Se ha convertido en un emblema del daño que la desidia del Estado puede ocasionar sobre el patrimonio cultural. La mansión Stoppel, erigida en 1912 sobre el costado sur de la avenida Emilio Civit 300, hoy es un despojo de la joya arquitectónica que fue en sus días de esplendor.

Desde que fue donada a la Provincia, en 1949, no ha hecho más que deteriorarse durante los 61 años. Ahora en la Legislatura surgió un nuevo intento por restaurarla. La semana pasada se sancionó un proyecto, autoría del presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Tanús, por el que se busca desafectar la donación de la propiedad a la Municipalidad de Capital que se efectuó el 7 de enero de 2003 mediante la ley 7.080.

La decisión se concretó tomando como base que la Comuna no cumplió con el propósito inicial de armar un museo cultural municipal, motivo por el cual se transfirió el inmueble durante la gestión del intendente radical Eduardo Chiccitti. Ahora buscan reflotar antiguos proyectos para recuperar la propiedad y convertirla en un centro cultural.

El principal impedimento para concretar los proyectos ha sido siempre la falta de recursos. Y cuanto más tiempo pase más costoso será ponerla en valor. Justamente por el mismo estado de olvido en el que está sumida no hay estudios recientes que permitan establecer cuánto costará. Pero se calcula que la recuperación podría rondar los $5 millones.

La directora de Patrimonio Cultural, Liliana Girini, expresó: “Una vez que regrese a manos de la Provincia, haremos un estudio para ver en qué estado se encuentra, es un bien absolutamente recuperable. Tenemos la gente especializada para hacer la restauración hacen falta los recursos, lamentablemente cuánto más tiempo pase, más costosa será la recuperación”.

Como el gran problema para mejorar la casona siempre ha sido la falta de recursos, la Municipalidad de Capital está de acuerdo en que vuelva a manos de la Provincia. El actual subsecretario de Cultura, Guillermo Romero, recordó que durante la gestión de Mariana Jury se hicieron intentos por buscar un inversor, pero no se concretaron. Durante los últimos años –reconoció– que no se concretaron avances.

Ahora se discutirá en el Senado, aunque no tendría trabas ya que existe un acuerdo con la Municipalidad de Capital.

Estilo de villa italiana

La casona fue construida a pedido del cónsul peruano Luis Stoppel en 1912. Su construcción llevó dos años y tiene 1.239 metros cuadrados cubiertos. Los jardines, ahora convertidos en un yuyal, ocupan 2.000 metros cuadrados. El estilo es el de una villa a la italiana. Una casa sobreelevada, con jardines y con grandes salones de recepción en la planta baja.

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