Página 12 - Jueves 7 de noviembre de 2013
La cartera laboral decidió extender los alcances del régimen que, hasta ahora, sólo beneficiaba a desempleados de la construcción y el sector rural. Hoy existen sólo 90 mil beneficiarios, pero los desempleados son más de 850 mil.
El Ministerio de Trabajo extendió los programas de capacitación para el trabajador desempleado a los obreros de la construcción y del sector rural y facilitó el acceso a ese beneficio para los demás trabajadores del sector privado. Son talleres de formación para mejorar las posibilidades de reinserción en el campo laboral, a través de apoyo a la búsqueda de empleo, certificación de competencias laborales y asistencia técnica y económica para llevar a cabo emprendimientos productivos propios, entre otros. La intención de la cartera laboral es “generar mecanismos que incentiven a los desocupados en el desarrollo de su proyecto ocupacional”.
En el segundo trimestre, la desocupación –según el Indec– se ubicó en el 7,2 por ciento. En los 31 aglomerados urbanos, donde el organismo mide la dinámica del mercado laboral, encontró 858 mil trabajadores que no consiguen empleo. Casi la mitad (415 mil personas) viven en los partidos del Gran Buenos Aires (GBA). El resto se distribuye de manera más uniforme en todo país, donde se destacan la ciudad de Buenos Aires (74 mil desempleados), Gran Córdoba (69 mil) y Gran Rosario (51 mil). En términos relativos, el problema del desempleo es más grave en Gran Córdoba, donde la tasa es de 10,3 por ciento, Gran Paraná (10,2) y Ushuaia-Río Grande (10,1 por ciento). En el otro extremo están Posadas (1,3), Formosa (1,8) y Santa Rosa-Toay (1,9). En los partidos del GBA la desocupación es del 8,6 por ciento y en la ciudad de Buenos Aires, del 4,6 por ciento.
En la actualidad, alrededor de 90 mil personas cobran el seguro de desempleo, que tiene como requisito haber cotizado en el sector privado formal. Para trabajadores que no califican en ese criterio, la cartera laboral tiene dos programas específicos. Uno para jóvenes y otro es el seguro de capacitación y empleo para los trabajadores que estaban en el sector informal. Entre los tres sistemas, calculan en Trabajo, hay 400 mil beneficiarios, alrededor de la mitad del total de los desempleados.
El seguro de desempleo consiste en una prestación básica dineraria que tiene un mínimo de 250 pesos y un máximo de 400 pesos, en función del salario percibido durante el último tiempo trabajado. A eso habría que sumar las asignaciones familiares que sigue cobrando el beneficiario mientras recibe el seguro. La duración del beneficio depende de la cantidad de meses que el trabajador cotizó en el sistema de seguridad social mientras estaba empleado. En el caso de los trabajadores de la construcción y del sector rural, la prestación ronda los 900 pesos.
La cartera laboral, a través de la resolución 1016 publicada ayer en el Boletín Oficial, extendió la aplicación del programa “prestaciones por desempleo”, tendiente a mejorar las posibilidad de reinserción laboral. El régimen ahora abarca a los trabajadores del sector rural y a los de construcción y permite tener un acceso más directo para los desempleados que provengan del sector privado formal, explicó a este diario el secretario de Empleo, Enrique Deibe.
El régimen de capacitación consiste en servicios de asesoramiento y asistencia en la búsqueda de empleo y servicios de intermediación laboral. Hay talleres de orientación laboral y de apoyo a la búsqueda de empleo junto a la posibilidad de certificar estudios formales obligatorios y de competencias laborales. También incluye cursos de formación profesional, acciones de entrenamiento para el trabajo, incentivos para la contratación por empleadores y asistencia técnica y económica para el desarrollo de emprendimientos productivos individuales o asociativos.
El programa de capacitación es obligatorio para el beneficiario del plan de desempleo, aunque su cumplimiento está sujeto a que exista oferta razonable para el trabajador según su experiencia laboral previa. El programa también prevé la posibilidad de adelantar de uno a dos años del seguro para financiar la puesta en marcha de proyectos productivos. La cartera laboral aclara que puede compensar los gastos cuando la asistencia a un taller o curso implique dinero en traslado, refrigerios, inversiones o insumos.
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