“En el mundo existen grandes concentraciones del poder mediático: Berlusconi en Italia, Rupert Murdoch con News Corp. en Estados Unidos. Pero en los últimos años también se viene dando un intento por evitar esta concentración. Una ley (de Servicios de Comunicación Audiovisual) como la que aprobó el Congreso argentino es un instrumento de primer orden. Esta es una batalla que no podemos perder. El 7-D tiene que ser una victoria resonante.” Con esta afirmación, el filósofo Ernesto Laclau cerró el foro “Hacia un escenario democrático de la Comunicación: batallas y hegemonías”, realizado anteayer en la Universidad Nacional de La Plata. La puja de poder en torno de la democratización de los medios de comunicación no es un fenómeno aislado de la Argentina.

“En toda la región, los distintos grupos mediáticos como O Globo (Brasil), Televisa (México), el Grupo Cisneros (Venezuela) o el Grupo Clarín defienden algo más que sus negocios. Operan para defender su poder, para evitar una mayor integración política en América latina. Lo que haga Clarín el 7-D no lo decide solamente Clarín. Se decidirá en función de una estrategia global de esos medios. Por eso, debemos dar una respuesta regional desde la Unasur”, sostuvo el periodista de Página/12 Raúl Dellatorre, otro de los disertantes del foro, que también contó con la participación de Florencia Saintout, decana de la Facultad de Periodismo de la UNLP.

El encuentro realizado anteayer se inscribe en una serie de foros, debates y actividades previas al 7 de diciembre que tienen lugar en todo el país. En la jornada de la UNLP estaba previsto un cierre con Martín Sabbatella, titular de la Afsca, pero por temas de agenda no pudo participar. Sin embargo, ante un salón de actos colmado por estudiantes, varios representantes de la Afsca de La Plata, docentes e investigadores, los tres disertantes trazaron una mirada local y regional sobre el actual rol político de las grandes empresas de medios.

“Sería un error no relacionar lo que pasa en otros países. En la pelea que tiene como protagonistas a los medios de comunicación cada país tiene un capítulo propio. Países con gobiernos compañeros están enfrentando desafíos muy fuertes”, sostuvo Dellatorre. Por ejemplo, en Brasil, la cadena nacional O Globo se inició como un diario pero en 1964, bajo la dictadura brasileña, avanzó hacia la televisión y otros medios. “Una vez consolidado su poder empresarial, comenzó a jugar políticamente. Así fue como llegó a colocar como presidente a Fernando Collor de Mello y luego bloqueó la llegada del PT al gobierno, hasta que el pueblo le ganó a la opinión pública y Lula pudo alcanzar la presidencia”, narró el periodista.

Curiosamente, cuando Lula estuvo en el país para reunirse con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y luego participar del Coloquio de IDEA, dejó dos conceptos vinculados a los medios, poco difundidos. Por un lado, sostuvo que si José Dirceu llegara a ir preso por las denuncias mediáticas que se conocen como Mensalao, “sería un venganza, porque esas acusaciones se sitúan en 2005, cuando en el PT estábamos discutiendo la regulación de los medios audiovisuales”. Lo otro significativo que dijo Lula fue durante una reunión con dirigentes de Unidos y Organizados. “Necesitamos dirigentes políticos, sindicales y sociales que no le tengan miedo a la prensa, que hablen con el pueblo pensando en sus ideas e intereses y no pensando cómo titularán los medios”, manifestó Lula, información que resultó escamoteada por los medios dominantes.

“La relación entre comunicación y política tiene una larga historia. Mientras se consolidaba la idea de un intelectual objetivo, había movimientos sociales y políticos, desarticulados y fragmentados, que reclamaban por una comunicación como un derecho de los pueblos. ‘El qué te pasa Clarín’, frase de Néstor Kirchner, logró articular todas las luchas que circulaban en los bordes, que estaban fragmentadas. Muchos veníamos luchando por ese ‘Qué te pasa Clarín’. Por eso la ley de SCA es producto de una interpelación a tantos años de lucha”, sostuvo Saintout.

Desde 2002 a la fecha, los distintos países de América latina lograron crear un proceso político conjunto. Por eso los desafíos y amenazas también ocurren en el plano regional. “Los desafíos de las democracias populares son dos, por un lado tienen que incorporar nuevos actores sociales dentro de la lucha, y a su vez, acompañar esa expansión con una transformación del Estado. Por suerte en América latina se comprendieron ambas dimensiones. Y dada la fuerte influencia de los medios, una ley como la que se aprobó en el Congreso argentino es un instrumento de primer orden (para consolidar el proceso democrático)”, manifestó Laclau.

–En este contexto, ¿no sería lógico plantear una reunión de la Unasur para analizar el rol de los medios en la región? –se preguntó Dellatorre al final de su exposición. “Esta no es una pulseada entre el Gobierno y Clarín. Es una pelea contra un sector que nos quiere volver a someter y esta vez no usarán a los militares sino que utilizarán los medios. Nos debemos una cumbre de presidentes para discutir estrategias comunes. Debemos tener una estructura de medios que expresen los intereses populares”, concluyó.