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La UTN y el Notti con energía solar

Martes 31 de Marzo de 2015

Ambos edificios cuentan con un sistema de paneles de pequeñas proporciones que permitirán un mínimo ahorro. Son parte de un proyecto que busca concientizar a la población en general sobre el uso de estas alternativas. La necesidad de extender la iniciativa.

Tanto profesores y alumnos como directivos de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Mendoza podrán notar por estos días un cambio en el paisaje de la plazoleta interna del establecimiento.

Es que desde hace algunas semanas se comenzó a instalar en el exterior de las aulas que dan hacia el norte un sistema de paneles fotovoltaicos que le proveen a la institución parte de la energía eléctrica que utiliza.

Los mismos forman parte de un proyecto que lleva adelante el grupo Cliope dedicado a la investigación en energía, ambiente y desarrollo sustentable de la UTN. Para hacer más extensiva la propuesta, los expertos también colocaron paneles solares en el techo del hospital infantil Humberto Notti. 

“Estamos involucrados desde hace tres años en un proyecto que se realiza a nivel nacional que tiene dos componentes; uno que es la investigación en energía solar y el otro, la instalación de sistemas demostrativos o pilotos en distintos puntos del país con financiación de Fondos Argentinos Sectoriales (Fonarsec)”, comenzó a explicar Pablo Arena, director del grupo Cliope.

Así fue que se decidió colocar en el edificio central de la UTN doce paneles fotovoltaicos policristalinos que tienen una potencia de tres kilovatios. “Esta instalación está pensada para una casa grande y no alcanza para que la universidad se autoabastezca, pero sí permite consumir menos y aliviar el sistema”, precisó el ingeniero. 

Allí además se buscó solucionar otro problema que era el calor excesivo dentro de las aulas. “Como vimos que se estaba pensando en implementar alguna especie de toldo o alero en la aulas, decidimos aprovechar para colocar los paneles fotovoltaicos de forma que bloqueen la radiación para que no ingrese al aula y de paso se transforme en energía eléctrica”, detalló el experto.

Para lograr este doble objetivo se realizó un diseño que permite regular la inclinación de los paneles. “De esta manera puede ir variando según la época del año y situarlo en los meses calientes casi horizontal. Además se pueden situar en forma vertical para protegerlos mejor en caso de un granizo fuerte y rebatirlos para poder limpiarlos desde la misma aula”, detalló.

En cuanto al Notti, se colocaron en el techo ocho paneles fotovoltaicos monocristalinos con una potencia de dos kilovatios. “Se trata de una instalación estándar para una vivienda promedio lo que les significa un pequeño ahorro porque van a comprar menos energía de la que adquirían antes”, señaló el profesional a la vez que destacó que la idea es que con el tiempo se pueda ir ampliando. “De hecho ya hay proyectos para que vaya creciendo”, adelantó.

Romper barreras 

Con este tipo de iniciativa los miembros del grupo Cliope buscan generar un cambio en la sociedad. “Este tipo de instalaciones demostrativas no tienen como principal objetivo eliminar la compra de energía eléctrica de la red, sino concientizar, divulgar e ir rompiendo barreras para que la energía solar sea cada vez más utilizada”, remarcó Arena. 

De hecho para el ingeniero la generación de energía de forma distribuida -a diferencia de una central generadora- por un lado, evita el uso de grandes espacios ya que se colocan en los techos de casas y edificios, y por el otro, permite abaratar los costos de transporte y distribución.

“Estos últimos son los aspectos que están causando problemas en estos momentos de mucho calor, lo que está en crisis son las líneas de distribución, aún si tuviéramos la energía suficiente no tendríamos cómo transportarla”, expuso el director del grupo. 

Otro de los objetivos del proyecto tiene que ver con la investigación sobre los beneficios del nuevo sistema. “Como la energía eléctrica producida por el panel tiene cero emisiones de dióxido de carbono queremos estudiar los beneficios ambientales y ver de qué manera esta instalación ayuda a disminuir la huella de carbono de la Universidad. En un futuro también nos gustaría hacer proyecciones como por ejemplo qué pasaría si esto se difunde”, anticipó.

Paneles en casa

Si bien ya hay algunos mendocinos que ya han decidido colocar paneles solares en sus casas por convicción personal o necesidad, actualmente se trata de una inversión que es muy difícil de recuperar. “Hoy en día, como la energía está subsidiada, directamente no conviene”, reconoció Arena. Para el profesional, haría falta que se tomen medidas de fomento para la energía solar.

“Lo que sucede es que en la mayoría de las casas particulares no hay personas durante el día, momento en el que se está produciendo energía, y en la noche como no se genera, se toma de la red. Una solución para esto sería utilizar acumuladores, pero son caros, tienen vida útil limitada y producen problemas ambientales”, subrayó. 

Entonces surge una segunda alternativa. “La idea sería venderle a la distribuidora esa energía que se produce durante el día y no se usa y durante la noche comprarle a la distribuidora. Así la red eléctrica funcionaría para el intercambio”, explicó. Para que este sistema se convierta en realidad primero habría que modificar el marco regulatorio -para que las personas se conviertan en consumidor generador- y por otro modificar las tarifas.

“El sistema más simple sería cobrar lo mismo por lo que se compra que por lo que se vende y así uno paga la diferencia. También hay sistemas que promocionan y lo que uno vende es más caro que lo que a uno le cobran y otros sistemas que no promocionan en el que es totalmente al revés”, enumeró. 

Otro problema a solucionar sería la posibilidad de adquisición de los paneles ya que son importados y tienen precios muy elevados (aproximadamente 182 euros cada uno comprando en cantidad, sin tasas incluidas; lo que equivaldría a más de 1.800 pesos argentinos con la cotización oficial).

También habría que trabajar en mejorar la capacidad técnica de la provincia. “Porque todavía no hay personas que los instalen ni que los reparen”, deslizó el experto.

Maestría desde abril

La UTN junto con el Laboratorio de Ambiente, Humano y Vivienda del Incihusa abre sus inscripciones para la maestría Desarrollo Sustentable del Hábitat Humano que comenzará en abril. 

El cursado tiene una duración de 18 meses, más la realización del trabajo final. Está destinado a ingenieros civiles, arquitectos, urbanistas, diseñadores, entre otros profesionales y se abordan temas como la trayectoria solar, la incidencia en la radiación en edificios, instalaciones fotovoltaicas, evaluación ambiental, entre otros. 

Más información en la oficina de posgrados de la UTN 5244590.

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