En tan sólo 6 años se perdieron 400 fincas cuyas superficies fueron destinadas a la construcción de casas y barrios en un imparable avance de la urbanización contra el “cinturón verde” que tantas veces se prometió proteger por ser uno de los grandes pulmones del Gran Mendoza .

El “Cinturón Verde” es el área de cultivo principalmente de verduras y hortalizas que se consumen en nuestra gran ciudad. Se extiende al este de la Capital, en los departamentos Guaymallén, Maipú y Luján.

Sin embargo, el problema no es sólo mendocino, ya que lo es también a nivel mundial. La semana pasada, el foro de "Ciudades Sostenibles para el bienestar de todos y todas" convocado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dijo que “Latinoamérica debe prepararse para el irreversible crecimiento de sus ciudades que va a ser 'totalmente urbano', con una disminución del peso de las migraciones rurales”.

El encuentro internacional, previo a la celebración de la XXIII Cumbre Iberoamericana que tuvo lugar el fin de semana pasado en Panamá, advirtió en sus conclusiones que “los Estados tienen que fortalecer a los Gobiernos locales para atender estos cambios y articular una estrategia preventiva ante el riesgo de desastres”.

Los detalles

El corazón hortícola de ese “cinturón” se concentra en cinco distritos de Guaymallén: Kilómetro 8, Kilómetro 11, El Sauce, Los Corralitos y La Primavera. Esa área cultivable es de 2.700 hectáreas.

En tanto, Maipú y Luján ocupan su tierra, otros miles de hectáreas, fundamentalmente en la vitivinicultura y las aceitunas.

De acuerdo a los datos brindados por María Elina Gudiño, titular del Instituto de Cartografía, Investigación y Formación para el Ordenamiento Territorial, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, “el censo del 2002 indicaba que en Guaymallén había 1.612 explotaciones rurales, mientras que el censo de 2008 nos indicó que esas explotaciones habían quedado en un total de 734. En seis años se perdieron 400 fincas”.

Gudiño destacó que “hoy día vale más el mercado inmobiliario que empieza a avanzar y se come todas estas tierras”. Y estimó que “realmente el cinturón verde se necesita como un servicio ambiental hacia una gran ciudad como es Mendoza”.

Mientras tanto, Mabel Pereyra, encargada del área Cinturón Verde del Instituto de Desarrollo Rural, del ministerio de Agroindustria y Tecnología, destacó que en ningún lugar de Mendoza hay tierras tan ricas como en Kilómetro 8 y La Primavera porque ellas tienen un origen distinto. “En esos distritos, hace unos 150 años atrás, había lagunas y ciénagas que permitieron tener en la actualidad terrenos con materia orgánica inigualables en toda la provincia. Tienen una calidad excepcional”, informó.

Confirmando el avance de la urbanización en el cinturón verde, Pereyra afirmó que “ha sido una explosión la venta de tierras en Los Corralitos destinadas a barrios privados”.

Ambas especialistas coinciden en que la sociedad mendocina cuenta con la herramienta para frenar el avance de la construcción sobre ese espacio de cultivos y es la ley de Ordenamiento Territorial y Usos del Suelo, del año 2009.

Pereyra afirma que hay departamentos que ya están trabajando en el ordenamiento de su territorio y otros están atrasados. Sin embargo, enfatiza que “el trabajo con la ley de ordenamiento implica una planificación estratégica para todo el territorio con la participación de toda la comunidad”. Y subrayó que “si se quiere hacer bien tiene que ser participativa. Hay que delimitar el espacio de los departamentos para cada uno de los usos que se quieran dar”.

Propuestas

Gudiño afirmó que desde el Instituto que ella dirige en la UNCuyo proponen un concepto distinto para la zonificación agraria que permita recuperar la inversión que haya hecho el Estado mediante la recaudación impositiva pero que tenga como destino la ayuda a los productores.

“Es decir, esto lleva a un cambio y a sujetarse a una serie de instrumentos nuevos que posibiliten frenar un mercado inmobiliario muy fuerte que tiene como foco de atención la ciudad”, indicó.

Mientras que Pereyra, del IDR, dice que “el avance de lo urbano es muy importante. Las transformaciones se ven a simple vista y son significativas, y es un proceso que están sufriendo casi todos los departamentos de Mendoza”.

Afirmó que “es posible construir en otras tierras y no ocupar el cinturón verde”. En el norte de Los Corralitos o de La Primavera hay terrenos aptos para la construcción de vivienda social o emprendimientos de otro tipo, pero tienen el problema de que hay que llevar todos los servicios que sí lo tienen donde están las chacras.

Destacó también que hay algunos sectores que sostienen que “esa verdura debería cultivarse más lejos y dejar esas tierras para que sea zona residencial”.

“Esta fragmentación del paisaje puede producir una fragmentación social", explicó la profesional del IDR, en el sentido de que "hay gente que no está de acuerdo con el avance urbano con estas características”.

“Si todo sigue igual, el 'cinturón verde' es una zona en riesgo, en peligro, es vulnerable a seguir siendo un centro proveedor de alimentos. De no aplicarse medidas concretas son territorios con vulnerabilidad para seguir siendo lo que son” sentenció la especialista del Instituto de Desarrollo Rural.