La Dirección General de Escuelas (DGE) tiene listo el calendario que define, además de la aplicación, cómo será desde ahora la enseñanza de la educación sexual en las escuelas secundarias mendocinas y también en el Nivel Primario.

Este gobierno escolar tomó el primer año de su gestión para sondear la problemática situación local y generar, según afirman, capacitaciones. Prometen ajustar el cinturón de seguridad para garantizar la marcha a partir de este ciclo lectivo en un área que estuvo marcada por las demoras y desacuerdos, pese a que fue en 2006 cuando la Ley de Educación Nacional estableció que educar en este sentido era obligatorio.

Se respetarán los contenidos que con una visión “integral” la Nación plasmó en cuadernillos para alumnos, docentes y padres, los cuales fueron descartados durante la gestión del gobernador Celso Jaque y remplazados por polémicos materiales elaborados en la provincia. “Lo que pretendemos es que se respete lo que sirve de esos cuadernos locales, aunque en general se aplicarán los nacionales”, dijeron desde la DGE.

Incorporarán nuevas sugerencias porque mientras la discusión se extendía, la realidad avanzó: la identidad de género, la violencia de género, la elección sexual (por los cambios que introdujo la Ley de Matrimonio Igualitario) serán temas excluyentes que deberán manejar los docentes que asuman la responsabilidad en las aulas. A futuro deberían sumarse noviazgos violentos y trata de personas, temáticas que en estos días el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, lanzará con el nuevo cuadernillo que los contempla.

En el Nivel Inicial “la enseñanza tendrá una finalidad preventiva”, explicó la subsecretaria de Planeamiento y Evaluación de la Calidad Educativa, Livia Sández: “Si bien los talleres serán para alumnos de grados avanzados (séptimo), la idea es que la información esté circulando en toda la escuela a través de distintas actividades, para que los chicos hablen de lo que les pasa y los maestros puedan detectar problemáticas, como casos de abuso”.

Lo que no puede obviarse

La funcionaria habló de la línea definida por la directora de escuelas, María Inés Abrile de Vollmer, y marcó la cancha a las instituciones privadas: “Todas las escuelas, tanto públicas como privadas, tienen que educar en la sexualidad, de lo contrario incumplen una ley. Las situaciones relacionadas con la identidad de género, la violencia, la elección sexual, incluso los embarazos adolescentes o métodos anticonceptivos, no pueden marginarse, porque eso significaría que la escuela está desconociendo la realidad”.

Después Sández aclaró: “No pueden obviarse los contenidos, tal vez lo que la escuela puede hacer es complementar la enseñanza de los estudiantes con los fundamentos que ellos creen adecuados”. Y aportó: “Por ejemplo, si el contenido es métodos anticonceptivos, la escuela tiene que informar que existen porque así lo establece la ley, aunque pueden sumar sus propios argumentos al respecto. Tenemos la obligación de generar las condiciones para que la educación sexual integral sea abordada no sólo desde el aspecto físico sino como una herramienta para mejorar la calidad de vida de los niños, niñas y jóvenes”.

Deberán garantizarse tres talleres anuales por curso y la charla inicial para padres.

Se viene la resolución

Las consideraciones antes mencionadas serán vertidas en una resolución provincial sobre la que la DGE trabaja para aprobar en breve. “Esta norma ordenará el programa y sistematizará la aplicación”, sumó Sández y marcó los tres parámetros claves sobre los que se encolumnará la educación sexual, aunque los mismos son nada menos que lo que estableció la ley: es obligatoria y no optativa, no será sólo presencial sino que atravesará el resto de los contenidos, e impulsará el acompañamiento de alumnos en sus problemáticas actuales.

“Hay chicos que ya manifiestan problemáticas por la elección sexual, entonces se hace necesario que la escuela pueda acompañarlos”, dijo Sández.

Colegios católicos podrán sumar contenidos

Dado que a partir de ahora –y como se viene haciendo desde el año pasado–, la DGE priorizará los contenidos de los cuadernillos nacionales que hablan de una educación sexual integral que contempla problemáticas como elección sexual, violencia de género e identidad de género, que como otras realidades, según las autoridades, “no pueden obviarse”, se consultó al Consejo de Educación Católica de Mendoza (CONSEC) sobre lo que pasará en las escuelas católicas.

El padre Marcos Jover, asesor eclesiástico del CONSEC, dijo que “no hay discrepancias” y explicó: “Las instituciones deben respetar la ley, pero tienen autonomía y libertad para adecuar los contenidos a su proyecto institucional”.

Y mientras tomó para comparar lo que sucede con los cuadernillos con el caso de un profesor de literatura que puede escoger qué bibliografía les recomendará a los alumnos, manifestó que no excluirán la información, pero completarán la educación con lo que ellos creen hace a los objetivos que en estos establecimientos se busca lograr. “Se insiste en los métodos anticonceptivos, pero en nuestras escuelas ampliaremos el concepto mostrando por ejemplo las contraindicaciones que muchos de los mismos tienen”, dijo.

Jover señaló que se respetan los criterios de la Ley Nacional de Educación, “que son mínimos”: “Nuestra propuesta es más amplia, porque la educación sexual apunta a un proyecto de vida. Una persona con un proyecto no necesita más”.

Un proceso que lleva Cinco años

La educación sexual en las escuelas mendocinas gozó de serios retrasos durante los últimos años y la discusión se centró principalmente en los contenidos: en 2007, la gestión de Julio Cobos comenzó
a capacitar a algunos educadores. Pero con la llegada de Celso Jaque a la gobernación, la capacitación se frenó. Ahora se retomó el tema.

En 2009 se descartaron los cuadernillos de la Nación. Representantes de distintos credos se reunieron con las autoridades de la Dirección General de Escuelas para pedir ser tenidas en cuenta. Las críticas de algunos sectores académicos que vieron en esta solicitud una contradicción con la educación laica que debe impartir el Estado no tardaron en llegar.

Los responsables de aportar contenidos a los docentes en materia de educación sexual (quienes conforman el Centro de Educación, Pareja y Asistencia a la Sexualidad) presentaron su renuncia ante las autoridades de la Dirección General de Escuelas por diferencias sobre los contenidos en los que la Iglesia quería opinar, pero además por la falta de capacitación y pago a los docentes responsables de los talleres.

Los manuales de capacitación de educación sexual se hicieron sin la incorporación de las sugerencias del Comité Interreligioso, aunque cada credo dio su aval al material definitivo. En el 2010 se anunció la entrada en vigencia de la ley nacional, poniéndole fecha a la implementación, aunque con el transcurso del tiempo distintos organismos especializados en la materia cuestionaron la calidad de esos espacios y la carga horaria establecida para dictar los mismos.