Diversidad Universitaria es una agrupación fundada en 2009 por alumnos de la UNCuyo para defender, difundir y abogar por los derechos y la no discriminación de homo, bi y transexuales de la comunidad educativa, y actualmente elabora un proyecto para fundar una suerte de observatorio de discriminación en la casa de altos estudios.

“La idea es convocar a estudiantes universitarios para conformar un equipo de trabajo que tenga una perspectiva parecida a lo que es un observatorio. El proyecto es que se haga un registro con las situaciones de discriminación, donde cada persona pueda denunciarlas y a partir de entonces haya caminos a seguir”, explica Guadalupe Pregal (34), coordinadora de la agrupación.

“El grupo actualmente es de estudiantes, pero está abierto para que se sumen docentes y no docentes, ellos también son parte de esta red”, agrega Julián Duo (22), integrante de Diversidad Universitaria y estudiante de Derecho.

En cuanto al funcionamiento del observatorio que planean, los estudiantes coinciden en que los casos son particulares y muy delicados. “La persona que discrimina también es víctima, no vamos a incentivar escraches ni ese tipo de medidas. No es el motivo primordial andar señalando a los discriminadores”, cuenta el joven.

Se discrimina

“Hemos hecho encuestas y todas dan que hay discriminación en la universidad, y lo sabemos también por casos que nos llegan, de lo cotidiano, que te enterás que en tal cátedra hay un profesor que discrimina o que tal material de estudio sigue una línea que es tendenciosa”, dice Duo.

Ante estos casos, los jóvenes de Diversidad Universitaria explicaron que las herramientas para accionar en contra de la discriminación son limitadas y en la mayoría de los casos dependen del mismo afectado. “Nosotros tenemos el mismo poder que tiene cualquier estudiante de pedir a las autoridades que controlen una cátedra o un texto y lo solucionen”, advierten.

“Tenemos el poder de la difusión. Con eso y la concientización tratamos de llegar a la mayor cantidad de gente, más allá de que después las denuncias si toman peso puedan ser derivadas al Inadi o incluso, convertirse en denuncias penales”, agrega Duo.

Los casos

Situaciones discriminatorias se ven a diario en los pasillos de todas las facultades de Mendoza, tanto entre alumnos como por parte de los profesores o del personal no docente.

“Con las personas más mayores es más difícil porque están acostumbradas a otras cosas. Con los jóvenes, el cambio de paradigma es más a corto plazo, pero hay obviamente algunos estudiantes que tienen todavía pensamientos menos inclusivos”, indica Duo.

En este sentido el joven narró una experiencia propia. “Yo en la facultad he vivido el miedo o el temor de decir que hay profesores que tienen una marcada línea conservadora, por ejemplo, en contra del matrimonio igualitario”.

Otro ejemplo. “Hay un manual derecho penal que tiene como ejemplo de algo penado moralmente a la homosexualidad. El libro tal vez que en todo lo demás está bien, pero en eso está mal y lo tenés que cambiar”, sostiene el joven.

“Hay muchos casos que mencionar. Yo estaba postulándome como alumno independiente para ser parte de la junta electoral y un compañero dijo que yo no podía ser candidato porque era parte de una agrupación que trabaja por los gay. Entonces más allá de que no tenía nada que ver la acusación, él tenía la intención de exponerme a una situación que yo, en ese momento, no tenía por qué contar”.