Los Andes - Lunes 30 de setiembre de 2013
En cincuenta días finaliza la edificación de un salón de usos múltiples y baños públicos hacia el interior de la reserva.
Mendoza cuenta con una de las reservas naturales más importantes del país. Ubicada sobre la ruta provincial 153 en Santa Rosa, Ñacuñán es la primera área protegida de la provincia y un gran atractivo ambiental. Sin embargo, no muchos la conocen y la visitan.
Las obras ya comenzaron y comprenden la edificación de un salón de usos múltiples y baños públicos para los guardaparques, que estiman estén terminadas en un plazo de aproximadamente 50 días. De esa manera, se busca la llegada de turistas a la zona para recorrer y conocer Ñacuñán.
EL proyecto es iniciativa del cuerpo de guardaparques que protege la reserva, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable y el Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA) que firmaron un convenio en el marco del programa Bosques Nativos para la construcción de un Centro de Interpretación Ambiental y Visitantes.
El secretario de Ambiente, Marcos Zandomeni, aseguró a Los Andes: "Esta idea surgió de los trabajadores de la reserva quienes buscan mejorar las condiciones edilicias de Ñacuñán para fomentar visitas educativas y turísticas y así lograr el desarrollo sustentable de la gente del lugar a través de circuitos turísticos y venta de productos artesanales".
La jefa de guardaparques, Ángela Begarie, comentó: "Nosotros trabajamos en la reserva desde 2010. Dentro de la misma hay un pueblo y nosotros hace tiempo que buscamos algún proyecto para que la gente pueda desarrollar actividades económicas y así mejorar su calidad de vida".
La iniciativa cuenta con la colaboración del municipio de Santa Rosa que aporta material y recurso humano para su desarrollo.
Una joya en el desierto
Si bien la preservación del medioambiente es el objetivo central de la reserva de Ñacuñán, las obras en ejecución apuntan a desarrollar visitas educativas y circuitos turísticos para los mendocinos y los visitantes foráneos.
El convenio implica la construcción de un centro de interpretación ambiental y de visitantes similar a los que se encuentran en el Manzano Histórico o el Parque Aconcagua que cuentan con informadores, muestras permanentes o visitas guiadas entre otras actividades.
El mismo estará ubicado sobre la ruta 153 para atraer turistas que circulen por la zona. Las obras también benefician a los trabajadores ya que se lleva cabo la edificación de un salón de usos múltiples y a los visitantes con baños púbicos hacia el interior de la reserva, a 4 kilómetros de la ruta, para las futuras visitas guiadas de escuelas y turistas. Begarie resaltó que "es hacia el interior de Ñacuñán donde el contacto con la naturaleza es más profundo y eso es lo que queremos potenciar".
Ángela Begarie explicó que las visitas educativas son importantes para la incorporación de la reserva a la comunidad local.
Se brindarán talleres, charlas y se realizará avistaje de aves y animales, fundamentalmente para los estudiantes de biología y carreras afines. Mientras que el desarrollo turístico permite la generación de nuevas fuentes de trabajo para la gente de la zona que podrá vender sus productos artesanales y colaborar en la reserva.
La Secretaría de Ambiente está trabajando junto al IADIZA y el cuerpo de guardaparques para la elaboración de los circuitos turísticos que protejan el medioambiente.
El objetivo es promover el desarrollo sin afectar el ecosistema. Zandomeni afirmó: "Se están trazando senderos para el circuito de transeúntes que no afecten ni la flora ni la fauna de la reserva que es lo principal en Ñacuñán".
Desde Ambiente aseguran que las obras del salón de usos múltiples y baños para los guardaparques comenzaron hace tres semanas y tienen un plazo de cincuenta días para finalizarlas. Una vez terminanda esta etapa inicarán la construcción del centro de interpretación ambiental y visitantes.
Un lugar para descubrir
En 1951 se convirtió en la Primera Área Protegida de Mendoza. Es una reserva que tiene categoría de Biósfera otorgada por la UNESCO en 1986. Además, forma parte de la red mundial de reservas.
Cuando fue creada tenía por objetivo la recuperación y la conservación del parque de algarrobo que había sido devastado a principios del Siglo XX.
Ñacuñán es un ecosistema del monte que está caracterizado por el Algarrobo Dulce y el Chañar. La jarilla es la especie característica de la familia de los arbustos que allí crecen.
Esta zona tiene una gran diversidad de pastos. La principal actividad económica es la ganadería.
Entre las especies animales que se destacan se encuentra el Águila Coronada y el Pichiciego, quienes además están en vías de extinción. Hay diversidad de aves, maras y zorros.
La reserva de Ñacuñán es una de las más estudiadas a nivel local y nacional. Se han realizado numerosas investigaciones científicas por parte del Iadiza.
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