SAN MARTÍN– La escuela funciona en dos casas de barrio alquiladas por la Municipalidad. Mientras los docentes se esfuerzan por dar clases de la manera más normal posible y de hacer de las pequeñas aulas un lugar agradable, ahora se le suma la falta de un maestro. La directora, además de dirigir el establecimiento y atender las cuestiones administrativas, tiene que dar clases en 3º y 4º grados.

Es la Nº1-718 Maestra Rural Ana María Castillo, del barrio Mebna, de San Martín. Fue creada en marzo de 2009 y para su funcionamiento se alquiló la casa 25 de la manzana O de ese vecindario, cuya población infantil ya había hecho colapsar la capacidad de las otras dos escuelas cercanas.

Ese año comenzó con las salas de 4 y 5 años de Nivel Inicial y a medida que fueron pasando los años se fue agregando periódicamente un curso más. En este ciclo 2012 se inauguró el 4º grado. Antes también se había tenido que alquilar la casa 26 y anexarla a su vecina, para contener a los 111 alumnos que actualmente estudian allí.

Los padres aceptaban estas condiciones hasta ahora pero la falta de nombramiento de un maestro para darles clases a los 10 alumnos del recién inaugurado 4º grado hizo que la comunidad levantara su voz y se quejara ante la supervisión.

Es que el cargo de la directora Ana Miriam Rodríguez establece que ella debe tener un grado a cargo, además de las actividades propias que debe desempeñar como responsable del establecimiento, pero desde el inicio del ciclo lectivo tiene dos grados que debe atender.

La supervisión había estudiado la posibilidad de cambiar a 3º y 4º del turno mañana al turno tarde, ubicarlos en una única aula y así evitar así designar un nuevo docente. “Esta medida improvisada atenta contra la planificación familiar”, dijeron los padres en una nota elevada a la supervisora Ana María Lucero. Allí argumentaron además que hay niños en esos cursos que requieren atención especial por dificultades de aprendizaje.

Luego de que los padres se entrevistaran con este medio, la supervisora informó: “Ese cargo ya está creado, ahora saldrá el llamado para cubrirlo”. Además reconoció: “La directora y el personal de esa escuela se esfuerza mucho y pese a las dificultades de espacio, están haciendo un gran trabajo”.

Un edificio urgente

La escuela 1-738 ya tiene un edificio propio proyectado, presupuestado y listo para salir a licitación. Su construcción está planeada dentro del mismo barrio Mebna, sobre su límite norte, en el sitio donde todavía está instalado el obrador de la empresa que construyó ese barrio, que tuvo financiamiento privado.

El dinero para ejecutar la obra, según en plan original, debería provenir de la retención por las exportaciones de soja. Sin embargo, por ahora el proyecto es aún una ilusión sin fecha firme de concreción.

Entre tanto la Municipalidad de San Martín paga metódicamente el alquiler de las dos casas donde funciona la escuela. “No nos podemos quejar de la Comuna. No sólo paga los alquileres sino que, cada vez que se necesita hacer algún arreglo, aporta personal y materiales para hacerlo”, dijo uno de los papás.

La ciudad de San Martín ha crecido hacia el oeste. Entre el barrio San Pedro, el Mebna y el Nuevo Colonial, más conocido como San Pablo, viven más de 10.000 familias, la mayoría jóvenes y con hijos en edad escolar.