Estudiar en las facultades privadas de la provincia es cada vez más caro, y esta situación la dejaron entrever hace algunos días los alumnos de la universidad Aconcagua quienes en repudio a los aumentos arancelarios decidieron cortar el tránsito en calles Rioja y Catamarca. Por los índices crecientes de inflación, por los costos de vida o por el nivel académico de los alumnos, los montos de las cuotas de estas instituciones aumentan dos veces por año, incremento que en algunos casos significa hasta un 30 por ciento anual. Lo cierto es que este tema ya comenzó a generar malestar e incertidumbre en un número importante de estudiantes.

Según afirmaron las autoridades de las diferentes universidades, excepto aquellas de la Aconcagua quienes no quisieron brindar información al respecto, no sólo aumentan las cuotas sino también las matrículas aunque en un modo proporcional se busca mejorar el sueldo de los docentes y del personal en general de cada facultad. Lo que pasa es que esos aumentos salariales, en el mejor de los casos, no alcanzan el porcentaje de los incrementos arancelarios que se generan cada año. Sin embargo, los responsables académicos negaron la falta de mejoras en el personal docente y administrativo al tiempo que desestimaron que los ajustes generen un elevado porcentaje de deserción estudiantil.

La verdad es que algunas más, otras menos, las instituciones aumentan las cuotas durante los primeros meses de cada año y lo repiten terminando cada ciclo lectivo respetando así una política propia. En el caso puntual de la Universidad Maza, la responsable del área de Comunicación, Fernanda Rivarola, comentó que el último incremento fue en octubre del año pasado el cual implicó tener que pagar un 8% más por mes, mientras que este año el incremento de la cuota mensual será, en abril del 20% y del 7% en octubre. Esto significa aproximadamente $120 más en el valor de la cuota dependiendo de cada carrera, es que hay que tener en cuenta que cada una tiene un costo de arancel diferente.

Algo similar ocurre en la universidad de Congreso aunque esta sea considerada relativamente económica en cuanto a los costos globales a pagar y en comparación con el resto de las instituciones educativas privadas. En este caso, el incremento del primer semestre ya fue aplicado durante el mes de febrero dejando la cuota mínima en $550 y la más elevada en $630, según comentó la contadora Irene Casatti, quien agregó que el arancel volverá a subir durante la segunda parte de este año hasta alcanzar el 30 por ciento anual ya previsto. De esta manera, los alumnos de la Universidad terminarán este 2011 pagando una cuota mínima de $595 mientras que la más alta se irá a $685 dependiendo de cada carrera.

Pero cabe destacar que no pasa lo mismo con la universidad de Mendoza. Su secretario administrativo, Carlos Picighelli, aclaró que si bien puede aumentar el valor de las cuotas dos veces al año, el personal académico en conjunto con los alumnos tomó la decisión de dejar sin efecto el incremento correspondiente al segundo semestre a modo de evitar un impacto mayor en el bolsillo de los estudiantes. Esta casa de estudios cuenta con una cuota única y general para todas las carreras la cual fue modificada por última vez en julio del año pasado quedando el monto en $690, asimismo, durante el mes de marzo de este año ese valor volvió a subir quedando en $850 para lo que resta del ciclo lectivo.

Ahora bien, según especificó Picighelli el hecho de no volver a tocar los valores económicos implica que haya que dejar de lado ciertas obras edilicias y de infraestructura, pero dejó en claro que los sueldos del personal de la universidad sí serán mejorados a lo largo del año en una proporción más o menos equivalente al valor de la cuota.

Aumentos inevitables y beneficios para contrarrestar el abandono

Si bien es una política de las instituciones privadas llevar a cabo los aumentos de las cuotas y matrículas, los porcentajes y los nuevos costos de las mismas deben estar contenidos en una serie de parámetros que cada universidad contempla. Es decir, se lleva a cabo un análisis de la situación económica y académica del universo estudiantil en relación con el porcentaje de inflación, pero el otro factor que juega en el análisis semestral es el rendimiento educativo y académico. Es que sólo a los alumnos que siguen con sus estudios y llevan con cierto equilibrio su carrera, se les proporciona la beca completa o parcial, dependiendo de cada caso.

Ahora bien, desde las instituciones afirmaron que es imprescindible efectivizar los incrementos arancelarios porque es alto el costo de mantener una universidad privada donde apuestan a tener todo tipo de equipamiento académico y tecnológico que fomente el desarrollo y el crecimiento intelectual de los chicos. Pero son ellos justamente los más perjudicados.

Se sabe que hay muchos alumnos que no tienen apoyo económico de sus padres y deben sostener sus estudios con sus propios recursos, según coinciden las autoridades de las instituciones, son estos los estudiantes más afectados a la hora de afrontar los aumentos semestrales. Como consecuencia de este último factor, se estima que un 20 % decide abandonar sus estudios, cuestión que cada facultad debe tratar de solucionar a través del otorgamiento de los beneficios de becas o reducción de arancel.

Por su parte, la universidad de Mendoza descarta de plano que tengan alumnos con crisis financiera que deciden abandonar los estudios aunque también reconocen que no tienen un sistema de becas que pueda ayudar a la contención de los estudiantes más vulnerables a los aumentos. 

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