Con la idea de desarticular el reclamo de los sectores sindicales opositores y a casi una semana del cacerolazo, Cristina Kirchner anunció ayer que exceptuó del pago de Ganancias el medio aguinaldo de diciembre y que el año próximo debatirá una modificación de los topes salariales a partir de los cuales se paga ese impuesto.

Descartó así satisfacer en lo inmediato el reclamo para que se suba el mínimo no imponible e intentó compensar la postergación con una exención del pago del tributo sólo para el próximo aguinaldo a quienes tengan un sueldo bruto de hasta 25.000 pesos.

Con su público aplaudiendo de pie y en otro mensaje por la cadena nacional, la Presidenta anunció que la decisión de exceptuar el aguinaldo de Ganancias buscaba acrecentar el consumo durante las fiestas de fin de año. "Queremos contribuir con políticas contracíclicas al consumo, que es precisamente lo que ha mantenido vivo este poderoso mercado interno, esta capacidad adquisitiva de nuestros trabajadores", argumentó, minutos después de firmar el decreto 2191, que establece ese beneficio.

El costo que insumirá al Estado será de 2162 millones de pesos. La recaudación anual que estima la Casa Rosada por Ganancias es de unos 36.000 millones.

Para dar un gesto cuando falta menos de una semana para el paro y la movilización que preparan la CGT que responde a Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli, la Presidenta convocó de manera inmediata y sorpresiva a la cúpula de la central obrera alineada con la Casa Rosada para empezar a debatir el esquema de la futura actualización.

A las apuradas llegó a Balcarce 50 el jefe de la CGT reconocida por el Gobierno, Antonio Caló, con una hora de retraso por haber quedado en medio de una manifestación y el sorpresivo llamado de la Casa Rosada. Ya estaban en el despacho presidencial Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingieri (Obras Sanitarias), Omar Viviani (Taxistas), Omar Suárez (Marítimos), Víctor Santamaría (Suteh) y Hugo Ferreira (Uocra, en representación de Gerardo Martínez).

El apuro de la reunión también tomó desprevenidos a algunos ministros. Tanto el jefe de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, como el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, ya habían partido tras el acto de Cristina rumbo a sus despachos cuando tuvieron que volver a la Casa Rosada para la cumbre sindical.

Según confió un funcionario que participó del encuentro, la Presidenta se comprometió a darle celeridad al tema. "La actualización será en los primeros meses del año", describió.

Además de la invitación, la otra sorpresa que llevaron los jefes sindicales es que la nueva suba del mínimo no imponible para 2013 estará atada a los acuerdos salariales.

"Este año hubo incrementos desproporcionados. Vamos hacia una pauta más ordenada y razonable", confió una fuente del Gobierno que está al tanto de los próximos pasos.

"No lo queremos discutir aislado de la política salarial", apuntó Cristina Kirchner en su discurso, que fue transmitido por cadena nacional, apenas terminó el partido de fútbol entre las selecciones de la Argentina y de Arabia Saudita.

Según describió un ministro a LA NACION, se espera el año próximo moderar la suba de salarios, que este año alcanzó un promedio del 25 por ciento. Ya se habla del 20 por ciento de aumento para las negociaciones paritarias.

La Presidenta se quejó, además, de aquellos gremios que por su tipo de actividad tienen un mayor nivel de presión para conseguir subas, y citó el caso de Camioneros. "Algunos han logrado sueldos muy buenos en algunos sectores, tenemos que comenzar a charlar las diferencias que hay dentro de la propia clase trabajadora", planteó.

Según los datos que dio la propia Presidenta, el 75 por ciento de los trabajadores registrados no está alcanzado por el impuesto a las ganancias, que se tributa a partir de los 5700 pesos para una persona soltera sin hijos.

Además, Cristina Kirchner diferenció entre los trabajadores "informales por explotación y los de la avivada", y afirmó que "la avivada es informalidad por evasión, lo que es grave, egoísta e insolidario".

No hubo entre los anuncios presidenciales ninguna medida destinada a los sectores de menores recursos, como plus salarial para las jubilaciones mínimas o los beneficiarios de asignaciones familiares. Sí quedaron alcanzados los jubilados que paguen el impuesto a las ganancias.

La Presidenta se encargó de destacar un informe del Banco Mundial (BM) que afirma que la Argentina "duplicó su clase media" entre 2003 y 2009. Añadió que el país se colocó por encima de Brasil y de Uruguay, y advirtió: "Curiosamente no están ninguno de aquellos países que nos presentan como un modelo a seguir". En ese momento, se declaró "orgullosa" de pertenecer a la clase media.

Sobre los pasos a futuro, Cristina Kirchner evitó dar precisiones y tampoco hubo anuncios de cómo sería la nueva escala. "No adelantemos porcentajes", se atajó el estatal Andrés Rodríguez al salir del encuentro con la Presidenta, que duró más de dos horas. "Lo que hemos rescatado es la decisión que tomó para que hacia fin de año haya un oxigenamiento (sic)", apuntó el líder gremial oficialista.

En un año electoral, el Gobierno se reservará la iniciativa política para apuntalar el consumo a través de las modificaciones en el impuesto a las ganancias.

Definiciones variadas

Cristina Kirchner
Presidenta

    "Basta de gritos y de imposiciones. Tenemos que trabajar junto a los trabajadores, mis compañeros, y a los empresarios"

    "Siento orgullo de ser parte de esa clase media pujante"

    "Ahora él [por Kirchner] parece ser que es más bueno que yo, ahora yo soy una bruja horrible"

Del editor: qué significa
No hay plata para más. El anuncio sobre Ganancias fue un regalo amargo para los gremios oficialistas y un impulso para el paro que lanzaron Moyano y la CTA.