Estela (61) todavía mira las teclas con algo de desconfianza y piensa muy bien antes de ingresar un comando. Hay una especie de tregua entre el ordenador y la mujer que durante años miró de lejos cómo el mundo entero podía abrirse desde una ventana con sólo un click, mientras ella sólo podía pedirle a su hija que le mostrara una pequeña parte de tanto en tanto.

"Aprendé" le insistían en su casa, donde internet y la PC son elementos cotidianos desde hace tiempo, pero el temor de "borrar algo" era más fuerte. Entonces Estela pregunta a sus compañeras, hace memoria, mira fijo al monitor que titila desafiante y finalmente abre una "nueva pestaña" donde ingresa la dirección de su cuenta de Facebook.

Ya está conectada al mundo y reconoce que se siente "más confiada y segura" pero sobre todo "muy agradecida por aprender a manejarse sola" en la dimensión informática, esa que parece tan poco accesible para tantos abuelos y que desde hace un mes está a su alcance en General Alvear a través de un curso gratuito que se dicta sin cargo en el ITU mediante un convenio con una entidad bancaria.

Abuelos en red es patrocinado por el Banco Supervielle y está destinado a personas mayores de 55 años que deseen aprender las nociones básicas de computación. Desde fines de setiembre de este año el curso ya sumó dos grupos de 10 jubilados cada uno que concurren dos veces por semana a clases de una hora y media en la mañana y en la tarde.

"Todavía hay cupo para otros cuatro grupos y ya hay muchos interesados que se están inscribiendo" contó Natalia Konaszczuk, una de las dos profesoras del Instituto Tecnológico Universitario que está a cargo del dictado junto a Jésica Seballes.

Los cursos se dictarán sin costo alguno hasta diciembre y se pretende continuar el año próximo con una profundización más importante de la enseñanza, algo que ya están pidiendo también los aplicados alumnos. "Por ahora es muy básico, se les enseña a navegar, descargar imágenes y crear su propia cuenta de Facebook. Hay muchos abuelos que nunca prendieron una computadora en su vida, pero otros ya tienen cierto nivel de conocimientos y quieren seguir aprendiendo", explica Natalia.

En la mayoría de los casos, los estudiantes de la tercera edad tienen familiares lejos de General Alvear y lo primero que les interesa es ejercitarse en el uso de las redes sociales para poder mantener contacto con ellos, pero también se interesan en diarios, sitios deportivos y de información en general. "Descubren un mundo nuevo donde la comunicación es instantánea y se entusiasman mucho", describe la profesora.

Para "Pirincho" (71) que ya tenía algún conocimiento previo por su trabajo, el curso "es una forma de mantenerse actualizado a pesar de la edad, de no quedarse en la vida" asegura. En el caso de Irma (59) que admite no saber absolutamente nada del tema antes de llegar al ITU, la experiencia le permitió retomar un diálogo fluido con sus sobrinos que viven en Malargüe, además de chatear con sus amigas y enterarse al instante de lo que ocurre en otras partes del mundo.

Josefina (64) llegó impulsada por las ganas de aprender algo diferente a la rutina y contactarse a diario con la mayor parte de su familia, distribuida entre Santiago del Estero y la provincia de Buenos Aires desde hace 12 años. "Me gusta estudiar todo lo que es nuevo", cuenta mientras sus ojos van del teclado al mouse y de allí a la pantalla.