Los Andes - Lunes 28 de mayo de 2012
Técnicamente la estrategia comercial es conocida en inglés como "downsizing". Se refleja principalmente en las bebidas, paquetes de manteca, productos enlatados y algunos artículos de limpieza. Pedido de protectoras.
Un grupo de amigas pide en un restaurante los platos y las bebidas. Dos de ellas descubren con sorpresa que las botellas del agua saborizada sin gas que les trajeron son más pequeñas que las de gaseosas de sus pares, aunque cuestan lo mismo.
El proceso de achicar los envases se conoce en inglés como "downsizing", que en algunos casos podría explicarse como una adaptación a consumos individuales, pero que sirve la mayoría de las veces para reducir el impacto del aumento de precio.
Marta Rizzo, de Prodelco (Protección del Consumidor), planteó que la tendencia de achicar envases comenzó en el año 2000. Entonces, en las góndolas de supermercados se empezaron a ver mantecas y margarinas en envases más pequeños, briks de puré de tomate reducidos y latas de conserva más chicas de lo acostumbrado.
Menos contenido
Pero advirtió que lo que sobre todo se observa actualmente es menos contenido en un envoltorio que conserva su tamaño, lo que obliga a prestar atención al gramaje impreso para percibirlo.
Rizzo enumeró que el jabón de lavar que venía en bolsas de un kilo pasó a conseguirse de 800 gramos y después de 700. Algo similar pasó con las lentejas y otras legumbres y con el arroz, que cambiaron sus empaques de 500 gramos por otros de 400.
Y las cajas de dentífrico conservan su tamaño, pero el tubo pasó de contener 100 gramos a 90. "La sumatoria de esos 10 gramos hace una gran diferencia para el fabricante", subrayó.
Si bien a veces el empaque más pequeño reemplaza al grande, usualmente se mantienen las dos posibilidades. A su vez, las distintas marcas ofrecen diversos gramajes, lo que dificulta la comparación de precios.
Por eso, las entidades protectoras exigieron que en los supermercados se exhibiera no sólo el valor por unidad sino del kilo. La tarea resulta casi imposible en el caso de los rollos de papel higiénico (simple, doble y hasta triple hoja; súper rollos, etc).
Esconder el incremento
La práctica del "downsizing" o reducción del tamaño se inició para mantener los precios a partir de ofrecer menos cantidad.
Pero Marta Rizzo advierte que a pesar de esta estrategia, los números siguen subiendo. Lo que sí permite al fabricante es que el incremento sea menor y que, por tratarse de unos pocos centavos por unidad, sea más difícil apreciarlo.
De todos modos, el consumidor no deja de notar los aumentos.
Matías y Verónica, de un kiosco sobre avenida San Martín, comentan que cuando cambian el precio de un producto, porque el proveedor les presenta un nuevo listado, muchos compradores se enojan.
Y plantearon que las variaciones de empaque son permanentes, al punto que dos bolsas de papas fritas de una misma marca pero distinta época traen 38 gramos una y 40 gramos la otra.
Desde Prodelco, Marta Rizzo, insistió en la necesidad de "controlar mucho" y comparar. Pero también comentó que conviene optar por las compras comunitarias, entre vecinos o familiares, ya que permiten reducir significativamente los precios.
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