En los primeros siete meses del años ya se detectaron 48 menores en el interior de un boliche, donde tienen prohibido el ingreso. Los últimos cinco corresponden a este viernes, en Luján de Cuyo, quienes fueron retirados del local y entregados a personal de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF), quienes fueron los encargados de entregarlos a los padres.

En todo 2012 ya se aplicaron 662 actas de infracción. El número es muy significativo si se tiene en cuenta que en nueve meses de 2011 se aplicaron en total 500.

En el caso de los menores en locales bailables para mayores de 18 años, con la modificación de la Ley de Diversión Nocturna (en junio de 2011), constituye una infracción al código de Faltas de la provincia, por lo que se eleva el acta a un juez para que sea él quien determine la sanción no sólo al boliche, sino también a los padres del chico.

Por esto, los progenitores deberán afrontar una sanción que va de $1.000 a $3.000 o 10 días de trabajo social vinculado con la prevención. En el caso de reincidencia, el monto parte de $3.000 o 10 días de arresto.

Para el boliche, las multas son muy superiores si se encuentran menores dentro del local. Van desde los $5.000 a los $25.000, mientras que si reincide deberá pagar entre $25.000 y $100.000.

El problema con los menores no es sólo su ingreso en los boliches, sino también el hecho de que se los encuentra en la mayoría de los casos en estado de ebriedad, lo que constituye una doble falta.

El subdirector de Control de Eventos y Locales de Esparcimiento, Gonzalo Sánchez, contó que “la mayor cantidad de multas que aplicamos es por desvirtuación de rubro, es decir bares que después se convierten en locales bailables sin tener la habilitación para hacerlo”.

En el ranking siguen las fiestas ilegales, que no cuentan con habilitación municipal, y el podio lo cierra el tema del horario, que tuvo la oportunidad de ser modificado con el proyecto original, pero que los legisladores decidieron modificar.

“No se cumple ni con el horario de cierre de taquilla (que es hasta las 2.30) ni el de barra, se vende alcohol fuera del horario permitido (fijado a las 4.30)”, resaltó Sánchez.

En un principio, el proyecto original buscaba dejar sin efecto el tope horario para ingresar en los boliches y extender el cierre de los mismos para que los chicos pudieran salir de día y a la vez pudieran recuperarse de la ingesta alcohólica, pero los legisladores no estuvieron de acuerdo con esto y dejaron los horarios que se encontraban en la norma original.

Esto es una realidad que se vive con sólo salir a la noche. Muchos boliches hacen caso omiso de los horarios o sólo los cumplen cuando el inspector está cerca, pero cuando la autoridad da la espalda nuevamente vuelven las irregularidades.

Otra de las infracciones que son muy comunes es el hecho de sobrepasar el factor ocupacional. Esto, al igual que ocurre con los menores, también es enviado a un juez de falta para que aplique las sanciones del caso.

Esta realidad no es sólo de los locales más populares, el mismo funcionario destacó que “todos los boliches de la provincia han sido multados”.

Una de las herramientas con las que cuentan los boliches y que no es utilizada, al menos correctamente, es el detector de metales y el hecho de contar con un alcoholímetro para aquellos que se quieran someter a la prueba antes de irse y corroborar si se encuentran en condiciones para manejar.

Proliferan los M17

El subdirector de Control de Eventos y Locales de Esparcimiento destacó que en el último tiempo hubo un incremento en las solicitudes para realizar fiestas para menores de 17 años. Los conocidos M17.

“La propia ley incentiva este tipo de festejos ya que tienen una desgravación impositiva del 100% en Ingresos Brutos, por lo que no venden alcohol en su interior”, destacó el funcionario.

En este sentido, son más de 12 fiestas por mes las que se organizan para este sector de jóvenes que buscan un espacio para disfrutar.