Cada año, el 5% de los recién nacidos mendocinos, es decir 1.700 pequeños, salen de la maternidad sin ser inmunizados con la vacuna BCG, que los protege del bacilo de Koch, causante de las formas graves de tuberculosis, como la meningitis tuberculosa y la tuberculosis miliar. Esto sucede porque muchos padres desconocen la necesidad desde el punto de vista preventivo de irse de alta con la vacuna colocada, o porque prefieren ponérsela en vacunatorios considerados por ellos más confiables, lo cual debería suceder antes de los 7 días de producido el nacimiento, pero esto tampoco es cumplido a rajatabla, según observaciones hechas por el Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (Pronacei).

Otra razón es que en muchas maternidades privadas no tienen enfermeros capacitados para poner la dosis, ya que es una vacuna intradérmica y requiere conocer la técnica para no lastimar la delicada piel del bebé.

Para evitar este desfasaje en la cobertura de la BCG el Ministerio de Salud de la Nación impuso por ley Nº26.796 la obligación de que todos los niños salgan de las maternidades con esta vacuna, para evitar que los bebés al entrar en contacto con la comunidad de su entorno puedan ser expuestos al peligroso bacilo de Koch.

La norma fue aprobada en diciembre pasado y estimó 90 días para su total implementación, por lo cual el 17 de marzo próximo entrará en plena vigencia y ya no habrá excusas en los hospitales con maternidades, públicos o privados, para no colocar la BCG.

Iris Aguilar, jefa del Programa Provincial de Inmunizaciones, detalló que “ el cambio está en que ahora es obligatorio irse de alta con la vacuna colocada, ya que si bien estaba incorporada al calendario oficial de inmunizaciones, que se expresaba que debía ser colocada antes de los 7 días de haber nacido el chico, no imponía esta condición. Claro que en los hospitales públicos y en muchas maternidades privadas eran inmunizados los bebés, pero en otros no. Lo que se quiere es garantizar que todos los niños sean vacunados contra el bacilo de Koch antes de irse de la maternidad para evitar las formas graves de tuberculosis”.

De todos modos, en la actualidad la cobertura de esta vacuna es muy buena, ya que alcanza el 85% de los niños; la idea es lograr mayor cobertura y siempre antes de salir del hospital.

Aguilar comentó que una dificultad similar tuvieron con la incorporación de la vacuna contra la hepatitis B, cuya colocación debe hacerse antes de las 12 horas de haber nacido el pequeño, ya que “ de este modo se evita que la mamá, si tuvo hepatitis B, no se la transmita al bebé al darle el pecho, y luego este pequeño cuando llega a ser adulto puede sufrir la enfermedad y terminar en una cirrosis o un cáncer de hígado”.

Como estrategia complementaria a la obligatoriedad y oportunidad, el Programa de Inmunizaciones ofrecerá capacitación a enfermeros sobre el tema, para lo cual los interesados deberán comunicarse con el Vacunatorio Central, porque sobre la base de las solicitudes armarán el cronograma.

El panorama nacional

En la Nación suman 100 mil los bebés recién nacidos que pasan por el mismo descuido, y por este motivo desde la cartera conducida por Juan Manzur se tomó la determinación de legislar sobre este aspecto en particular.
La jefa del Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, Carla Vizzotti, detalló que aunque esta vacuna es gratuita y obligatoria y debe aplicarse dentro de los primeros siete días de vida, “muchos bebés no eran inmunizados en las maternidades ni tampoco eran llevados a vacunar luego por sus padres”.

La funcionaria agregó que “con esta medida nos vamos a asegurar de que todas las criaturas estén cubiertas contra esta enfermedad antes de ser dadas de alta, porque estamos hablando de lo que se denomina población cautiva”.

De qué se trata
Transmisión

La tuberculosis se transmite generalmente a través de la inhalación del bacilo tuberculoso, que se encuentra en las secreciones respiratorias que los pacientes infectados expulsan al toser, hablar o estornudar.

Síntomas

Los lactantes y niños pequeños tienen más probabilidades de presentar síntomas.

Los más comunes son: fiebre, pérdida o progreso inadecuado de peso, decaimiento, sudores nocturnos y síntomas respiratorios tales como: tos crónica de más de 3 semanas de duración y tos con expectoración sanguinolenta.

La vacuna antituberculosa

Compuesta por una suspensión de bacterias vivas atenuadas, denominada BCG (Bacilo de Calmette-Guérin) en homenaje a sus descubridores, previene las formas graves de la enfermedad.