Según cifras que maneja la Cámara de la Construcción de Mendoza, la provincia perdió 2.000 puestos de trabajo entre mayo de 2011 y mayo de 2012. La preocupante cifra responde a una realidad nacional, reflejada también sobre números oficiales del INDEC, organismo que el mes pasado dio a conocer registros que dan cuenta de una contracción del 4,9% de la actividad en todo el país.

Los datos del ente oficial de estadísticas responden a un método de medición: el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC). Fernando Porretta, presidente de la Cámara Mendocina de la Construcción, señaló que “cada provincia o jurisdicción tiene realidades diferentes. Por eso, es importante que cada región tome en cuenta diferentes variables para observar el impacto que el retroceso pueda tener”.

En este sentido, uno de los factores más importantes en la provincia es la evolución del empleo registrado de obreros de la construcción. “Los números que manejamos en la provincia nos están marcando una caída del volumen de empleo registrado del 15,14%, en mayo de 2012 con relación al mismo mes del año pasado. Esto equivale a unos 2.000 puestos de trabajo que se perdieron. En concreto, Mendoza pasó de tener 13.250 trabajadores registrados a 11.120 en el lapso de un año”, detalló Porretta.

Este porcentaje supera ampliamente a la media nacional, en donde el fenómeno también refleja un retroceso pero del 3,27%, según los datos que revela el informe interanual de igual período, proporcionado por el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC).

Según este índice, la mayoría de los puestos se perdieron en el interior del país y una de las razones que fundamentan el retroceso es la desaceleración de la obra pública.

Esta situación ha hecho que los especialistas y el sector empresario analicen las causas que motivan el marcado retroceso. “Es una regla: cuando la economía experimenta un proceso de retracción, lo primero en resentirse es la construcción. Otro factor que está influyendo es la inestabilidad en los precios, que produce especulación en el sector. Toda esta situación lleva a que haya menos inversiones tanto en el sector público como en el privado”, apuntó Porretta.

Si bien el panorama no es el mejor, las expectativas para lo que queda de 2012 y el año próximo conllevan cierto guiño optimista. La esperanza en una recuperación está fundamentada sobre la construcción de viviendas, principalmente. “Si se cumplen los programas anunciados por el Gobierno, vamos a recuperar los 2.000 empleos perdidos de aquí a fin de año. Hay que tener en cuenta que por cada vivienda que se construye se emplea a 1,54 oficial o ayudante. Por otro lado, si se concretan los emprendimientos mineros, estaríamos hablando de nuevas fuentes de trabajo ”, concluyó Porretta.

Aporte minero

Desde la Cámara Mendocina de la Construcción también confían en que los sectores minero y energético ayudarán a evidenciar una franca recuperación en cuanto a empleos.

Sin embargo, desde el ámbito minero señalan que no acompañan el optimismo. “Veo difícil que la minería ayude a recuperar puestos. En Mendoza quedan pocas empresas dedicadas a la exploración. El mes pasado se fue una empresa y, con ella, 60 puestos de trabajo”, señaló el titular de la Cámara de la Minería de Mendoza, Roberto Zenobi.

Las realidades no parecen diferir demasiado entre la construcción y la minería, ya que el tipo de actividad minera que podría generar empleo en el corto plazo es la metalífera, que encuentra oposición en la provincia.

“Las mineras no metalíferas están atadas a la construcción, porque son las que proveen los insumos, por eso dependen del crecimiento interno”, explicó Zenobi. Y agregó: “El emprendimiento minero Vale, que es el más importante de la provincia, ya casi alcanzó su pico en cuanto a incorporación de mano de obra”.

Con este panorama, y al menos a corto plazo, la minería no aparece como una salida factible rumbo a la recuperación de la industria de la construcción.