“Lo lamento, pero buscamos profesionales con al menos cinco años de experiencia”, le respondieron en la entrevista laboral a Joaquín (25). “¿Y cómo hago para tenerlos si no me contrata?”, preguntó el joven, recién recibido de ingeniero.

La angustia de Joaquín es la que sienten muchos recién egresados universitarios ante un círculo vicioso que les impide ingresar al mundo laboral, que demanda experiencia, pero no invierte dinero ni tiempo en formar a un nuevo profesional.

Atento a eso, en 2009 la Secretaría de Relaciones Institucionales y Territorialización de la UNCuyo lanzó un programa para profesionales por el cual 44 estudiantes de varias facultades ganaron la experiencia que dejan dos meses trabajando en diversas instituciones públicas.

“Seis de ellos quedaron contratados y pensamos que esa misma inserción podría generarse con los recién graduados, que por esa condición no pueden aspirar a pasantías o becas”, explicó Adolfo Cueto, a cargo de esa Secretaría de la UNCuyo.

En consecuencia, este año hicieron una convocatoria a nuevos profesionales salidos de las facultades de esa casa de estudios, quien debieron presentar un proyecto de investigación y acción para desarrollar en su lugar de residencia.

Fueron elegidos 26, a quienes se les otorga $3.000, que se calcularon “domésticamente” como dos sueldos, uno por cada mes que ellos trabajarán en la institución pública que eligieron para desarrollar su proyecto. Además, la UNCuyo aporta la póliza de seguro durante ese tiempo.

Entre los proyectos, la mayor cantidad son de nuevos odontólogos y de ingenieros agrónomos, pero los hay también de carreras humanísticas. Por nombrar algunos: la recién recibida comunicadora social María Laura Ravinales creará el área de comunicación en el hospital Las Heras, de Tupungato; y la geógrafa Lourdes Cicconi, un plan de prevención de riesgo ante desastres en la escuela René Favaloro, de Pedriel, en Luján.

Pero además de acopiar la experiencia que se les exige a los que comienzan para poder contratarlos en el sector privado, también este proyecto tiene otro valor para muchos de ellos. “Me servirá para iniciarme brindando un servicio a mi comunidad: puedo aportar para que el centro de salud de Luján, donde estaré dos meses, brinde un mejor servicio”, asegura la novel odontóloga María Sol Appiolaza.

Fuente: http://www.diariouno.com.ar/mendoza/La-UNCuyo-otorgo-3.000-a-26-graduados-de-sus-facultades-para-que-se-inicien-en-sus-profesiones--20111004-0040.html