nuestro país, está presente en Mendoza, Santiago del Estero, Córdoba, La Rioja, Catamarca, Neuquén, Río Negro, lo que se conoce como bioma del monte.

La organización BirdLife Internacional, dedicada a la protección de las aves y sus hábitats, calificó al águila coronada como amenazada, “porque se encuentra en densidades muy bajas, en hábitats fragmentados y la gravedad de las amenazas sugiere un declive significativo y continuado”.

Según el sitio Aves Argentinas, estos ejemplares prefieren árboles de gran porte para nidificar por lo que las prácticas de desmonte- corte de árboles- y otras actividades humanas como el cultivo de soja u otras plantaciones relacionadas con el agro podrían restringir aún más los sitios aptos para anidar. “Observaciones recientes, indican que la especie necesitaría también de sitios con poca actividad humana para llevar adelante con éxito su reproducción y crianza”, agrega el informe realizado por el organismo.

“El águila coronada es un ave rapaz, es decir, cazadora. Por lo tanto mantiene controladas las poblaciones de muchos otros animales, ya sean reptiles o mamíferos pequeños. Por ejemplo, hemos encontrado en la vista de algunos nidos que comen muchísimas serpientes, entre ellas, la Yarará, una de las más peligrosas del monte. Mantiene un equilibro en el ecosistema” explicó Hugo Atencio, jefe del Departamento de Fauna de Mendoza.

El profesor de Biología y responsable de esta jefatura aseguró que desde el 2008 se ha duplicado la cantidad de guardabosques con los que trabajan en la nidificación y monitoreo de estos ejemplares en la Reserva Natural Bosque Telteca y en la Reserva de la Biósfera de Ñacuñán.

“En lugar de trabajar en un área protegida, desde el 2008, trabajamos en dos: Telteca y Ñacuñán. Además, se ha ampliado la cantidad de guardaparques que trabajan en el proyecto de conservación. También se ha hecho mucho trabajo social en las escuelas que están cerca de los lugares donde están las reservas para educar sobre la importancia de proteger esta especie”, agregó Atencio.

Las amenazas identificadas hasta el momento son: la pérdida de hábitat (modificación del ambiente), la persecución directa, por ejemplo, según un informe elaborado hace 3 años por Aves Argentinas, en la provincia de La Pampa, “de 134 encuestados, 33 personas reportan matar águilas; sumadas las halladas muertas, se tiene conocimiento de un total de 40 águilas afectadas por la persecución directa”, afirman . Otra amenaza son los tendidos eléctricos; el mismo organismo señala que en Mendoza, la electrocución en los últimos años supera el número de los que se conocen por persecución directa. Otro peligro al que está expuesto este ejemplar es el mascotismo y tráfico ilegal donde, según las estadísticas de este organismo “veinte casos han sido registrados en los últimos 15 años, de los cuales cuatro fueron en Mendoza. Finalmente, para colecciones zoológicas.

Pero el águila coronada no es la única especie que está amenazado. Desde el Departamento de Fauna informaron que están evaluando rever el estado de conservación de otras aves como el sietecuchillos y el cardenal amarillo para conocer si sigue siendo el mismo o si es necesario modificarlo y declararlo en peligro de extinción.

“En Argentina hay 1.200 especies. Las más afectadas por el tema cultural de tener animales en el patio son: el sietecuchillos que está en muchas casas y hay gente que lo sigue cazando y comercializando. Por esto, estamos pensando seriamente en analizar o cambiar su estado de conservación, es una de las más comercializadas de la provincia”, expresó Atencio.

El profesional agregó que otra especie que podría estar en peligro es el cardenal amarillo y que tiene muchos problemas de conservación, “la gente va captura o saquea nidos cuando hay huevos y pichones. Hace muchos años que tratamos de concientizar a la gente de que los animales silvestres no son mascotas. El Choique Cordillerano, sufre mucho culturalmente por la Chaya de Choique que es un tipo de comida típica en algunos sectores. Se lo caza muchísimo. Es preocupante”, sumó.

El águila coronada será uno de los temas centrales de debate este martes durante la presentación de líneas de trabajo sobre Áreas Naturales Protegidas y charlas sobre silvestría y Águila Coronada, entre otros tópicos, que tendrá lugar en la Sala Azul del Espacio Julio Le Parc a partir de las 10.