En una nueva jornada del juicio en Mendoza por delitos de lesa humanidad, tres testigos aportaron datos sobre las desapariciones de Gustavo Jamilis, Rodolfo Vera y Walter Domínguez. Dos de los testimonios se realizaron mediante videoconferencia desde La Plata, ciudad que varios militantes de izquierda abandonaron con destino a Mendoza, a causa de la persecución del aparato represor.

LA DESAPARICIÓN DE ALBERTO GUSTAVO JAMILIS. Desde la ciudad porteña, Mabel Jamilis aportó datos sobre la desaparición de su hermano, Alberto Gustavo. El hombre vivía en la Ciudad de las Diagonales pero, al enterarse de que habían secuestrado a una compañera de militancia, decidió venir a la provincia con su pareja, María Inés Bareti, quien estaba embarazada. Una vez en Mendoza, Jamilis, que era sociólogo y tenía 29 años, comenzó a trabajar en una mimbrería de Dorrego. La madrugada del 8 de diciembre de 1977, un grupo de sujetos "encapuchados, armados y de mediana edad" irrumpió en la casa donde se encontraba la pareja con el bebé recién nacido.

Al ver que secuestrarían a Gustavo, María Inés les suplicó que a ella no se la llevaran. Los secuestradores "le dieron unos pesos que tenía en la billetera mi hermano y le dijeron que era para que criara a su hijo", aseguró la testigo. Alberto Gustavo Jamilis militó en el Partido Comunista Marxista Leninista con Jorge Bonafini, hijo de Hebe, la titular de Madres de Plaza de Mayo, quien desapareció en 1977.

EL HERMETISMO DE LAS FUERZAS MILITARES. Ulises Domínguez realizó el servicio militar, comenzó en enero de 1977, por un período de 14 meses. Su primo Walter Domínguez despareció el 9 de diciembre del mismo año. Ulises aseguró que nunca pudo averiguar el por qué del secuestro de su familiar pese a estar en el seno interno de las fuerzas militares. "En la IV Brigada había mucho hermetismo, no teníamos contacto ni acceso a información que podían llegar a tener", explicó.

Aunque sí recordó que existía la compañía COIN, encargada de realizar procedimientos. "No recuerdo qué significa la sigla, pero era algo como compañía de acción rápida", manifestó Domínguez. Según la declaración, los miembros de esa sección salían en camionetas Ford, llamadas "guerrilleras", para montar operativos, pero no logró detallar qué tipo de procedimientos realizaban.

LA DESAPARICIÓN DE RODOLFO VERA. Violeta Becerra sufrió el secuestro de sus hermanos, Ciro Jorge y Elsa Carmen, en diciembre del 76. El hombre estuvo cuatro años preso y luego fue liberado. Si bien estos hechos no están siendo investigados en este juicio, el aporte de Violeta fue importante, ya que su hermano era amigo de Rodolfo Vera, quien fue secuestrado el 6 de diciembre de 1977 en la misma mimbrería donde trabajaba Jamilis. "Mi hermano iba con Vera en una camioneta, tenía un yeso porque se había fracturado la pierna. Cuando llegaron al domicilio de él, había un operativo. Rodolfo bajó a mirar pero mi hermano se quedó en la camioneta", relató la mujer.

En ese momento, unos policías se acercaron para pedirle la documentación a Becerra y encontraron unos panfletos de la agrupación Montoneros dentro del rodado. Por esto fue detenido, aunque lo liberaron en 1980, con la condición de que se exiliara. "En el D2 sufrió muchas torturas, sobre todo en el primero y el segundo año. Después aminoró eso, pero se le agravó un problema de salud y le produjeron una lesión cerebral", atestiguó la mujer, desde La Plata, vía videoconferencia.