En el Comedor Universitario de la UNCuyo almuerzan diariamente 1.800 jóvenes. Para preparar los alimentos, lavar la vajilla y realizar la limpieza de las instalaciones se utiliza agua caliente. Desde hoy, ese líquido se calentará con calefones solares, lo que se estima permitirá un ahorro cercano al 70% en el consumo de gas. Éste es sólo uno de los proyectos que la universidad ha implementado para aprovechar energías alternativas.

Daniel Pizzi, secretario de Desarrollo Institucional de la UNCuyo, detalló que se han instalado catorce colectores solares en el techo del comedor, doce calefones y dos reservorios de agua de dos mil litros cada uno. Como en Mendoza, detalló, hay casi 300 días sin nubes al año, el uso de la energía solar permite reducir entre 70 y 80% el consumo anual de gas. De todos modos, aclaró que se trata de un sistema combinado, que utiliza también gas, para las jornadas en que el sol no acompaña.

En el proyecto han participado diversas áreas de la universidad, mientras la fabricación e instalación de los dispositivos fue tarea de Energe SA, una empresa creada por jóvenes egresados, que fue incubada en la UNCuyo. Un sistema similar, comentó Belén Álvarez, secretaria de Bienestar Universitario, se instaló ya en las residencias universitarias, que esperan poder reabrir a fin de mes. Agregó que en el comedor se está haciendo un análisis del tipo de residuos que se generan para poder, en una segunda etapa, diseñar una propuesta de reciclado.

Más energía solar

En cuanto se inauguren los calefones en el comedor universitario -la presentación oficial será hoy a las 17-, comenzarán a desarrollar otra iniciativa. Colocarán colectores solares sobre dos paradas de colectivo para abastecer las lámparas que las iluminan durante la noche.

Pizzi adelantó que también tienen previsto "techar" el estacionamiento del edificio nuevo del Rectorado, un espacio de unos 5 mil metros cuadrados, con paneles fotovoltaicos. La energía eléctrica se sumaría a la red, con un medidor, lo que les permitiría calcular la productividad de los dispositivos. Es que cada una de estas propuestas tiene diversas finalidades: apuntan al ahorro energético, a investigar de qué manera se pueden aplicar las tecnologías alternativas o limpias, y también a recabar con información sobre la rentabilidad económica que tienen. Este proyecto probablemente se iniciaría el año próximo.

Otras propuestas

Otro trabajo tiene como objetivo determinar el balance energético de los edificios del campo universitario, es decir, la diferencia entre la energía que generan y que utilizan. Las mediciones se están realizando en la Facultad de Ingeniería. El secretario de Desarrollo Institucional de la UNCuyo explicó que se analizan diversos elementos, como la orientación de la estructura con respecto a los puntos cardinales, los espacios de ventilación y de iluminación, los materiales utilizados. Estos datos permitirán establecer un protocolo con recomendaciones para las construcciones futuras.

En tanto, a fines de agosto esperan recibir una micro turbina que fue fabricada por una empresa de Río Negro -donde trabajan egresados del Instituto Balseiro- y que se podría utilizar para generar energía eléctrica en los canales de riego. Pizzi detalló que se trata de una experiencia piloto que les permitirá determinar cuántas se pueden poner, a qué distancia una de otra, qué infraestructura de seguridad se debe construir.

Combustibles de cultivo

La Universidad cuenta con una planta experimental de biodiésel, con el que funciona un camión que riega el campus. También hay un convenio para abastecer uno de la comuna de Junín y están avanzando en un convenio con la provincia para que algunas unidades de Vialidad provincial utilicen este combustible.

Adolfo Ariza, coordinador del Área de Vinculación, detalló que a fines del año pasado se habilitó en la Facultad de Ciencias Agrarias una planta de biogás, que aprovecha los residuos orgánicos de la finca. Actualmente, está en etapa de investigación para determinar la cantidad de calorías que produce cada material orgánico. La idea es que luego se pase a otra instancia, pre-industrial, y que los emprendedores se unan a la sociedad anónima de la universidad, para finalmente convertirse en una empresa independiente.

Las diferentes iniciativas se enmarcan en un programa de cambio de la matriz energética y de producción de energías limpias, que se desarrolla con equipos técnicos de diversas unidades académicas y del Instituto de Energía (parte de los Institutos Multidisciplinarios de la UNCuyo).

Pizzi señaló además que también conlleva un cambio de paradigma en la capacitación, ya que antes se preparaba a los jóvenes para conseguir un empleo y ahora para generar un emprendimiento propio. De ahí que se trabaje con una Incubadora de Empresas, que acompaña el proceso de convertir el proyecto en una tarea rentable.